LA HABANA – Desde que Donald Trump empezó su segundo mandato el 20 de enero, su drástica política contra los migrantes terminó meses después transformando el flujo en las rutas migratorias que parten de Cuba hacia Estados Unidos y otros países.
“Ya no iré a Estados Unidos, como tenía planeado. Allí vive gran parte de mi familia y sería más fácil asentarme, pero la postura de Trump complica el desafío. No me quieren allí, y si lograra entrar, igualmente no quiero vivir con el miedo a que me deporten”, dijo a IPS Roberto Ramos, un artesano de La Habana.
Al implementar una política de detención y deportación de personas indocumentadas hacia sus países de origen, el presidente estadounidense otorgó más poder al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (Ice, en inglés), para agilizar o directamente burlar el debido proceso de estos migrantes en los tribunales.
El Ice mantiene detenidos actualmente a unos 66 000 migrantes, una cifra sin precedentes que refleja un aumento de 70 % con respecto a la cantidad que había cuando Trump llegó a la Casa Blanca, según datos del Departamento de Seguridad Nacional.
El récord anterior lo ostentaba la propia administración de Trump, durante su primer gobierno /2017-2021), cuando en 2019 se tenían 56 000 migrantes bajo custodia.
Incluso la capacidad de sus centros de detención ha aumentado de 41 500 a 70 000 camas en este año, con la meta de llegar a 100 000 con la aprobación del llamado “Gran Proyecto de Ley”, eje económico y financiero de la nueva administración.
“Pensaba que, con la política de Trump, la gente no intentaría tanto irse de Cuba, ya que Estados Unidos es el país que más facilidades y redes de apoyo brindaba para los cubanos. Pero el cubano es persistente y probará suerte en otros lugares. Es que la situación acá tampoco mejora”: Roberto Ramos.
Un informe de la organización Human Rights Watch, publicado en julio, reportó “las horribles condiciones” de esos centros y que 72 % de los detenidos no tiene ningún antecedente legal, a diferencia del discurso oficial.
Estos hechos han infundado terror en miles de cubanos que se encontraban con riesgo de ser deportados debido a la revocación por parte de Trump de sus estatus legales en el país norteamericano, obtenidos bajo el “programa de libertad condicional humanitaria”, a través de la aplicación de citas en línea CBP One, u otras vías.
El aumento de deportaciones ha sido otra constante durante 2025, que en el caso de las de los migrantes cubanos, a diferencia de las de otras nacionalidades, han ocurrido en menores cantidades, dentro del marco de los acuerdos migratorios bilaterales previamente aprobados entre Estados Unidos y Cuba.
El 6 de noviembre se produjo el décimo y el más reciente vuelo de deportación de Estados Unidos a La Habana durante 2025, con 232 migrantes en condición irregular, 32 mujeres, un menor de edad y 189 hombres.
En 2025, han sucedido en total 38 devoluciones con 1376 personas desde distintos países de la región, según informaron las autoridades cubanas.

Sin ganas del “sueño americano”
Las cifras de entradas de migrantes por la frontera sur de Estados Unidos evidencian el impacto que han tenido las “puertas cerradas” de la política trumpista, en un país cuya emigración hacia el país norteamericano se vio alentada durante décadas y hasta 2017 por políticas que otorgaban la residencia permanente a los cubanos que tocaban su territorio.
De acuerdo a datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), el número de entradas irregulares desde Cuba durante 2025 cayó más de 80 % respecto a 2024, una reducción sin precedentes.
Entre enero y agosto de 2025, fueron detenidos 32 677 cubanos por las autoridades fronterizas estadounidenses, mientras que, en 2024, fueron 217 615, así como en 2022 y 2023, también se superaron los 200 000 cubanos detenidos.
Esa caída puede explicarse por la eliminación de las políticas migratorias que, durante el gobierno de Joe Biden (2021-2025), facilitaban la llegada masiva de personas procedentes de Cuba a territorio estadounidense.
Sin embargo, el interés de los cubanos por emigrar no ha disminuido; después de todo, la crisis económica que se ha agudizado en Cuba desde hace un lustro, junto a otros factores motivadores del éxodo, todavía permanecen.
Jessica, una camarera de un restaurante en La Habana que prefirió mantener su apellido en anonimato, tenía una solicitud pendiente dentro del programa de “parole humanitario”, que permitió la entrada de 111 000 cubanos a Estados Unidos, entre enero de 2023 y septiembre de 2024, además de la de miles de haitianos, nicaragüenses y venezolanos.
“Si Trump quita el programa, yo seguiría intentando emigrar, siempre de manera segura. Tal vez buscaría alternativas hacia otro país”, dijo a IPS en noviembre de 2024, en vísperas de las elecciones presidenciales del 5 de ese mes, cuando la derogación del programa todavía era apenas una amenaza del candidato republicano.
Un año después, a inicios de este mes de noviembre, Jessica logró emigrar a Ecuador con su familia.
“Pensaba que, con la política de Trump, la gente no intentaría tanto irse de Cuba, ya que Estados Unidos es el país que más facilidades y redes de apoyo brindaba para los cubanos. Pero el cubano es persistente y probará suerte en otros lugares. Es que la situación acá tampoco mejora”, comentó Ramos.

Otros rumbos
Frente a la cada vez más crítica situación socioeconómica en la esta nación insular caribeña, y las trabas de la administración estadounidense actual, España se ha erigido como un destino primordial para los cubanos, no solo por la proximidad cultural y algunas facilidades para la migración, sino específicamente por la Ley de Memoria Democrática.
Esta norma, conocida popularmente como “Ley de Nietos”, había ofrecido desde su entrada en vigor en octubre de 2022, hasta el 22 de octubre de 2025, una posibilidad para que las familias cubanas descendientes de españoles pudieran obtener la ciudadanía europea.
El Consulado General de España en Cuba recibió 107 338 solicitudes de nacionalidad española solo durante el primer semestre de 2025 (12,24 % del total).
En total, aproximadamente 300 000 cubanos de la isla –con una población total es de 9,7 millones– habían iniciado el trámite desde que entró en vigor la ley en 2022 hasta marzo pasado, consolidando a Cuba como el segundo país del mundo, solo por detrás de Argentina, con más peticiones.
“La ‘ley de nietos’ es una oportunidad real de rehacer mi vida en España sin los problemas de estar sin papeles, en un país desconocido, con apoyo financiero de ese gobierno”, dijo a IPS Manuel Expósito, trabajador autónomo de un mercado en La Habana, quien lleva más de un año esperando una cita en el consulado español.
También le pueden interesar:
Estados Unidos refuerza su política de máxima presión contra Cuba
Deportaciones en Estados Unidos atemorizan a migrantes cubanos
Triunfo de Trump en Estados Unidos nubla esperanzas de migrar en Cuba
Cuba propone nuevas leyes de migración, extranjería y ciudadanía
La tendencia de los últimos años también ha apuntado a un crecimiento de migrantes cubanos a destinos de América Latina, incluso desde antes de que Trump empezara la presidencia; específicamente, a países como México, Brasil, Uruguay, Chile, Panamá y otros.
En 2024, por ejemplo, Brasil recibió la mayor cantidad de inmigrantes cubanos en su historia reciente: 19 700 entre enero y noviembre, la mayoría atraídos por las facilidades de obtener documentos al solicitar refugio, oportunidades de empleo informal y la posibilidad de ingresar a ese país por la frontera con Guyana, a donde viajan sin necesidad de visado.
En el contexto actual, un flujo migratorio hacia países con mayores relaciones diplomáticas con Cuba también puede favorecer a futuro una más dinámica circularidad migratoria, concepto que, según un artículo publicado por la Universidad de La Habana, puede entenderse como “la alternativa a defender los vínculos de Cuba con sus nacionales, con independencia del lugar donde residan”.
En la medida en que Cuba concientice sobre las oportunidades y ventajas que ofrece apostar por la circularidad migratoria y promover políticas dirigidas a garantizar su inclusión en las estrategias de desarrollo económico y social, ello redundará en un mayor beneficio tanto para el país como para los cubanos migrantes, indica el artículo.
ED: EG


