SANTIAGO – Casi 200 Mercados Campesinos funcionan a lo largo de Chile estableciendo una exitosa relación de pequeños productores de la agricultura familiar campesina e indígena con los consumidores finales de sus productos.
Participan en la iniciativa unos 2500 agricultores que permiten a miles de chilenos acceder a alimentos saludables y a precios convenientes.
Este vínculo enriquece espacios públicos y abiertos donde los productores venden hortalizas, verduras, frutas, alimentos procesados (miel y mermeladas) y artesanías o hierbas medicinales.
La red Mercados Campesinos reúne en su mayoría a mujeres y es una iniciativa que funciona según la estacionalidad, el clima y la pertinencia cultural de cada territorio. Es impulsada desde el 2016 por el estatal Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap).
En medio de sus faenas en Lolenco, en el municipio de Curacaví, a 51 kilómetros al norte de Santiago, Cecilia Salgado dijo que “Mercados Campesinos fue para nosotros una ventana, una puerta maravillosa”.
“Con mi esposo trabajábamos en la producción de huevos. Pero no estábamos tranquilos porque no sabíamos qué hacer con tantos”, relató la agricultora de 61 años en una de sus dos parcelas, durante la jornada que IPS compartió en su predio.
“A todos les pasaba lo mismo: ¿dónde vendo tal cosa, a quien se la ofrezco? Y los compradores ofrecían lo que ellos querían. En cambio ahora no hay intermediarios y vendemos a un precio justo”, aseveró.
“Los Mercados Campesinos facilitan el acceso a productos frescos y saludables de emprendedores rurales e indígenas”: Santiago Rojas.
Mercados Campesinos establece redes de venta directa y un comercio justo en espacios donde la agricultura familiar ofrece lo mejor de una producción saludable.
Además, se rescatan alimentos tradicionales y ancestrales, propios de los pueblos originarios chilenos y sus territorios, y se da valor a ese acervo cultural y patrimonial.
Salgado comercia su producción desde hace seis años en el Mercado Campesino de Curacaví, pero también ha vendido en otros, como el de Maipú, en Santiago.
Tiene dos parcelas de hectárea y media cada una con almendros, ciruelos, manzanos y cítricos.
“Comenzaron los árboles a producir y la fruta da poco tiempo para vender. Ahora tenemos tranquilidad porque sabemos que vienen miércoles y jueves y podemos vender esa fruta”, relató.
“Lo más atractivo para los compradores son las ‘feijoas’ (Acca sellowiana) o guayabas de Brasil. Comenzamos con dos árboles y ahora tenemos 20. Tuvo muy buena aceptación pues contiene vitaminas, antioxidantes y es fragante y sabrosa¨, contó orgullosa.
Para Salgado todo han sido mejora con su pertenencia a Mercados Campesinos.
“Nos capacitaron en un taller, tenemos vestimenta y toldos y un reglamento que exige buen comportamiento y buen lenguaje”, contó.
Además, ahora cuenta con una Resolución Sanitaria que certifica sus productos como orgánicos.
Funcionarios del Indap la visitan constantemente para asesorarla y verificar su que su producción es orgánica. Recientemente recolectaron naranjas para llevarlas al laboratorio y examinar su trazabilidad.
Santiago Rojas, director nacional del Indap, resumió a IPS la labor de estos mercados: “facilitan el acceso a productos frescos y saludables de emprendedores rurales e indígenas”.
Subrayó además su constante crecimiento.
“Continuaremos acercando los productos y mejorando los ingresos de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, (Afci) en todas las regiones de Chile», subrayó.
La iniciativa busca promover una agricultura familiar campesina e indígena más inclusiva, sostenible y resiliente, garante de la soberanía para la seguridad alimentaria y nutricional y que impulse la conservación del medioambiente, el desarrollo y la permanencia del mundo rural y campesino.
Los roles de los agroexportadores y los agricultores familiares
Chile es un abastecedor mundial de alimentos con la producción de grandes empresas agroexportadoras que venden a Asia, principalmente China, y a Estados Unidos y la Unión Europea.
En 2024 las exportaciones agropecuairas, silvícolas y pesqueras chilenas crecieron en 25 % aportando 9029 millones de dólares de ingresos. De ese total, 8245 millones de dólares correspondieron a frutas, que aumentaron 28,6 %, con respecto al 2023.
El producto estrella fueron las cerezas con envíos por 3574 millones de dólares y un crecimiento de 51,4 % frente al año anterior. Las exportaciones de uvas, en tanto, sumaron 1281 millones de dólares, un incremento de 39,2 %.
Pero mientras la gran agricultura se enfoca en las mesas de consumidores internacionales, un relevante porcentaje de la alimentación de los 19,5 millones de habitantes chilenos proviene de los agricultores familiares.
“Emociona ver que las personas vienen contentas a buscar nuestros productos. Trabajamos agricultura limpia, que significa que damos lo más sano, sin uso de pesticidas”: Eva Herrada.
Según el Panorama de la Agricultura Chilena, la Agricultura Familiar Campesina e Indígena representa 90% del total de unidades productivas agrícolas de este alargado país austral, que se estrecha entre la cordillera de Los Andes y el océano Pacífico.
Datos del Indap revelan que la Afci controla 54 % de la producción de hortalizas y más de 40% de los cultivos anuales, de una sola cosecha.
El 2023 la Afci alcanzó un récord de ventas al estatal Programa de Alimentación Escolar con transacciones comerciales brutas que sumaron 4,12 millones de dólares.
Este programa abastece de hortalizas y frutas a más de 12 000 instalaciones educativas, beneficiando a 1,8 millones de estudiantes.
Un apicultor transhumante
Cuando casi arribaba a Puntra, una pequeña localidad en la austral isla de Chiloé, 1100 kilómetros al sur de Santiago, IPS entrevistó a César González, un apicultor trashumante de 47 años, quien viajó allí desde San Bernardo, en la periferia sur de Santiago, con las mejores de sus 250 colmenas.
La apicultura transhumante nació por la necesidad de continuar el desarrollo de las colmenas en los lugares más aptos.
«En la ciudad puedo desarrollar una colmena por las floraciones de los jardines. En la cordillera hay flores nativas con alto porcentaje de néctar y polen. Buscamos dónde las abejas se desarrollarán en forma óptima”´, detalló por teléfono desde Puntra.
“Chiloé no es mi zona de origen, pero partimos el año aquí. Debemos dejar que las colmenas invernen. Hice pruebas y resultó que es mejor venir a Chiloé a esperar el inicio del invierno austral y salir de aquí con las abejas en junio (cuando comienza el verano en Chile). La reina ya descansó y la llevamos al norte donde todavía es invierno, aunque no tan fuerte, y con una floración de eucaliptus”, explicó.
Agregó que durante ese periodo, «la abeja limpia su casa, se activa, trae un poco de polen y un poco de néctar y nosotros comenzamos a ayudarla dejándoles miel y un tratamiento para la humedad”.
En agosto comienzan las polinizaciones de arándanos y almendros, en el norte y centro de Chile. En septiembre, florecen los cerezos y hay una segunda polinización, para que dos meses después se produzca la de los paltos (Persea americana), también conocidos como aguacateros.
“Producimos una miel de altísima calidad, de flores nativas y vírgenes porque acá practicamente no le meten mano al campo”, explicó González.
Destacó al tepu (Tepualia stipularis), la tiaca (Caldcluvia paniculata) y el ulmo (Cucryphia cordifolia) como flores nativas en los bosques de Chiloé, que son ideales para esa polinización especial que busca.
González trabaja hace 16 años como apicultor y desde el 2024 produce con la marca “Finis Terra, mieles del fin del mundo”.
“El Mercado Campesino es una fuente más o menos constante, de poco auge, pero constante. Nos instalamos en el de la Plaza de Armas de San Bernardo, en el sur de Santiago”, contó.
Ha vendido hasta 1000 kilógramos de su miel al año.
“En Mercados Campesinos la gente conoce la calidad del producto. A veces exhibo videos con los procesos, donde contamos dónde estamos, cuáles son las flores que consumen las abejas¨, subrayó.
Una colmena plena, con buen desarrollo, tiene entre 60 a 70 000 ejemplares. Y González tiene 250 colmenas, aún lejos de los apicultores del vecino municipio de Paine, colindante con San Bernardo, que tienen hasta 2000.
De técnica en computadoras a proveedora agrícola
Los Mercados Campesinos han sido claves para reactivar la economía pospandemia permitiendo que familias se mantengan activas y competitivas.
Eva Herrada vende su marca agrícola Campomix. Se instala cada viernes en la Plaza Perú, en el acomodado municipio de Las Condes, en Santiago.
El día anterior cosecha en el predio de 1,5 hectáreas que arrienda en el municipio de Lampa, a 34 kilómetros al norte de Santiago.
Ofrece hortalizas y yerbas cultivadas sin químicos, envasadas, limpias y listas para usar.
“Nuestro emprendimiento es familiar. Lo trabajamos con mi padre Efraín, de 75 años, mi hermana Karina y mi esposo”, contó a IPS.
Hace unos años, trabajaba como técnica en computadoras, pero su empresa quebró. y entonces decidió incorporarse a la agricultura.
“La gente acá nos valora y eso es bonito. Emociona ver que las personas vienen contentas a buscar nuestros productos. Nos preguntan qué hacemos a las hortalizas que duran tanto y valoran la limpieza y que el producto está bonito”, dijo a IPS.
Añadió que «trabajamos agricultura limpia, que significa que damos lo más sano, sin uso de pesticidas”.
Antes de la pandemia, vendía sus productos a granel. Con Mercados Campesinos venden directamente a consumidores finales.
Está contenta porque estudió para certificarse en deshidratados y recién compró una máquina para elaborar estos productos.
“El deshidratado no se echa a perder, viene sellado y cuando se necesita se puede comer. En una crisis de la naturaleza, un terremoto o un temporal, si las personas quedan sin alimentos tienen los deshidratados que se reviven y se comen”, detalló.
Su único temor es que su parcela es arrendada.
“Teníamos tres hectáreas, pero quien me arrendaba me pidió la mitad, pese a estar al día en los pagos. Fue muy malo, triste y grave porque ahora este tipo de parcelas se destinan para construir casas y departamentos. Tengo un contrato por cinco años, pero si adelantan el término quedaré de brazos cruzados. Y no tengo los pesos para comprar”, aseveró.
ED: EG