La Unctad mantiene alertas sobre las criptomonedas

Aunque reconoce que las criptomonedas pueden ser útiles en transacciones privadas como las remesas de los migrantes, la Unctad alerta sobre los riesgos que comporta para las economías en desarrollo, tales como abundar en la desestabilización de sus finanzas, la evasión de tributos y la facilidad para transacciones ilícitas. Foto: Kanchanara/Unsplash

GINEBRA – Aunque las criptomonedas han beneficiado a particulares y facilitan las remesas, son un activo financiero inestable que también puede acarrear riesgos y costos sociales, ha insistido en advertir la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

En tres informes divulgados en las últimas semanas, la Unctad ha señalado que “no es oro todo lo que reluce” con las criptomonedas y que “es necesario ser precavidos” cuando su empleo transite de las finanzas privadas al área pública.

Las criptomonedas suponen amenazas para la estabilidad financiera, la movilización de recursos nacionales y la seguridad de los sistemas monetarios, según esa entidad de la ONU con sede en esta ciudad suiza.

Un primer informe indicó que “las recientes perturbaciones de las criptomonedas en los mercados sugieren que su posesión entraña riesgos de carácter privado, pero si los bancos centrales intervienen para proteger la estabilidad financiera, el problema se convierte en público”.

El pasado mayo las criptomenedas sufrieron caídas abruptas, como el bitcóin, la más famosa, con pérdidas de cinco por ciento de su valor en un solo día, a medidas que crecían las preocupaciones por la alta inflación y el alza de los tipos de interés.

También en una sola jornada Ether, la segunda mayor criptrodivisa, perdió 5,6 % de su valor, Tether dejó brevemente su paridad con el dólar y un tercera, TerraUSD, en una semana pasó de cotizarse a la par de la divisa estadounidense a registrar un valor de apenas 14 centavos.

La mayoría de esas monedas se mostraron susceptibles al retiro de fondos, aunque los usuarios aprovecharon las bajas para efectuar compras con miras a una recuperación de los valores en esa suerte de montaña rusa financiera.

Entre ellos, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, que en septiembre de 2021 estableció al bitcoin como moneda de curso legal y estimula su uso en todos los estratos de la población, en particular para el recibo de remesas de los migrantes.

La Unctad recordó que los mercados o bolsas de criptodivisas funcionan como una cámara de compensación, intermediando en sus conversiones a monedas soberanas.

En la actualidad, hay más de 450 criptobolsas, que el año pasado alcanzaron un valor estimado combinado de 500 000 millones de dólares en operaciones diarias, equivalente al máximo de operaciones alcanzado en el Nasdaq, la segunda bolsa de valores más grande del mundo.

El mayor mercado de intercambio, que cuenta con 28 millones de usuarios, alcanzó un nivel récord de operaciones diarias en noviembre de 2021, con 76 000 millones de dólares en transacciones.

La Unctad indicó que, hasta 2020, la tabla de países con más poseedores de criptomonedas la encabezaban Ucrania, Rusia (12,7 y 11,9 % de su población, respectivamente) y Venezuela (10,3 %), ésta última por la existencia de una moneda digital referente que estableció el gobierno para algunos de sus pagos, el petro.

Le seguían Singapur (9,4% de la población), Kenia (8,5), Estados Unidos (8,3) e India (7,3), y otros países latinoamericanos donde avanzaban esas criptomonedas eran Colombia (6,1) y Brasil (4,9 % de su población).

La entidad de la ONU sostiene que el uso de criptodivisas puede provocar riesgos de inestabilidad financiera. Si los precios se desploman, las autoridades monetarias podrían tener que intervenir para restablecer esa la estabilidad financiera.

Además, en los países en desarrollo, el uso de criptodivisas proporciona un nuevo canal para los flujos financieros ilícitos, y socava la eficacia de los controles de capital, un instrumento esencial en los países en desarrollo para frenar la acumulación de vulnerabilidades macroeconómicas y financieras.

Se alerta además que si las criptodivisas se convierten en un medio de pago generalizado, e incluso si sustituyen a las monedas nacionales de forma no oficial, esta situación podría poner en peligro la soberanía monetaria de los países.

Otro de los estudios de la Unctad examina cómo las criptomonedas se han convertido en un nuevo instrumento que debilita la movilización de los recursos nacionales en los países en desarrollo.

Aunque reconoce que las monedas digitales pueden facilitar las remesas, también pueden propiciar la evasión y elusión fiscal mediante flujos ilícitos, actuando como si fueran un paraíso fiscal donde no es fácil identificar la titularidad.

La Unctad recomienda establecer una reglamentación financiera integral de las criptodivisas mediante la regulación de los intercambios, las carteras digitales y las finanzas descentralizadas, y prohibir a las instituciones financieras su tenencia o la oferta de productos relacionados con ellas a los clientes.

Asimismo, limitar la publicidad relacionada con las criptodivisas, al igual que con otros activos financieros de alto riesgo, y ofrecer un sistema de pago público seguro, fiable y económico adaptado a la era digital.

A-E/HM

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