La “paz sostenible” no encuentra cabida en medio de conflictos

La apertura en Estocolmo del foro "La urgencia y la lógica de invertir en conflictos violentos". Crédito: Sipri.
La apertura en Estocolmo del foro "La urgencia y la lógica de invertir en conflictos violentos". Crédito: Sipri.

“Una política para la paz”, fue el mensaje revelador derivado del quinto Foro de Estocolmo sobre Paz y Desarrollo, precisamente el desafío que tiene el mundo por delante en medio de conflictos y disturbios.

Ese reto se centra en cómo se puede promover la paz y el desarrollo con la agitación política que hay en partes de Asia y África y los continuos conflictos en Medio Oriente, y todo eso en el marco de un aumento del gasto militar que se traduce en ventas multimillonarias de armas.

El presidente de la Junta de Gobernadores del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, Jan Eliasson, instaló el tema del debate para el encuentro de tres días cuando declaró: “No hay paz sin desarrollo ni desarrollo sin paz”.

“Y nada de lo anterior sin derechos humanos”, declaró el embajador Eliasson, ex vicesecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El foro, realizado del 7 al 9 de este mes, contó con la participación de más de 350 dirigentes políticos, autoridades, académicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil.

En su presentación, el presidente de la Asamblea General de la ONU, Miroslav Lajcak, subrayó el nuevo concepto que maneja el foro mundial de “paz sostenible”, y que ha sido el centro de dos resoluciones, una del Consejo de Seguridad y otra de la propia Asamblea General.

La idea “estimuló nuevas iniciativas; nos tiene a todos hablando y actuando”, apuntó.

Y a fines de abril, la ONU organizó una reunión de alto nivel sobre “Construcción y sostenibilidad de la paz”.

El encuentro mostró las mejores prácticas. “Aprendimos sobre cómo pasamos de actores independientes o actividades por la paz a reunir nuestros recursos”, destacó Lajcak, también canciller de Eslovaquia.

A modo de ejemplo, el presidente dijo que pudo ver eso en acción cuando viajó a la ciudad colombiana de Totoró. “Vi un verdadero compromiso por la paz, de varias agencias de la ONU, de funcionarios del gobierno y de comunidades indígenas”.

En segundo lugar, “vi como todos esos actores se unieron, bajo un programa entre varias agencias de la ONU, para un objetivo común: que el acuerdo de paz prendiera”, contó.

“Hablamos mucho de alianzas”, añadió.

“Hace años, la ONU era como una isla. Era común que actuara sola. Pero todos nos dimos cuenta de algo importante: la paz sostenible no pertenece a ninguna entidad. Solo se puede lograr si todos trabajamos juntos”, explicó.

“Escuchamos en la reunión que las alianzas con organizaciones regionales son particularmente cruciales. Y dado el punto en el que estamos, este foro es una buena oportunidad para mirar cómo podemos construir vínculos más fuertes entre la Unión Europea y la ONU para una paz sostenible”, explicó.

“En tercer lugar, quiero decir, fuerte y claro: a ningún debate le faltó la dimensión de género. Y lo digo en serio; ni uno”, añadió.

Otras destacadas figuras que participaron en el foro fueron Margot Wallstrom, canciller de Suecia, Isabella Lovin, ministra sueca de Desarrollo Internacional, Cooperación y Cambio Climático, Gbehzohngar Milton Findley, canciller de Liberia, Adela Raz, vicecanciller de Afganistán y Hassan Hussein Hajji, ministro de Justicia de Somalia.

Pero el último informe de Sipri, divulgado en la primera semana de este mes, subraya el aumento del gasto militar precisamente cuando se especula en forma generalizada de una nueva guerra fría entre Estados Unidos y Rusia.

Y es probable que las amenazas bélicas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra países como Irán, y hasta hace poco, Corea del Norte, promuevan un mayor gasto militar.

Y los continuos conflictos en Siria y Yemen, así como la inestabilidad en Iraq, Libia y Afganistán, impulsaron una carrera armamentista e estimularon la venta de armas de Estados Unidos y Occidente, en general, hacia zonas en guerra de Asia y Medio Oriente.

En ese contexto, “hay pocas esperanzas de que el gasto militar vaya a disminuir en un futuro cercano”, respondió Pieter Wezeman, investigador del Programa de Armas y Gasto Militar de Sipri, al ser consultado por IPS sobre la posibilidad de que ello ocurra.[related_articles]

En 2017, el gasto militar permaneció estable.

Pero eso sucedió cuando Rusia tuvo que disminuir su presupuesto militar por problemas económicos y al año siguiente de que Arabia Saudita disminuyera el suyo de forma notoria.

“Si esos dos países quisieran mantener sus ambiciones de mejorar sus fuerzas armadas, sería de esperar de que aumenten el gasto militar en cuanto sus economías mejoren”, pronosticó Wezeman.

Arabia Saudita comenzó a aumentar el gasto en 2017, a pesar de que el bajo precio del petróleo se prolongó. Al mismo tiempo, no hay indicios de que China termine sus constantes aumentos anuales.

La disminución del gasto militar estadounidense terminó en 2016, observó Wezeman.

Trump ha impulsado aumentos, y es probable que haya otro sustancial en 2018.

Finalmente, muchos estados de Europa comenzaron a aumentar su gasto en respuesta a lo que perciben como crecientes amenazas de Rusia, y en relación con los conflictos en Medio Oriente.

Las crecientes tensiones entre Estados Unidos y la mayor parte de Europa, por un lado, y Rusia, por otro, son un claro motivo para aumentar el gasto militar.

Pero la rivalidad entre grandes países de Asia Pacífico, como China, por un lado, y Estados Unidos, India y Japón, por otro, es también un gran elemento en juego, añadió.

En el documento publicado el 2 de este mes, Sipri señala que el gasto militar a escala mundial aumentó a 1.700 millones de dólares en 2017, tan solo 1,1 por ciento más en términos reales respecto de 2016.

“El elevado gasto militar contínuo en el mundo es un motivo de gran preocupación”, alertó el embajador Eliasson, pues socava la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos que hay en el mundo.

Tras 13 años de aumentos consecutivos, de 1999 a 2011, y de un período relativamente estable de 2012 a 2016, el gasto militar total volvió a subir en 2017.

Ese año, el gasto militar representó 2,2 por ciento del producto interno bruto mundial, o 230 dólares por persona.

“Los aumentos en el gasto militar mundial de los últimos años se deben en gran parte al crecimiento sustancial de los presupuestos de países de Asia, Oceanía y Medio Oriente, como China, India y Arabia Saudita”, indicó Nan Tian, investigador del programa de Armas y Gasto Militar de Sipri.

“A escala global, el peso del gasto militar claramente se desplaza de la región euro-atlántica”, apuntó.

Traducción: Verónica Firme

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