Con acciones comunitarias y la primera marcha masiva sin autorización oficial, el activismo de gays, lesbianas, bi, trans e intersexuales (LGBTI) entra en una nueva etapa que calificaron de decisiva para mantener y ampliar sus derechos en Cuba.
“La lección ha sido grande… al final te das cuenta que detrás de todo esto hay mucha manipulación. Pero yo no me puedo rendir ni dejar presionar… tengo que seguir luchando por mis derechos”, dijo a IPS la artista Siria González, del proyecto comunitario Casa Tomada Mirarte.
Con una bandera multicolor en la mano, González estuvo entre las primeras personas que llegó en la tarde del sábado 11, al Parque Central, en el municipio de La Habana Vieja, donde decenas de activistas, personas LGBTI y solidarias con esa causa protagonizaron la caminata, que fue convocada a través de las redes sociales.
Luego de que los primeros activistas hicieron ondear sus banderas en el Parque Central y respondieron a preguntas de la prensa internacional y alternativa, el grupo fue creciendo con más personas y otras que miraban desde cierta distancia, como la empleada en un centro gastronómico Aylin González.
“Hace tiempo que participamos en las congas y nos quedamos sorprendidas con la noticia de que estaban suspendidas. No sabemos en realidad por qué”, dijo a IPS. “Hay un poquito de temor a que se vuelva a cómo era tiempos atrás, que hasta ahora se ha luchado bastante”, valoró antes de unirse a la marcha.
Todo comenzó el 6 de mayo, cuando el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) comunicó que por decisión del Ministerio de Salud Pública, al que se adscribe esta institución, quedaban suspendidas las dos congas (marchas festivas) previstas en la 12 Jornadas Cubanas contra la Homofobia y la Transfobia.
Ese es el nombre al programa anual de actividades educativas, de activismo y sensibilización, que desde 2007 el Cenesex coordina en la capital y una provincia seleccionada como sede central alrededor del 17 de mayo, el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.
El texto original del programa incluía una marcha el sábado 11 en La Habana y otra en la ciudad de Camagüey, que fueron canceladas, según Cenesex, “por la agresividad contra Cuba y Venezuela” y grupos que “pretenden utilizar nuestra Conga para desacreditar, dividir y sustituir el verdadero sentido de esta actividad” .
Con banderas y arengas como “El anillo pa’ cuando”, “Viva la Revolución” y “Cuba diversa”, el grupo congregado en el Parque Central caminó pacíficamente por la antigua avenida del Paseo del Prado, donde los autos lo recibieron con bocinazos y la policía detuvo el tráfico por un kilómetro hasta la intersección con el malecón habanero.
En ese punto, agentes policiales informaron que no podían continuar. En momentos confusos, al menos sucedieron cinco detenciones con resistencia. Desde antes de la marcha trascendió en las redes sociales que varios activistas que confirmaron su asistencia fueron detenidos previamente y otros advertidos de no asistir.
Tras el incidente violento, varios manifestantes se sentaron en el suelo del parque y algunas parejas se subieron sobre los bancos para besarse en la boca, aupadas por gritos y aplausos.
Otros participantes comentaron que irían a la Fiesta por la Diversidad, que el Cenesex organizó en un centro recreativo en el barrio habanero de Vedado.
“La Constitución fue escrita con las manos, el corazón, inteligencia y sabiduría del pueblo cubano”, dijo la sexóloga Mariela Castro Espín, coordinadora del Cenesex, a los asistentes a la Fiesta por la Diversidad, que recibió cobertura de la televisión estatal.
“Ahí están nuestros derechos, de todas las personas”, enfatizó la diputada, que aboga por la vía estatal para el logro de derechos.
Bajo críticas y apoyos en las redes sociales, el domingo 12 Castro Espín calificó en su perfil de Facebook a la marcha alternativa de “show convocado desde Miami y Matanzas, respaldado por funcionarios de la embajada de Estados Unidos y cubierto por la prensa extranjera”, en tiempos de confrontación entre La Habana y Washington.
Pero el intenso debate sobre la caminata pacífica y derechos humanos en Cuba continúa en las redes sociales en un país cada vez más conectado a Internet, que vive un complejo escenario respecto a postergadas demandas LGBTI como el matrimonio y la adopción igualitaria desde que en julio de 2018 comenzó la reforma constitucional.
El proyecto de ley fundamental incluía una definición del matrimonio como “la unión voluntaria entre dos personas”, en el artículo 68. Pero,tras la consulta popular, el parlamento cambió por “una de las formas de organización de las familias”, a definir en un futuro nuevo Código de Familia, que será sometido a consulta y plebiscito.
Sectores sociales rechazaron el artículo 68, que hubiera allanado más el camino al matrimonio igualitario, en especial iglesias evangélicas, que organizaron campañas, recogidas de firmas y continúan realizando acciones masivas en espacios religiosos, que hasta se han desbordado a zonas públicas para hacer valer sus posturas.
“Durante la consulta se hicieron muy pocas cosas por parte de la comunidad LGBTI”, evaluó el joven activista Jancel Moreno, que coordina el proyecto en formación Dame la mano, una de las iniciativas autónomas representadas en la marcha y que realizan pequeñas acciones contra la homofobia en espacios comunitarios e Internet.
Aunque personas como Moreno prefieren la definición de matrimonio definitiva y otros la del eliminado artículo 68, la decisión parlamentaria de que el Código de Familia sea sometido a referendo resulta rechazada. “Una mayoría que no conoce del tema, que tiene muchos prejuicios, no puede plebiscitar los derechos de una minoría”, dijo.[related_articles]
En busca de visibilizar más a la comunidad LGBTI, algunas iniciativas autónomas como Dame la mano, Alianza Afrocubana, Dame tu pulóver, CineClubCuir, Casa Tomada Mirarte, la campaña “Acepto”, la plataforma 68Va, Riera Studio, entre otras, realizan pequeñas acciones comunitarias de cara al referendo de la ley de familia.
Por su parte, Cenesex aseguró que el resto del actual programa, que incluye trabajo educativo y de sensibilización, continuará hasta completar las 29 actividades previstas.
Un largo camino queda pendiente, aunque se observan avances, en la lucha por la no discriminación por orientación sexual e identidad de género en la población de 11,2 millones habitantes, según las últimos resultados de estudios representativos.
Al menos 63,8 por ciento rechaza la unión legal entre personas del mismo sexo, de la muestra representativa de 39.318 personas, de 12 a 64 años, entrevistadas en la Encuesta sobre Indicadores de Prevención de Infección por el VIH/sida 2017, disponible desde marzo en el sitio de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
El cuestionario, aplicado ese año, encontró también que 59,3 por ciento de las personas acepta la diversidad sexual o al menos a los hombres que tienen sexo con otros hombres, mientras que 40,7 por ciento manifiesta reticencias o disímiles actitudes de rechazo.
Antes, la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género (Enig-2016), con una muestra representativa de 19.189 personas de 15 a 74 años, encontró el dato más inclusivo de los conocidos hasta el momento: 77 por ciento de las y los entrevistados considera que las personas LGBTI deben disfrutar de iguales derechos.
Pero cuando el cuestionario preguntó por los principales derechos demandados por esta comunidad, los resultados fueron contrastantes: solo 49,1 por ciento de la muestra consideró que «se les debería permitir casarse» mientras que entre 31 y 34,6 por ciento está a favor de que una pareja del mismo sexo adopte un niño.
Edición: Estrella Gutiérrez