Existen literalmente cientos de vaciaderos ilegales de residuos nucleares dentro y alrededor de la capital rusa, como resultado de años de embarques negligentes, corrupción y robos inexplicables dentro de la industria atómica del país.
Personal de defensa civil está descubriendo alrededor de 70 vaciaderos por año. Dos semanas atrás, un residente de Galygino, en el distrito occidental de Odintsovskiy District, estaba usando un monitor de radiaciones en un área donde planeaba erigir una casa.
Encontró numerosas barras de metal de 10 centímetros rellenas con un compuesto de thorio. Algunas estaban averiadas y emitían 1.600 microroentgens por hora, o sea niveles 100 veces superiores a los registrados sobre el terreno. Las cajas que los contenían, tambien radiactivas, habían sido recogidas por la gente y su contenido disperso.
Investigadores del Servicio Federal de Seguridad dijeron que las barras fueron hurtadas de la oficina militar de reclutamiento de Odintsovo por un ex empleado que, desde entonces, desapareció. Se desconoce la causa por la cual el individuo las robó.
El Ministerio de Defensa Civil, Emergencias y Desastres Naturales dijo que 150 kilos de material radiactivo habían sido recobrado hasta ahora del vaciadero, y un área de terreno contaminada fué puesta en cuarentena.
Alexei Yablokov, titular del Centro Ruso para Política Ambiental y ex asesor del presidente Boris Yeltsin, dijo que más de 70 lugares con peligrosos niveles de radiactividad fueron identificados anualmente en la región de Moscú durante la década pasada.
Hasta el momento existen más de 200 vaciaderos no registrados en la ciudad. Los lugares están siendo limpiados ahora mediante una nueva operación creada a propósito y a cargo de la empresa Radón.
"En los años '50 y '60 los residuos eran tomados de los institutos de investigación, antes que Radón se instalara, y simplemente abandonados", dijo. "Y Moscú no está solo. Más vaciaderos son encontrados cada año en otras 50 ciudades".
Yablokov indicó que "NPO Radón limpia esos lugares, pero enseguida encontramos nuevos vaciaderos en otros sitios". Apuntó que el mayor peligro para la gente, en lo que concierne a radiaciones, "está sobre sobre las calles de Moscú, y no solo en la capital".
"Cada año encontramos lugares, incluso en los lugares más pequeños y remotos, a veces con terribles niveles de radiactividad de más de 100 roentgens por hora", agregó.
"Sabemos que es un problema serio", declaró un funcionario de la industria nuclear. "Sin embargo, por el momento, solo podemos arañar la superficie. No tenemos más remedio que vivir con eso durante varios años hasta que nos podamos permitir auténticas operaciones de limpieza".
Funcionarios rusos admitieron que la nación tiene el mayor problema mundial en materia de residuos atómicos, pero tambien reconocieron que las operaciones de limpieza eran de prioridad mínima respecto a otros problemas económicos que afectan al país.
Igual que otros sectores de la economía rusa, la industria nuclear está desesperada por dinero. No hay contante para pagar a los empleados o comprar necesidades básicas como piezas de recambio y combustible fresco. Muchos operadores nucleares no han sido pagados desde hace meses porque los usuarios de las plantas de energía no pueden amotizar la electricidad que consumen.
"Nuestras centrales aceptan de todo como parte de pago, desde muebles a ropa interior. Luego tienen el problema de tratar de vender esos bienes y obtener el dinero para sus necesidades básicas", declaró un alto funcionario a IPS.
En muchos aspectos, la industria nuclear se encuentra mejor que otros sectores. El titular del ministerio nuclear ruso (MinAtom), Viktor Mikhailov, se las arregló para conservar algunos fondos provenientes del presupuesto y la venta de servicios y tecnología.
Algunas plantas nucleares, como Smolensk, han logrado emplear algo de esos fondos para construir nuevas intalaciones de residuos. Sin embargo, mayores inversiones para una mejor administración de la basura atómica están fuera de discusión. "Francamente, ahora no es una prioridad", dijo el funcionario.
El mes pasado la administración de la Región de Murmansk, en el noroeste de Rusia, hizo un llamamiento para que la península de Kola, donde están almacenados los residuos de combustible de los submarinos nucleares de la Flota del Artico, sea declarada área de desastre ecológico.
Las instalaciones provisorias de almacenaje están ahora repletas pero no hay suficientes contenedores para transportar el combustible a la planta Mayak en los Urales.
Andreyeva Guba, uno de los tres vaciaderos repletos de la región, ha estado en uso por 30 años y contiene alrededor de 4.000 metros cúbicos de combustibles residuales. Además, muestra un nivel de radiación sobre el terreno 25 veces superior al normal.
En la reciente Cumbre de Moscu sobre Seguridad Nuclear, Rusia propuso depósitos de residuos radiactivos de la región con la participación financiera y científica de todas las naciones involucradas, en particular los países del norte de Europa, Estados Unidos y Japón.
Moscú dió a entender que le facilitaría acceder a la enmienda de 1993 de la Convención de Londres, que prohibe arrojar residuos radiactivos en los mares.
Rusia cesó esa práctica en 1993 pero podría reanudarla si no están disponibles nuevas instalaciones. Japón está ayudando a construir una planta de residuos líquidos en el Lejano Oriente y Noruega prometió apoyo para trabajar en las tierras árticas rusas.
Especialistas de Noruega, Estados Unidos y Rusia tambien han desarrollado un esquema conjunto para instalar en Murmansk una red de unidades comerciales que procesen residuos radiactivos líquidos y encarar luego el tratamiento de desperdicios sólidos. (FIN/IPS/tra-en/si/rj/ego/en).
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