Alimentos se pudren en Zimbabwe mientras mitad de población carece de ellos

La falta de demanda de productos frescos en Zimbabwe se produce mientras el país enfrenta una crisis alimentaria que ha llevado al pedido internacional para recibir asistencia humanitaria y pone de relieve los desafíos para equilibrar la producción y el consumo de alimentos
Vendedores de verduras en Zimbabwe, un país que experimenta una gran escasez de alimentos y la mitad de su población está subalimentada, mientras los comerciantes de productos hortícolas dicen que se ven obligados a desecharlos porque los consumidores no tienen dinero para adquirirlos. Crédito: Michelle Chifamba / IPS

Los montones de verduras podridas en los mercados de alimentos ubicados en el distrito central de negocios, emplazado en la segunda ciudad de Zimbabwe, parecieran reflejar una situación de abundancia. Pero la realidad es que este país del sur de África sufre de una creciente escasez de alimentos.

En el extenso mercado de verduras de Bulawayo, emplazado en el principal centro de negocios del país y que proporciona sustento a cientos de vendedores, las verduras podridas se han convertido en la norma.

La falta de demanda de productos frescos en los mercados de las principales ciudades de Zimbabwe se produce mientras el país enfrenta una crisis alimentaria que ha llevado a hacer llamamientos internacionales para recibir asistencia humanitaria y pone de relieve los desafíos para equilibrar producción y consumo de alimentos.

«No podemos regalar las verduras solo porque tememos que se pudran», dijo Mihla Hadebe a IPS en su puesto de verduras en el mercado de Bulawayo, donde vende desde tomates hasta coles, mangos y pepinos.

Hadebe aseguró que, “incluso si bajamos los precios, la gente simplemente no tiene dinero, por eso se ven muchas verduras pudriéndose así», mientras mostraba alguno de sus productos, mantenido en un extremo de su puesto.

Además, explica al igual que otros comerciantes que además existe escasez de oferta de algunas verduras básicas en la dieta local, como las coles, en particular la rizada africana, o tomates, y eso ha elevado los precios.

Mientras que en diciembre esa col rizada se vendía en el equivalente a un centavo de dólar, ahora su valor supera los tres centavos. La razón, aseguró Hadebe, “es que no hay existencias donde compramos las verduras, los campesinos nos dicen que no hubo cosecha porque no hay agua”.

Según el Fideicomiso de Medio Ambiente y Agricultura del Medio Ambiente de África del Sur (Smacet, en inglés) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es difícil cuantificar las pérdidas, aunque reconocen que el desperdicio de alimentos en Zimbabwe es bastante alto.

Llega en un momento en que el país busca abordar el creciente problema de la desnutrición. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ya ha alertado sobre los altos niveles de malnutrición en el país, remarcando que el problema es especialmente grave entre los niños y las mujeres.

«En Zimbabwe, casi uno de cada 3 niños menores de cinco años sufren de desnutrición, mientras que 93 por ciento de los niños entre seis meses y dos años no consumen la dieta mínima aceptable», dijo a IPS la portavoz de Unicef en Zimbabwe, James Maiden.

Remarcó que «alrededor de 34000 niños sufren críticamente de desnutrición aguda en el país».

En las zonas urbanas y rurales, las familias han cultivado tradicionalmente alimentos para su autoconsumo en huertos comunitarios, pero estos han mermado su productividad o han sido abandonados por el clima extremo que se ha sufrido en los últimos tiempos, pese a que buena parte se provee de agua mediante pozos.

«Lo que está sucediendo es terrible. Tenemos pozos pero, como pueden ver, nuestras verduras están sufriendo bajo este calor», dijo Judith Siziba, una de las muchas mujeres que plantan verduras para el consumo familiar en Bulawayo.

«No hay nada que podamos hacer más que observar. Pensamos que incluso si no llovía, los pozos nos ofrecerían alivio, pero no sucedió así», se lamentó a IPS.

La sequía y otros eventos extremos fruto del cambio climático también afectaron los niveles de las aguas subterráneas, mientras se espera que nuevas perforaciones ofrezcan alivio al sector agrícola, para poder mejorar así la seguridad alimentaria en este país de 16,2 millones de habitantes.

Zimbabwe es uno de los países del África subsahariana que han experimentado temperaturas récord, lo que ha puesto en incertidumbre la actividad agrícola a medida que la inseguridad alimentaria empeora.

Esto ha empobrecido la dieta de los zimbabuense, en un país con salarios promedio muy bajos.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alerta que el número de personas que requieren asistencia alimentaria sigue aumentando en Zimbabwe, y resalta que prácticamente la mitad de su población, casi ocho millones de personas, sobrevive con inseguridad alimentaria.

«El PMA está trabajando para duplicar la cantidad de personas a las que ayuda en Zimbabwe. Nuestro objetivo es apoyar a 4,1 millones de personas que enfrentan hambre», dijo Isheeta Sumra, portavoz del PMA en Zimbabwe.

«Tal como están las cosas, necesitamos urgentemente 200 millones de dólares para ayudarnos (a brindar asistencia de emergencia) hasta mediados de 2020. La situación es grave y podemos prever que nuestras necesidades crecerán durante 2020», afirmó a IPS.

Nathan Hayes, analista de la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist cree que el país ha tardado en responder a la crisis alimentaria y nutricional.

«Para empeorar las cosas, las lluvias pobres han exacerbado la crisis alimentaria. Esta crisis económica en curso significa que se han cortado las redes de seguridad social, dejando a muchas familias vulnerables e incapaces de pagar suficientes alimentos cada día», dijo Hayes a IPS.

T: MF

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe