Organizaciones de la sociedad civil instaron a Estados Unidos a dar marcha atrás a su decisión de retirarse de la Unesco, arguyendo sus temores por la libertad de expresión, de prensa y por la seguridad de los periodistas.
Con el argumento de que existe una tendencia contra Israel y debido a la incorporación de la Autoridad Nacional Palestina, el gobierno de Donald Trump anunció que se retirará de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en diciembre de 2018.
“La tendencia contra Israel documentada por parte de la Unesco debe terminar”, declaró la portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, Heather Nauert.
“Si la Unesco quiere reformarse y retornar a cuando realmente promovía la cultura y la educación y todo eso, quizá podamos revisar esto”, prosiguió.
Ese país quiere realizar aportes en tanto que un observador no miembro, pero las organizaciones defensoras de la libertad de expresión como Reporteros sin Fronteras (RSF), el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) y Artículo 19 consideraron la decisión como un gran golpe a la libertad de prensa y de expresión en el mundo.
“El retiro de la Unesco representa un intento de debilitar a la organización, que no realizará más aportes ni influirá en las cuestiones importantes que están en el mandato de la Unesco, como la protección de periodistas”, explicó la directora de comunicaciones de RSF Estados Unidos, Margaux Ewen, en diálogo con IPS.
“El hecho de que Estados Unidos decida no formar más parte de la Unesco ni de la cartera es realmente desalentador para cualquiera que esté a favor de la libertad de prensa y la protección de los periodistas”, añadió.
La directora de campaña del CPJ, Courtney Radsch, coincidió: “La Unesco desempeña un papel fundamental en la promoción de la seguridad de los periodistas en todo el mundo y el retiro de Estados Unidos debilitará su capacidad de hacer frente a las violaciones al crear un vacío de poder que podrían llenarlo gobiernos autoritarios”.
Fundada sobre las cenizas de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la Unesco es responsable de coordinar la cooperación internacional en materia de educación, ciencia, cultura y comunicación, además de promover la paz y fortalecer los lazos entre las naciones y las sociedades.
También procura promover medios libres, independientes y plurales para mejorar la libertad de expresión y de información en el mundo.
Además de su interés por la libertad de expresión, la organización también allana el camino para garantizar la seguridad de los profesionales.
La Unesco registró el asesinato de casi 1.000 periodistas y trabajadores de medios desde 2007 y es la principal agencia encargada de implementar el Plan de Acción para la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, un documento que propone medidas para fortalecer el trabajo en esas áreas.
“El apoyo a la Unesco está intrínsecamente vinculado a ofrecer garantías para que los periodistas estén seguros al realizar su trabajo, aun en algunos de los países más peligrosos”, reza la declaración conjunta de las organizaciones de medios.
No está claro si la decisión de Washington forma parte de su política de rechazar el multilateralismo y a la ONU, pero Ewen señaló que se condice con las actuales violaciones a la libertad de expresión en Estados Unidos.
“El gobierno actual ha estado en contra de la libertad de expresión y ha atacado a los medios y a los periodistas a título personal por su cobertura, que no agrada a la Casa Blanca, así que esto parece una extensión de ese tipo de visión sobre la libertad de prensa”, explicó a IPS.
“Proteger la libertad de expresión y garantizar la seguridad de los periodistas, valores centrales de Estados Unidos, requiere invertir en el multilateralismo, no escapar de él”, añadió Ewen.
Durante la campaña electoral y desde que asumió la Presidencia, Trump calificó en reiteradas ocasiones a las organizaciones de medios, incluidos The New York Times y CNN, como de difundir noticias falsas.
En una manifestación en Arizona, el presidente llamó a los periodistas “personas verdaderamente deshonestas” y criticó la cobertura sobre su propia reacción a una protesta de supremacistas blancos en la ciudad de Charlottesville.
Hace poco, el fiscal general, Jeff Sessions, planteó la posibilidad de citar a los medios para revelar la identidad de quienes filtran información, violando el derecho de los periodistas a proteger sus fuentes.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al-Hussein, criticó las declaraciones del presidente Trump: “Es bastante increíble cuando uno piensa que la libertad de expresión no solo es una piedra angular de la Constitución estadounidense, sino algo que Estados Unidos defiende desde hace años y ahora lo ataca el propio presidente”.
“Llamar a las organizaciones de prensa ‘falsas’ le hace un daño tremendo y referirse a los periodistas de esa forma me lleva a la pregunta: ¿no es una incitación a que otros ataquen a los periodistas?”, planteó.
Y ya se ven las consecuencias de esa retórica en el mundo.
En Camboya, el portavoz del gobierno Phay Siphan amenazó con tomar medidas contra los medios de prensa porque “no reflejan la situación real”, y se refirió a la expulsión de organizaciones de prensa de la Casa Blanca por el presidente Trump a principios de este año.
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La gobernante de Myanmar (Birmania), Aung San Suu Kyi, calificó los informes sobre las atrocidades perpetradas contra la minoría rohinyá de “noticias falsas” que ayudan a los terroristas.
El director ejecutivo de Artículo 19, Thomas Hughes, señaló que el ataque de Trump contra la prensa es “más que una retórica vacía” y una señal del alejamiento de la posición de “defender la libertad de expresión en el mundo”.
“Proteger la libertad de expresión y garantizar la seguridad de los periodistas, valores centrales de Estados Unidos, requiere invertir en el multilateralismo, no escapar de él”, añadió.
Las organizaciones de medios llamaron a Estados Unidos a reconsiderar su decisión.
Estados Unidos “es un actor clave en el concierto internacional y tienen la habilidad de incidir en cambios positivos, y nos gustaría que siguieran formando parte de este debate y de las actuales campañas para garantizar la protección de los periodistas en el terreno”, dijo Ewen a IPS.
Esta es la segunda vez que Estados Unidos abandona la Unesco, ya se había retirado en 1984 preocupado por la influencia de la hoy disuelta Unión Soviética, aunque volvió en 2003.
En 2011, Estados Unidos dejó de aportar a la organización por la incorporación de la ANP.
Y esta última decisión de retirarse se dio en medio de las elecciones de nueva dirección de la Unesco y en las que la exministra judía-francesa de Cultura, Audrey Azoulay, fue la elegida.
En respuesta a esta situación, Azoulay declaró que abandonar la Unesco no es la solución.
“En este momento de crisis, creo que tenemos que invertir en la Unesco más que nunca, que apoyarla, reforzarla y reformarla, no abandonarla”, añadió.
De ser confirmada en noviembre por la Asamblea General, de 195 miembros, Azoulay reemplazará a Irina Bokova.
Traducido por Verónica Firme