Las escuelas resistentes al clima deben convertirse en prioridad mundial

Desde el cambio climático hasta el matrimonio infantil, la educación se considera la solución. La directora de La Educación No Puede Esperar, Yasmine Sherif, protesta contra el matrimonio precoz con los jóvenes delegados en la Conferencia de Alto Nivel del Fondo, celebrada en Ginebra el 16 y el 17 de febrero. Foto: ECW

GINEBRA / NAIROBI –  Desde el sur de Etiopía hasta el norte de Kenia y Somalia, se está produciendo la sequía más grave de los últimos 40 años. Hace demasiado calor para ir a la escuela con el estómago vacío, y cerca de tres millones de niños están sin escolarizar, y otros cuatro millones corren el riesgo de abandonarla por completo en todo el Cuerno de África.

Más lejos, meses después de las inundaciones y corrimientos de tierra sin precedentes que asolaron Pakistán, muchos pueblos siguen bajo el agua y millones de niños siguen necesitando ayuda vital.

El 6 de febrero,  mientras los niños y sus familias dormían, se produjo un terremoto de lo más devastador, que afectó a unos 2,5 millones de niños en Siria y a 4,6 millones de niños en Turquía.

Este viernes 17, niños delegados de Nigeria y Colombia han dicho al mundo que el cambio climático está arruinando su infancia y que el mundo debe actuar ya, pues 222 millones de sueños están en juego.

Su alerta la lanzaron en Ginebra, durante la segunda y última jornada de la Conferencia de Alto Nivel sobre financiación  para La Educación No Puede Esperar (ECW, en inglés), un fondo para la enseñanza en situaciones de emergencia, con una plataforma para la colaboración mundial en las respuestas educativas a las poblaciones infantiles vulnerables.

«Soy una niña campeona de Save the Children y miembro del parlamento infantil de Nigeria. Los niños son los menos responsables de la crisis climática y, sin embargo, soportamos la carga más pesada de su impacto, ahora y en el futuro. La emergencia climática es una crisis de los derechos del niño, y el sufrimiento lleva el rostro de un niño», afirmó Nafisa.

Con el espíritu de escuchar a los más afectados, a los que corren más riesgos, Pedro habló además de la vulnerabilidad de Colombia al cambio climático y del impacto en los niños, y más en los de las comunidades indígenas y en los que viven con alguna discapacidad, como su primo de 13 años.

Pedro y Nafisa insistieron en que los niños deben desempeñar un papel central en la respuesta a la crisis climática en todos los rincones del mundo. Dijeron que el cambio climático afecta a la educación y que, a su vez, la educación tiene un papel importante para dar respuesta al fenómeno.

La adolescente Nafisa, de Nigeria, recordó a los delegados en la Conferencia de Alto Nivel de La Educación No Puede Esperar, que la emergencia climática es un problema que socava los derechos de la infancia. Foto: ECW

La sesión en que participaron los dos niños se organizó en colaboración con el Centro Mundial de Ginebra para la Educación en Situaciones de Emergencia, Save the Children y Plan International, en el marco de la primera Conferencia de Alto Nivel sobre Financiación organizada en estrecha colaboración con los gobiernos de Alemania, Colombia, Níger, Noruega y Sudán del Sur,  además de ECW y Suiza.

Birgitte Lange, directora general de Save the Children Noruega, subrayó que el cambio climático no se puede ver solo como una amenaza futura porque ya está presente.

«Para los 2400 millones de niños del mundo, la crisis climática es hoy una crisis de emergencia mundial que está perturbando a los niños y su educación. El cambio climático contribuye, aumenta y profundiza la crisis existente, de la que los niños soportan la carga”, afirmó.

Detalló que el año pasado su organización realizó el mayor diálogo con los afectados infantiles de la historia. “Escuchamos a al menos 54 000 niños de 41 países de todo el mundo”, dijo.

“Compartieron sus opiniones sobre el cambio climático y sus consecuencias para ellos. Mantener a los niños en la escuela en medio de una crisis climática es fundamental para su bienestar y su aprendizaje. La educación desempeña un papel vital», remarcó.

Rana Tanveer Hussain, ministro de Educación y Formación Profesional de Pakistán, habló del grave impacto de las inundaciones en el sistema educativo del país.

«Más de 34 000 centros de enseñanza pública han resultado dañados o destruidos. Al menos 2,6 millones de estudiantes están afectados. Hasta un millón de niños corren el riesgo de abandonar la escuela», dijo el ministro del país asiático asolado por las inundaciones el año pasado.

“Durante esta crisis, la ECW acudió rápidamente con un gran apoyo, extendiendo una subvención de cinco millones de dólares, a través del Primer Programa de Respuesta de Emergencia en los distritos afectados por las inundaciones en septiembre y octubre de 2022, dirigido a 19 000 niños hasta el momento”, explicó Hussain.

Además, dijo, “el programa plurianual de resiliencia de ECW también se ha aprovechado para contribuir a estos grandes esfuerzos”. “Pero la necesidad sigue siendo grande», remarcó el ministro del quinto país más populoso del mundo.

Folly Bah Thibault, periodista de la cadena de televisión Al Jazeera, y fundadora y presidenta de una fundación de apoyo a la escolaridad infantil, moderó la sesión sobre el cambio climático en la que los niños delegados contaron cómo los afectados por la crisis climática se están quedando rezagados en su aprendizaje. Foto: ECW

Gregorius Yoris, un joven líder que representa a Youth for Education in Emergencies en Indonesia, dijo que a pesar de que los niños están en la vanguardia de la crisis climática, han sido los más rezagados en la búsqueda de soluciones al cambio climático.

Heike Kuhn, jefa de la División de Educación del Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, destacó a los participantes en la Conferencia que son mil millones de niños, casi la mitad de toda la población infantil mundial, los que viven en países con un riesgo extremadamente alto de cambio climático y peligros medioambientales.

Por ello, subrayó, “ha llegado el momento de criar niños resistentes al cambio climático”.

«Necesitamos tres cosas: escuelas resistentes al cambio climático, profesores resistentes al cambio climático y alumnos resistentes al cambio climático. Necesitamos escuelas climáticamente inteligentes para mantenernos a salvo cuando se produzca una catástrofe», explicó.

Kuhn planteó que «nunca debemos olvidarnos de los profesores, pues deben ser agentes del cambio y enseñar a los niños a utilizar recursos como el agua y la energía de forma sostenible”.

“También hay que enseñar a los niños a comportarse durante los cambios climáticos extremos, como los terremotos, sin dejar de lado a los niños más vulnerables», dijo.

Al cierre este viernes 17 de la Conferencia,  Yasmine Sherif, directora ECW, dijo a los participantes: «La mayor sensación proviene del hecho de que todas las partes interesadas de ECW están aquí y hemos recaudado estos recursos juntos, gobiernos, sociedad civil, organismos de la ONU, sector privado, Fundaciones”.

«Cuando observé los paneles y los compromisos, sentí que todo el mundo tiene ese sentido de pertenencia. La educación no puede esperar es suya. El éxito de esta conferencia es un hito histórico para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas», añadió durante la clausura.

En total, 17 donantes anunciaron promesas de contribución a la ECW, incluidas cinco contribuciones de nuevos donantes, un hito de la ECW.

A poco más de un mes del inicio del nuevo Plan Estratégico 2023-2026 del Fondo multilateral  ECW, estos compromisos históricos representan ya más de la mitad de los 1500 millones de dólares necesarios para cumplir su Plan Estratégico cuatrienal.

Sobre el camino a seguir, Sherif dijo que la ECW ya está en marcha, pero con los 826 millones  adicionales, para poder dar apoyo a 20 millones de niños y adolescentes, con una educación holística centrada en el alumno.

El  nuevo Plan Estratégico incluye en sus prioridades la localización, el trabajo con organizaciones locales de base, los jóvenes y conseguir que los niños también participen.

«No podemos seguir considerando las catástrofes provocadas por el clima y la educación en compartimentos estancos. Los conflictos provocan trastornos en la educación, al igual que las catástrofes provocadas por el clima y el destino de los niños y adolescentes que tienen que huir de sus países de origen como refugiados o desplazados forzosos dentro del país», subrayó Sherif.

T: MF / ED: EG

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe