ONU Derechos Humanos clama por detener la guerra en Sudán

Durante la guerra entre ejércitos rivales, el hospital de la ciudad de Zalingei, en la región sudanesa de Darfur, ha sido atacado y saqueado varias veces. Las entidades de las Naciones Unidas claman por detener la confrontación y las matanzas, y por más recursos para poder auxiliar a la población civil. Imagen: Juan Carlos Tomasi / RSF

GINEBRA – El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, se comunicó esta semana con los dos jefes de los ejércitos que luchan por el poder en Sudán, para pedirles que actúen de inmediato y así detener la confrontación y las matanzas en el occidente de ese país africano.

“Advirtió a ambos comandantes que luchar en El-Fasher (oeste), donde más de 1,8 millones de residentes y desplazados internos están actualmente cercados y en riesgo inminente de hambruna, tendría un impacto catastrófico”, dijo a periodistas en esta ciudad suiza Ravina Shamdasani, portavoz de Acnudh, la oficina de Türk.

Türk sostuvo llamadas telefónicas separadas con el teniente general Abdel Fattah Al-Burhan, presidente de facto y comandante del ejército nacional, las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS), y con el general Mohamed Hamdan Dagalo, quien lidera las rivales Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

El jefe de derechos humanos de la ONU los instó a ambos a actuar de inmediato –y públicamente– para reducir la situación, dijo Shamdasani, y recordó que Türk se había acercado previamente a los generales rivales en noviembre de 2022.

Al Burhan y Dagalo (FAR) se aliaron para derrocar al gobierno civil de transición en octubre de 2021, pero luego la rompieron desatándose una confrontación armada que comenzó el 15 de abril de 2023, primero en Jartum, la capital junto al Nilo, y luego en gran parte del país, sobre todo en el occidente.

Un año de guerra dejó ya más de 15 000 civiles muertos, 6,5 millones de desplazados  de sus hogares –sumados a otros tres millones de desplazados antes de esta guerra-, casi dos millones de personas huyeron a naciones vecinas.

En el país, de 1,8 millones de kilómetros cuadrados y 48 millones de habitantes, en su mayoría de origen árabe, unos 25 millones necesitan asistencia humanitaria, entre los cuales 18 millones enfrentan una grave inseguridad alimentaria, según agencias de las Naciones Unidas.

Acnudh expresó su preocupación por el impacto continuo y duradero del conflicto en todo Sudán, destacando la terrible situación de los civiles atrapados en la escalada de violencia en El Fasher y sus alrededores, en la occidental región de Darfur.

Se recibieron informes de la muerte de más de 260 civiles desde que los combates se intensificaron en la ciudad de Darfur del Norte la semana pasada.

La organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) denunció una “limpieza étnica” en la región de Darfur occidental por parte de las FAR y sus milicias aliadas contra el pueblo masalit y otras comunidades no árabes.

Türk “recordó a los comandantes sus obligaciones, en virtud del derecho internacional humanitario, de garantizar el estricto cumplimiento de los principios de distinción, proporcionalidad y precaución, y poner fin a cualquier violación en curso”, dijo Shamdasani.

Igualmente, de “garantizar la rendición de cuentas por las violaciones del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos”, agregó la portavoz.

Entretanto, las agencias de asistencia humanitarias de la ONU reiteraban sus llamados a países donantes para conseguir recursos con los cuales encarar la difícil situación de millones de sudaneses.

El plan de respuesta patrocinado por la ONU tiene como objetivo llegar y apoyar a 15 millones de las personas más afectadas, pero para lograrlo se necesitan con urgencia 2700 millones de dólares, recordó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) de la organización mundial.

Jens Laerke, portavoz de Ocha, dijo que para ese plan humanitario se recibieron solo 12 % de los recursos necesarios y “sin una inyección inmediata de fondos, los equipos de ayuda no podrán aumentar a tiempo la asistencia para evitar mayores privaciones y la hambruna”, la que podría llegar a ser la de mayor envergadura en el mundo.

A-E/HM

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