YUGOSLAVIA: Espadas en alto entre Belgrado y la ONU

Las espadas se mantienen en alto entre el gobierno de Serbia y el Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra de La Haya, tras haberse publicado en esta república -poder hegemónico en la nueva Yugoslavia- el requerimiento internacional de arresto de tres militares yugoslavos.

Los oficiales del ejército yugoslavo, coronel Mile Mrskic, capitán Miroslav Radic y mayor Veselin Sljivancanin, fueron acusados por el Tribunal el año pasado, por supuestos crímenes cometidos en Vukovar (Eslavonia Oriental) cuando las fuerzas serbias capturaron aquel territorio croata en noviembre de 1991.

Antes de requerir su arresto, el Tribunal recibió pruebas de la supuesta complicidad de los tres oficiales en aquellos hechos, pero hasta el momento Belgrado se ha negado a cumplir con el deber internacional de apresar y extraditar a esas personas a La Haya, para que sean juzgadas por ese tribunal especial.

Los tres militares son acusados por su responsabilidad en la masacre de pacientes internados en un hospital croata de Vukovar, en noviembre de 1991. El Tribunal escuchó el testimonio de 11 testigos, incluyendo a un médico del hospital, sobrevivientes de la masacre y testigos calificados.

En una audiencia celebrada el miércoles, los jueces decidieron denunciar al gobierno serbio ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por no cooperar con el Tribunal, en violación de las resoluciones del Consejo, desafiando el riesgo de que sean reimplantadas las sanciones internacionales a Yugoslavia.

Las sanciones impuestas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra las repúblicas de Serbia y Montenegro -que permanen federadas bajo el nombre de Yugoslavia- como castigo por haber fomentado la guerra en Bosnia-Herzegovina, sólo fueron levantadas hace pocas semanas, tras firmarse los tratados de paz.

"Cuando un gobierno da refugio y ayuda a criminales, a la vista de todo el mundo, ese gobierno también se vuelve criminal", dijo a Radio B-92 de Belgrado el portavoz del Tribunal, Christian Chartier, citando al fiscal adjunto del mismo, Clint Williamson.

No obstante, los medios oficiales de comunicación han buscado descalificar al Tribunal, acusándolo de imparcialidad contra los serbios en general y creando hostilidad en la opinión pública, al extremo de que podría ser políticamente difícil entregar a los tres sospechosos en medio de esta atmósfera..

La cuestión también compromete la posición del presidente serbio Slobodan Milosevic, que se encuentra acosado por los miembros de la comunidad internacional que controlan el cumplimiento de los tratados de paz.

Hasta el momento, Belgrado sólo ha "tolerado" la entrega de dos personas, los serbios bosnios Drazen Erdemovic y Radoslav Kremenovic, que esperan ser juzgados en relación con la denuncia de ejecuciones masivas de musulmanes bosnios alrededor de Srebrenica, en julio de 1995.

Después de entrevistarse el martes con Milosevic, el enviado de Estados Unidos John Kornblum elogió esa entrega como "un avance positivo".

Sin embargo, el caso de esos dos serbios bosnios es mucho más simple que el de los tres oficiales, pues Erdemovic y Kremenovic son "extranjeros" en Serbia y Yugoslavia, estrictamente hablando. Son serbios de Bosnia, no yugoslavos.

Además, aún no han sido formalmente acusados de ningún delito, por lo cual no ha podido producirse una "extradición", en términos estrictamente jurídicos. Sólo fueron "transferidos" a La Haya para prestar declaración, tras su detención en Bosnia, con intervención de las fuerzas de la OTAN.

Sljivancanin, Radic y Mrksic, en cambio, son ciudadanos yugoslavos, y aparte del ambiente hostil en Serbia, algunos expertos legales sostienen que la extradición de sospechosos no es permitida por la constitución yugoslava.

Por el contrario, los expertos que defienden la cooperación con el Tribunal -como el profesor de Belgrado, Vladan Vasilijevic- argumentan que la "extradición" a ese tribunal creado por la ONU no es lo mismo que la extradición a un estado.

A fin de aclarar la cuestión, Vasilijevic ha preparado un proyecto de ley que resuelve la disputa en favor del Tribunal, el cual será presentado en el parlamento por el principal sector de la oposición, el Partido de la Renovación Serbia, aunque parece dudoso que pueda ser aprobado.

Desde el punto de vista político, tampoco se ve con claridad con qué grado de ferocidad podrían reaccionar el ejército y los elementos nacionalistas ante la entrega de los tres militares. (FIN/IPS/tra-en/bm/rj/arl/ip-hd/96)

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