SUDAFRICA-ZIMBABWE: El gobierno cuesta mucho dinero a la sociedad

Las remodelaciones de gabinete efectuadas por los gobiernos de Sudáfrica y Zimbabwe no han conseguido apaciguar las críticas de quienes reclaman hondos recortes en el costo del aparato gubernamental, que es acusado de producir un fuerte drenaje de los recursos públicos.

El presidente sudafricano Nelson Mandela cortó parte de su gabinete de 27 miembros este lunes, en respuesta al anuncio hecho la semana pasada por el Partido Nacional, de su intención de abandonar el tripartito gobierno de unidad nacional el 30 de junio.

"He tenido en cuenta el compromiso de racionalizar las actividades del gobierno cuanto sea posible, a fin de ahorrar los recursos públicos", afirmó Mandela.

No obstante, la reducción de carteras y subsecretarías fue desestimada por "insuficiente y decepcionante" por el opositor Partido Democrático, que quisiera ver el gabinete limitado a 20 ministerios, incluyendo la supresión de los departamentos de Asuntos Exteriores y Defensa.

Aunque el déficit presupuestario de Sudáfrica ha sido reducido gradualmente hasta alcanzar la marca de 5,1 por ciento en el año financiero 1996/97, el plan del gobierno es rebajarlo a un ritmo de medio punto porcentual por año.

El presupuesto de este año se propone cortar el déficit hasta alcanzar la tasa de cuatro por ciento del producto interior bruto (PIB) -105.000 millones de dólares- en el ejercicio 1998-99.

El caso de Zimbabwe se presenta aun peor. Después de renovar una vez más su mandato presidencial en elecciones realizadas en marzo, tras 16 años de permanencia en el poder, el presidente Robert Mugabe dobló el número de miembros del gabinete la semana pasada, llevándo a 54 el número de cargos ministeriales.

Los críticos condenaron la hinchazón del gobierno como un gasto injustificable para un país cuya economía es 20 veces más pequeña y su población cuatro veces menor que la economía y la población de Sudáfrica.

El economista Eric Bloch, abierto crítico de la política económica del gobierno, atribuyó la medida de Mugabe a un atrincherado sistema de favoritismos. "Es lamentable. Se sigue retribuyendo los servicios prestados en el pasado, incluso sabiendo que no podemos afrontar esas recompensas".

Según Bloch, el déficit presupuestario de este año podría representar nueve por ciento del PIB, cifrado en 4.700 millones de dólares, dejando muy atrás la meta que el propio gobierno se fijó, de no superar la tasa de cinco por ciento.

La deuda pública se ha multiplicado por tres en los últimos cinco años, llegando a una cifra equivalente a 3.500 millones de dólares, lo que ha llevado al gobierno a descargar nuevos impuestos sobre la población.

Al contrario que su vecino de la subregión meridional de Africa, cuya economía aún es relativamente potente, Zimbabwe está enfrentando fuertes presiones de las instituciones crediticias internacionales para que reduzca el gasto público. (FIN/IPS/tra-en/gm/lm/jm/oa/arl/ip/96)

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