OMS plantea cinco urgencias en el Día Mundial de la Salud

Personal sanitario en el laboratorio de un centro de salud en Bangkok, durante la pandemia covid-19. La OMS considera que "este es el momento" de invertir en salud como un motor para el desarrollo. Foto: P. Phutpheng/OMS
Personal sanitario en el laboratorio de un centro de salud en Bangkok, durante la pandemia covid-19. La OMS considera que "este es el momento" de invertir en salud como un motor para el desarrollo. Foto: P. Phutpheng/OMS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostuvo que la pandemia covid-19 no ha hecho más que agravar desigualdades preexistentes, ante las cuales, con motivo del Día Mundial de la Salud este miércoles 7, planteó cinco iniciativas que considera tan necesarias como urgentes.

En primer lugar se trata de acelerar el acceso equitativo a la tecnología relacionada con la pandemia, entre países y en cada uno de ellos, incluyendo dotar con 22 100 millones de dólares al Acelerador ACT (acceso a herramientas contra la covid), con pruebas y tratamientos para los países de ingresos bajos y medios.

Igualmente se requiere mayor inversión en atención primaria, priorizar la salud y la protección social, construir comunidades seguras, sanas e inclusivas, y potenciar los sistemas de datos y la información sanitaria.

Según la OMS, después del rápido desarrollo y aprobación de las vacunas contra la enfermedad, el siguiente desafío es garantizar su acceso a todas las personas que las necesitan.

Para lograrlo, destaca como “fundamental” el apoyo al mecanismo Covax, iniciativa global de Estados, empresas e instituciones en la que participan agencias de las Naciones Unidas y trabaja con gobiernos y empresas farmacéuticas para garantizar que las vacunas anticovid estén disponibles en todo el mundo.

Covax espera llegar durante los próximos días a 100 países y economías.

También son vitales productos como oxígeno médico, equipos de protección personal, pruebas de diagnóstico y medicamentos seguros, y los mecanismos para distribuir de forma justa todos esos recursos dentro de las fronteras nacionales.

En atención primaria se requiere mayor inversión, porque al menos la mitad de la población mundial no accede a servicios sanitarios esenciales,  y más de 800 millones de personas gastan al menos 10 por ciento de sus ingresos familiares en atención sanitaria, lo que lleva a la pobreza a casi 100 millones de personas cada año.

Para la OMS es vital evitar recortes en el gasto público en salud y otros sectores sociales, y en cambio los gobiernos deberían gastar un adicional de uno por ciento de su producto interno bruto en atención primaria.

Si se amplía así la inversión en atención primaria, en los países de ingresos bajos y medios se podrían salvar 60 millones de vidas, y aumentaría la esperanza de vida media en 3,7 años para 2030.

“Ahora es el momento de invertir en salud como un motor para el desarrollo», afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Los gobiernos también deben reducir el déficit mundial de 18 millones de trabajadores sanitarios necesarios para lograr la cobertura sanitaria universal en 2030.

Algunos países pusieron en marcha planes de protección social para mitigar las repercusiones socioeconómicas de la pandemia, pero la OMS destacó que muchos todavía se enfrentan a dificultades para encontrar los recursos con los cuales efectuar acciones concretas.

La Organización subrayó la necesidad para todo el mundo del acceso a una vivienda saludable, en barrios seguros, con servicios educativos y recreativos adecuados, pero recordó que 80 por ciento de la población mundial que vive en condiciones de extrema pobreza se encuentra en zonas rurales.

Actualmente ocho de cada 10 personas que carecen de servicios básicos de agua potable viven en zonas rurales, así como siete de cada 10 sin servicios de saneamiento, lo que confiere urgencia a la necesidad de invertir en servicios y medios de vida sostenibles para esas poblaciones.

Finalmente, se requiere disponer de un mayor número de datos de salud actualizados y de calidad, clasificados por sexo, riqueza, educación, etnia, raza, género y lugar de residencia, para averiguar dónde existen desigualdades, y abordarlas.

El estado de salud de estos diversos grupos suele quedar enmascarado cuando se utilizan promedios nacionales, y una reciente evaluación mundial de la OMS muestra que solo 51 por ciento de los países han incluido el desglose de datos en sus informes de estadísticas sanitarias nacionales.

Para Tedros “no tenemos que elegir entre mejorar la salud pública, construir sociedades sostenibles, garantizar la seguridad alimentaria y una nutrición adecuada, hacer frente al cambio climático y tener economías locales prósperas. Todos estos objetivos vitales van de la mano”.

A-E/HM

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