WASHINGTON – El crecimiento económico esperado en América Latina y el Caribe en 2024 será de dos por ciento, menor al del año pasado y marcadamente por debajo del promedio mundial, que se sitúa en 3,2 %, indicó en su informe de perspectivas presentado este martes 16 el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con el caso aparte de Guyana, cuyo boom petrolero hará que su producto interno bruto (PIB) crezca más de 26 %, las economías de la región tendrán tasas modestas de crecimiento, e incluso Argentina estará en recesión, de -2,8 %.
Para otros sudamericanos, los estimados del FMI son de un crecimiento de cuatro por ciento en Venezuela –cuyo PIB se recupera después de perder casi cuatro quintas partes en la década pasada-, de 3,8 % en Paraguay, 3,7 % en Uruguay, 2,5 % en Perú, 2,0 % en Chile, 1,6 % en Bolivia y 1,1 % en Colombia.
En Brasil, la mayor economía de la región, el crecimiento será de apenas 2,2 % (2,9 % en 2023) y el año próximo de 2,1 %, debido a la consolidación fiscal, rezagos de una política monetaria restricta y un menor aporte de la agricultura al PIB.
En México, que creció 3,2 % el año pasado, el crecimiento en 2024 será de 2,4 %, apoyado en una expansión fiscal, pero previsiblemente solo de 1,4 % en 2025, cuando coincidan la contracción fiscal con la de la industria manufacturera.
En todo el mundo, la estimación de 3,2 % de crecimiento, que mejora la de 3,1 % en enero, proviene de una mejora sorprendente de la economía de Estados Unidos, la más grande del mundo, que avanzará 2,7 % este año, bastante más que el 2,1 % pronosticado en enero y el 2,5 % que logró en 2023.
En el conjunto de las economías emergentes y en desarrollo, el crecimiento podrá mantenerse estable en 4,2 % este año y el próximo, e incluso en los países de bajos ingresos llegaría a 4,7 % en 2024 y 5,2 % en 2025, (cuatro por ciento en 2023).
Europa en cambio tendrá un crecimiento muy modesto, de apenas 0,2 % en la zona euro y 0,5 % en el Reino Unido; Japón crecerá 0,9 %, y otras economías industrializadas alrededor de dos por ciento.
Los países en desarrollo y emergentes de Asia avanzarán en promedio 5,2 % este año y 4,9 % el próximo, tras su avance de 5,6 % en 2023. China crecerá 4,6 % en 2024 y 4,1 % en 2025, y los pronósticos para India son de 6, 8 y 6,5 %.
Tanto en el Medio Oriente, Asia central y África al sur del Sahara el crecimiento será moderado este año (entre 2,8 y 3,8 %), pero con perspectivas de mejorar en 2025.
La moderación se registra en un contexto global marcado por altas tasas de interés y políticas fiscales que buscan frenar los altos niveles de deuda con más impuestos y menos gasto público, todo lo cual merma el financiamiento para el crecimiento.
El FMI también considera que las cifras modestas recogen el impacto de situaciones como la guerra en Ucrania tras la invasión rusa en 2022, baja productividad, fragmentación geoeconómica con interrupciones en las cadenas de suministro, y las consecuencias de largo plazo de la pandemia covid-19.
En cuanto a la inflación, se pronostica que globalmente disminuirá de manera gradual y constante, de 6,8 % en 2023 a 5,9 % en 2024 y a 4,5 % en 2025, y se prevé que las economías avanzadas regresarán a sus objetivos de inflación antes que las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, dijo que “pese a las predicciones sombrías, la economía mundial sigue mostrando una resiliencia notable, el crecimiento se mantiene firme y la inflación se reduce casi con tanta rapidez como aumentó”.
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