Proyectos para producir blísteres biodegradables en Costa Rica, integrar hidroponía y acuicultura en Colombia, y aumentar la producción de energía solar fotovoltaica en México, ganaron el concurso “Innovación para estilos de vida sostenibles” del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Se trata de un concurso al que acudieron unos 1000 estudiantes de pregrado y postgrado en universidades de esos tres países, que contó con apoyo de la Comisión Europea como parte de un proyecto para impulsar el consumo sostenible, y cuya lista de ganadores se completó este martes 20.
El primer premio en esta capital fue para ocho estudiantes de la Universidad de Costa Rica, que presentaron “Ecoblist”, blíster que consiste en una lámina de plástico creada con polímeros biodegradables, con base en almidón de yuca (mandioca), resistentes al calor y la humedad.
Sus autores pretenden contribuir a reducir la contaminación por plásticos desechables en los empaques farmacéuticos, y sostienen que la fórmula podría tener aplicaciones en el diseño de otros envases.
Un segundo premio fue concedido a un proyecto que promueve el cultivo de la yaca (Artocarpus heterophyllus), fruta originaria del sur y sureste de Asia y cultivada en áreas del Caribe, y la producción de sus derivados como sustitutos de la carne roja.
Ese proyecto fue elaborado por estudiantes del Tecnológico de Costa Rica, así como el galardonado en tercer lugar, una propuesta de reutilización de residuos de construcción para la fabricación de concretos reciclados.
En Colombia fue premiado “Acuaponía digital para todos”, un diseño de cuatro estudiantes de la Universidad de Popayán (suroeste): es un sistema de recirculación de agua y aprovechamiento de nutrientes para la cría de peces y la producción de vegetales hidropónicos.
El sistema está dentro de un invernadero monitoreado por medio de una aplicación digital y, según sus autores, su método puede consumir menos de la mitad del agua que se utiliza para producir esos alimentos en Colombia, con potencial para mejorar la seguridad alimentaria y los ingresos de poblaciones de escasos recursos.
Equipos de la Universidad de los Andes en Bogotá ganaron los siguientes lugares. El grupo Zuka Lab quedó en segundo puesto con “La caja del mapa de los sueños”, una herramienta para motivar la educación ambiental y el consumo consciente en niños y adolescentes de América Latina.
El tercer premio fue para “Sublime”, una propuesta de red de mercadeo, apoyada en una aplicación digital, para tratar de solucionar problemas de conexión entre pequeños productores campesinos y consumidores urbanos.
En México el primer premio fue para José Ramiro Fuentes Lara, estudiante de ingeniería química en la Universidad de Guanajuato (centro), quien diseñó el paquete tecnológico “Repsun”, que con un sistema de control inteligente y una celda fotosensible ayuda a determinar la posición exacta del sol durante el día.
El mecanismo permite aprovechar la posición óptima para la producción de energía solar fotovoltaica y aumentarla hasta 30 por ciento en cada jornada.
En universidades de Puebla y Querétaro (centro) recayeron el segundo y tercer premio, para “Cuidando sonrisas”, un plan para establecer huertos escolares en escuelas primarias, y “Viva verde”, una estrategia de gestión de residuos sólidos para impulsar la reducción y reciclaje de desechos.
Los ganadores de los primeros lugares recibirán 3000 dólares en asistencia técnica para ejecutar su proyecto, y participarán en un campamento virtual organizado por el Centro de Emprendimiento de la Universidad de los Andes, Colombia, donde expertos en ecoinnovación les ayudarán a desarrollar sus ideas.
Adriana Zacarías Farah, coordinadora regional de Eficiencia de Recursos en el Pnuma, dijo que “los ganadores son todos los jóvenes que participaron, porque creen en el cambio y no solo creen, sino que actúan para generarlo”.
Cuando le correspondió entregar el premio en Costa Rica, el coordinador regional del Pnuma, Leo Heileman, destacó que “lo que antes era importante, hoy es urgente. Queda claro que la recuperación económica post-covid-19 debe integrar de manera prioritaria la sostenibilidad ambiental y el bienestar social”.
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