Pnuma propone decálogo para detener la contaminación plástica

Activistas que reclaman detener la contaminación plástica marchan junto al parlamento canadiense en Ottawa, sede de la conferencia que discute la adopción de un tratado internacional sobre la materia. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente plantea 10 medidas de política para defender al planeta ante esos daños. Imagen: Greenpeace

OTTAWA – Eliminar los plásticos innecesarios, rediseñar los productos y extender la responsabilidad de los productores figuran entre las 10 propuestas presentadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) ante la conferencia mundial sobre plásticos iniciada este lunes 22.

 

Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, pidió en su discurso de apertura que “en este Día de la Tierra de 2024, digamos que fue aquí donde cerramos el grifo de plástico. Que las próximas generaciones crezcan en un mundo de reutilización, recarga, reducción y reciclaje”.

La capital canadiense alberga esta semana la cuarta sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC4), establecido por las Naciones Unidas para desarrollar un instrumento jurídicamente vinculante sobre la contaminación plástica, incluida la marina.

Andersen hizo un recuento histórico y recordó que hasta después de la Segunda Guerra Mundial (1945) “ninguna civilización había vivido con el concepto de utilizar un material (una botella, un plato, un tenedor, un recipiente, una taza, una bolsa) sólo una vez”.

Ahora “cada niño crece en un mundo en el que se usa una vez y se tira”, dijo Andersen.

“La aparente conveniencia que trae consigo esta sociedad del descarte ha provocado una catástrofe ambiental en nuestros ecosistemas. Inunda nuestros desagües. Bloquea nuestros ríos. Asfixia nuestros océanos. Y entra en nuestros cuerpos. Nos hemos dado cuenta de que el mundo desechable no puede funcionar”, aseveró.

“Cada niño crece en un mundo en el que se usa una vez y se tira”: Inger Andersen.

La producción mundial de plástico se estima cercana a los 460 millones de toneladas anuales. Una parte importante contamina suelos, ríos, lagos y mares.

Andersen reconoció que el mundo seguirá necesitando del plástico “pero debemos ser deliberados sobre dónde y cuándo lo usamos”, y a modo de ejemplo expuso que “nos ayudará a construir automóviles, barcos y aviones de cero emisiones (de gases de efecto invernadero), más ligeros y con menor consumo de combustible”.

Pero planteó que, para contener la contaminación plástica que crece desde hace 75 años, debe acordarse un tratado internacional vinculante que, en primer lugar, tenga objetivos claros y mensurables con plazos determinados.

En segundo término, se deben eliminar los plásticos innecesarios, de un solo uso, de corta duración y problemáticos. Los ambientalistas señalan en particular a numerosos envases, bolsas, cubiertos, pajillas, vaso y similares.

Tercero en la lista, se deben rediseñar los productos, En tercer lugar, debemos rediseñar los productos, para que permanezcan en uso el mayor tiempo posible y apuntalando la economías circular agregando valor mediante el intercambio, el mantenimiento, la reutilización, la remanufactura y el reciclaje.

Como cuarto punto propuso acordar esquemas generales de responsabilidad extendida del productor, que se basen en pautas y estándares de los esquemas más exitosos, promoviendo el diseño de la circularidad que vayan más allá de la gestión de residuos y proporcionando fuertes incentivos a las empresas.

En quinto lugar, fortalecer el reciclaje invirtiendo en tecnologías de reciclaje y gestión de residuos ambientalmente racionales que cumplan normas específicas.

Sexto “debemos abordar las sustancias químicas preocupantes. Los trabajadores y usuarios están expuestos a sustancias químicas peligrosas contenidas en los plásticos. Necesitamos encontrar alternativas para proteger la salud humana”, dijo Andersen.

En séptimo lugar, se necesitan informes y transparencia que garanticen avances reales, permitan todas las demás soluciones y prevengan el lavado verde.

El octavo tema es el de explorar y acordar una financiación innovadora para la implementación de los objetivos y metas del tratado que se negocia.

Andersen cree que cuando se tengan objetivos claros, el sector privado comenzará a invertir en instalaciones de reciclaje debido al valor del contenido reciclado.

Consideró alentador que la semana pasada 160 instituciones financieras que representan 15,5 billones (millones de millones) de dólares en activos firmaran una declaración sobre la contaminación plástica en apoyo de la Iniciativa Financiera del Pnuma, que ayuda a entes financieron a alinearse con objetivos conservacionistas.

El noveno punto reconoce que se debe garantizar una transición justa que incluya y considere las perspectivas de todas las partes interesadas, y que genere nuevos empleos decentes para los 20 millones de recicladores que forman la fuerza laboral mundial de saneamiento.

Finalmente, se debe abordar la contaminación plástica existente y futura comprometiendo fondos para capturarla y para las limpiezas necesarias.

Para concluir, Andersen subrayó que el objetivo del instrumento que se discute es “proteger de la contaminación plástica a la naturaleza y sus recursos, como los alimentos y el agua, y, en última instancia, a las personas en todo el mundo”.

A-E/HM

 

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