Temprano por la mañana, varios agricultores en esta aldea de India escuchan con atención a la Sarathi Jhalak, una radio comunitaria que transmite un programa sobre el cambio climático.
El grupo de labradores de Anugondanahalli, ubicada a 70 kilómetros de Bangalore, la capital del estado meridional de Karnataka, escuchan los sencillos consejos que comunican expertos sobre la manera en que los agricultores pueden minimizar el impacto del clima en sus cultivos.[pullquote]3[/pullquote]
«No tengo ningún conocimiento sobre el cambio climático», reconoció Ram Kutty, un agricultor de 60 años.
“Es cosa buena si los expertos me lo pueden explicar en un lenguaje sencillo para que pueda proteger a mis campos. La falta de planificación en nuestro trabajo puede ser la diferencia entre la miseria y la prosperidad. Es por eso que la radio comunitaria se transformó en mi mejor amiga», comentó.
Fundada en 2012, Sarathi Jhalak es una de las más de 200 radios comunitarias en India, un país asiático de 1.250 millones de habitantes y 18 idiomas reconocidos oficialmente, pero donde se hablan 1.652 lenguas más.
Además de llenar el vacío que dejan los demás medios de comunicación, la radio comunitaria está transformando la vida en el interior del país. Esta forma de comunicación participativa también es una buena herramienta para el desarrollo socioeconómico a nivel de las bases.
El contenido de las radios comunitarias es innovador ya que aborda las preocupaciones locales. Es generado por la población misma, con la participación de diversos grupos – mujeres, niños, agricultores, pequeños empresarios, abogados y estudiantes.
«Tratamos de destacar asuntos importantes que resuenen en la población», explicó el fundador de Sarathi Jhalak, D. S. Shamantha.
«El énfasis se pone en temas de desarrollo, salud pública, agricultura, folclore, cuestiones legales y de bienestar social. Le damos a nuestro público objetivo información sobre todos los asuntos, como cualquier otra radio, pero con un sabor local. Nuestros segmentos sobre la violencia contra las mujeres y los niños, la salud y la educación, la agricultura y el acoso sexual de las mujeres en los campos tuvieron una respuesta excelente», aseguró.
La programación de Sarathi Jhalak se concibe según los aportes de los oyentes y las necesidades locales. Diariamente hay emisiones en vivo y programas grabados elaborados por una decena de disc jockeys, en su mayoría mujeres. A la población se le alienta a participar y se fomenta el intercambio de conocimientos.
Lejos de Anugondanahalli, en las colinas de Chamba, en el estado himalayo de Uttarakhand, una disc jockey de la emisora Hewal Vani le recuerda al público que escuche su nueva serie sobre la educación de las niñas. Iniciada por una veintena de jóvenes, la radio comunitaria es una de las cinco del empobrecido estado que analiza temas como la salud, la superstición, la educación y los asuntos cívicos.
Todos los disc jockeys de la radio son reclutados en la propia aldea, pero la programación es concebida para atraer al vecino cinturón rural. Todos los días, entre 10 y 15 personas de la zona llegan a la emisora para participar de uno de sus programas interactivos.
«Así compartimos ideas, conocimientos, técnicas creativas, actividades empresariales e incluso historias de héroes locales”, relató el voluntario Vijay Khetrapal.
«Las políticas estatales, las finanzas, asuntos legales, todo se explica de una manera que los aldeanos puedan comprender. A los maestros, padres y abogados se les invita periódicamente para que puedan expresar su opinión. Intentamos fomentar el debate y la discusión entre los oyentes y tomamos sus comentarios muy en serio», subrayó.
En la mayoría de las radios comunitarias son los propios habitantes quienes generan los contenidos. Escriben los guiones, organizan los programas de entrevistas, dominan el arte de la edición y la mezcla de sonido, y también conducen. Algunas emisoras incluso tienen periodistas ciudadanos repartidos por el pueblo para informar sobre hechos de interés.
La apertura del gobierno a la radiodifusión comunitaria de índole no comercial permitió que los grupos de voluntarios aprovechen con eficacia el poder de la comunicación para el desarrollo comunitario.
La organización india Alternativas de Desarrollo trabaja para generar medios de vida sostenibles en Bundelkhand, en el estado central de Madhya Pradesh, mediante las radios comunitarias.[related_articles]
La organización realizó la Shubh Kal – Campaña por un Futuro Mejor – para informar y educar a las comunidades rurales acerca de las opciones de adaptación al cambio climático. El modelo de comunicación optimiza el uso de las radios comunitarias existentes en la región para difundir la información en más de 400 aldeas.
La radio comunitaria comenzó en India en 2002 con unas 12 emisoras. Hoy en día, el medio amplió su alcance a aldeas remotas, donde suele ser la única forma de comunicación masiva disponible.
«Este tipo de iniciativas cumplen la función de una difusora pública y representan los puntos de vista de la población local. Esto ayuda a darles voz a quienes no tienen poder para permitirles llamar la atención de aquellos que sí tienen el poder de tomar las decisiones», según Kirti Shire, profesor de periodismo en la universidad Jamia Millia Islamia, de Nueva Delhi.
Lo que también hace que la radio comunitaria sea relevante en esta era de Internet es su gran alcance, añade el profesor.
«Si la televisión alcanza a 60 por ciento del total de los hogares en India, la radio puede acceder a un 99 por ciento, lo que la convierte en un medio rentable y potente para la difusión de información. Además, la radio comunitaria percibe a los oyentes no solo como receptores y consumidores, sino también como ciudadanos activos y productores creativos de los contenidos”, precisó.
Los expertos también creen que en India, donde la alfabetización sigue siendo un obstáculo importante para el desarrollo, la radio comunitaria quizá sea la única vía para que la población pobre adquiera conocimientos ya que los aparatos de radio utilizan poca electricidad, algo que sigue siendo inaccesible para muchos.
Más de 70 por ciento de la población de este país vive en aldeas y pueblos y una gran mayoría tiene escasa o nula conectividad a Internet, la electricidad o el teléfono. Por este motivo, la radio es el único medio factible para la comunicación masiva.
Es por eso que la radio comunitaria está transformando vidas. En la actualidad, aldea tras aldea emprenden proyectos de autoayuda, construyen baños cerca de los hogares, utilizan estiércol de vaca en lugar de madera para cocinar, envían a las niñas y los niños a la escuela y comprenden por qué el feticidio puede ser contraproducente debido a la información que se difunde a través de este medio.
Quizás India esté aplicando lo que indicaban los manuales de la Organización de las Naciones Unidas.
A partir de la década de 1960, diversos organismos internacionales – como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura s (Unesco), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) utilizaron con éxito el medio radial para sus estrategias de desarrollo.
La FAO desarrolló la metodología de la campaña de extensión estratégica en África, América Latina y Asia para apoyar la labor local de sus funcionarios. La radio comunitaria también refleja la letra y el espíritu de la Declaración de Milán sobre la Comunicación y los Derechos Humanos, de 1998, para la cual los medios tienen la responsabilidad de ayudar a sostener la diversidad de las culturas y los idiomas del mundo.
Traducido por Álvaro Queiruga