COLUMNA: Los suelos que miraban las cabras

El aumento de los rebaños vacunos, ovinos y caprinos está convirtiendo a vastos sectores de tierra de pastoreo en desiertos.

Después de creada la Tierra, el suelo se formó lentamente a lo largo de las eras geológicas, a partir de la erosión de las rocas. Mantuvo a los primeros organismos vegetales, que lo protegieron y enriquecieron para que pudiera sostener a la diversidad de plantas y animales que conocemos hoy.

Pero ahora se está degradando, y un indicador que nos ayuda a evaluar la salud de las tierras de pastoreo son los cambios en la población de cabras en relación a las de ovejas y vacas.

Al deteriorarse esas tierras, el pasto es reemplazado por arbustos típicos de paisajes desérticos. En un ambiente tan venido a menos, bovinos y ovinos no prosperan. Pero las cabras hurgan entre los arbustos. Sobreviven especialmente allí porque sus filosas pezuñas pulverizan la capa protectora del suelo que se forma a partir de las lluvias, y que naturalmente frena la erosión causada por el viento.

Entre 1970 y 2009, la población ganadera mundial aumentó 28 por ciento, y la cantidad de ovejas se mantuvo relativamente estática. Mientras, la de cabras se más que duplicó.
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El aumento de las poblaciones de cabras es particularmente drástico en algunos países en desarrollo. Mientras los hatos de ganado en Pakistán se duplicaron entre 1961 y 2009, y la cantidad de ovejas se casi triplicó, la de cabras se multiplicó por más de seis, y ahora es aproximadamente igual a la suma de las poblaciones vacuna y ovina.

Al pastar, estos animales han desnudado al país de su vegetación contenedora de lluvias, lo que contribuyó con las enormes inundaciones que devastaron Pakistán en el verano boreal de 2010.

Un terreno semidesértico gigante se forma ahora al sur del Sahara, en la región africana del Sahel, gracias, en parte, al pastoreo excesivo.

En Nigeria, el país más poblado de África, se pierden cada año más de 350.000 hectáreas de pastizales y tierras agrícolas debido a la desertificación. A medida que crecen las poblaciones humanas y ganaderas, criadores y agricultores compiten por predios cada vez más pequeños para cada persona y animal. La población de cabras en particular se ha disparado al erosionarse el suelo.

Si la población de seres humanos y ganado en Nigeria continúa creciendo al ritmo actual, la degradación del suelo terminará perjudicando las actividades agropecuarias.

Un segundo terreno semidesértico gigante se desarrolla en el norte y el occidente de China, en el occidente de Mongolia y en Asia central. Luego de que las reformas económicas de 1978 retiraron la responsabilidad de la agricultura de grandes equipos de producción organizados por el Estado para depositarla en familias agrícolas individuales, las poblaciones ganaderas de China empezaron a crecer.

La cantidad de cabras continúa aumentando en la medida en que la tierra es despojada de vegetación y los vientos ayudan a remover el suelo para convertir pastizales en desierto.

Se puede contrastar la situación de China con la de Estados Unidos, que tiene una capacidad de pastoreo comparable. Aunque los dos países tienen una cantidad similar de ganado, la población combinada de ovejas y cabras de Estados Unidos, que suman nueve millones, es ínfima comparada con los 281 millones que posee China.

Lamentablemente, todas las clases de ganado degradan los suelos al eliminar al vegetación y pisotear la tierra.

La rotación de ganado, la producción agrícola combinada con la ganadera, y otras prácticas agrícolas sustentables pueden reducir la erosión del suelo, aumentar la productividad de las tierras agrícolas y conducir a un mayor contenido de carbono y humedad en el suelo. En algunas situaciones, se puede criar pequeñas cantidades de animales en áreas restringidas y se les puede traer forraje, como ocurre en el modelo de cooperativas lácteas de India.

Pero al final, la única manera viable de eliminar el pastoreo excesivo es equilibrar la dimensión de los rebaños con la capacidad de la naturaleza para regenerarse.

* Lester R. Brown es fundador y presidente del Earth Policy Institute. El artículo subraya datos presentados en su libro "World on the Edge: How to Prevent Environmental and Economic Collapse" (El mundo al borde: Cómo prevenir el colapso ambiental y económico, Nueva York: W.W. Norton & Company, 2011), disponible en Internet a través de http://www.earth-policy.org/books/wote.

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