Nuevo llamado a frenar la homofobia desde religiones y Estados

Activistas contra la homofobia y otras formas de discriminación en la favela brasileña de Maré, Río de Janeiro, Hay un juego de palabras en la camiseta para significar que el amor y Maré son gais. Foto: Matheus Affonso/ONU
Activistas contra la homofobia y otras formas de discriminación en la favela brasileña de Maré, Río de Janeiro, Hay un juego de palabras en la camiseta para significar que el amor y Maré son gais. Foto: Matheus Affonso/ONU

WASHINGTON – Expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas, el Consejo Europeo y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidieron este lunes 17, Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, que los Estados e instituciones religiosas frenen las narrativas discriminatorias y estigmatizantes.

Recordaron que “en la actualidad 69 países siguen penalizando las relaciones entre personas del mismo sexo, así como diversas formas de expresión de género; algunos, incluso, contemplan la pena de muerte como consecuencia de las relaciones afectivas entre personas del mismo sexo”.

Varios de estos países, en Oriente Medio y Norte de África, en el sur y el sureste de Asia y en África subsahariana, “justifican el mantenimiento de las prohibiciones legales de la homosexualidad, alegando que defienden los principios del islam o del cristianismo y que, por tanto, son necesarias para mantener la moral pública”.

Muchas de esas prohibiciones, y los castigos que conllevan, “derivan de estructuras coloniales que se superpusieron a visiones culturales que aceptaban más a la diversidad”, destacó el texto.

El llamado a las instituciones religiosas pidió especialmente “considerar el impacto negativo que tienen las narrativas excluyentes o estigmatizantes sobre la violencia y la discriminación contra las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans y de género diverso (LGBT)”.

Las autoridades religiosas “tienen derecho a la autonomía en la administración de sus asuntos”, pero también “la responsabilidad de garantizar que la religión y la tradición no se utilicen para promover la discriminación de las personas por su orientación sexual e identidad de género”.

“Las imputaciones de pecado a la conducta y decisiones de las personas LGBT en nombre de la religión se utilizan a menudo como justificación para la criminalización y la aplicación de otras medidas punitivas”, recordó la declaración de más de 30 expertos y divulgada simultáneamente en varias capitales.

El texto expuso que las personas LGBT y de género diverso forman parte, desde siempre, de todas las tradiciones religiosas del mundo y, como todos los seres humanos, “deben ser reconocidas como merecedoras de amor y pertenencia”.

Igualmente, “debe reconocerse el derecho a la libertad de religión o creencias de todos los seres humanos durante su vida, incluido el de las personas LGBT”.

En ese marco, “el derecho a la libertad de religión o creencias de algunos no puede ir en detrimento del derecho de todos los seres humanos, independientemente de su etnia, raza, condición, orientación sexual e identidad de género, a llevar una vida libre de violencia y discriminación”.

Por eso subrayaron que “la incitación a la violencia y a la discriminación basadas en características personales, por parte de personas que ejercen liderazgos religiosos (…) constituye discurso de odio y no se encuentra protegida ni por la libertad de expresión ni por la libertad de religión o de creencias”.,

“Muchas personas LGBT persisten en la búsqueda de la aceptación dentro de sus sistemas de fe y creencias, incluso cuando se enfrentan a muros de oposición”, y “las tradiciones religiosas enseñan la necesidad de escuchar a las personas silenciadas y de elevar a las oprimidas”, se indicó.

Los expertos en derechos humanos sostuvieron que “una perspectiva de fe inclusiva sobre la sexualidad y el género puede crear un espacio profundamente significativo de hospitalidad y aceptación, en el que las personas puedan prosperar juntas, expresarse de forma autónoma y sentirse más cerca unas de otras”.

Instaron a todas las personas de fe y creencias, y todos los líderes religiosos, a adoptar un discurso público respetuoso y compasivo, así como “abstenerse de reproducir narrativas que perpetúan el estigma, justifican la discriminación y promueven la violencia”.

También los Estados y las empresas deben rechazar leyes, políticas y prácticas que discriminan o alimentan los prejuicios contra las personas LGBT, y en cambio fomentar condiciones que les permitan ejercer y disfrutar de todos sus derechos humanos y contribuir a la sociedad en igualdad de condiciones.

Entre los firmantes están Dunja Mijatovic, comisaria de Derechos Humanos en el Consejo Europeo, Víctor Madrigal-Borloz, experto de la ONU contra la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, y Ahmed Shaheed, relator en la ONU sobre la libertad de religión o de creencias.

También los responsables de comités de la ONU para los derechos económicos, sociales y culturales; contra la tortura; de los derechos de personas con discapacidad; cuestiones de las minorías, y promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, además del pleno de la CIDH.

El Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia conmemora cada 17 de mayo la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la asamblea general de la Organización Mundial de la Salud, en ese día del año 1990.

A-E/HM

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