La nueva presidenta del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), Amira Daouf Hassan Gornass, consideró en una entrevista exclusiva con IPS que está al alcance de la mano el cumplir con el objetivo de hambre cero en 2030, porque “ya sabemos cómo producir lo suficiente para alimentar el planeta”.
“Ahora se trata de comprender cómo pueden funcionar mejor los sistemas alimentarios para que ya no perdamos ni desperdiciemos comida y que esta se distribuya de manera más equitativa”, dijo la embajadora de Sudán ante Italia y representante permanente de su país ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).[pullquote]3[/pullquote]
Gornass, elegida como presidenta del CSA en octubre, planteó que el cambio climático, los conflictos y las crisis políticas, entre otros factores, afectan la seguridad alimentaria y la productividad agrícola. Destacó que hay ejemplos positivos en la lucha contra el hambre mundial, como los de Brasil e India, pero también hay casos de retrocesos.
Estos temas están sumamente interrelacionados y los países del Sur en desarrollo y del Norte industrializado deben trabajar en ellos simultáneamente, de una manera holística e integrada, para que en el año 2030 ni una sola persona se quede atrás, exhortó la embajadora en su diálogo con IPS.
IPS: Por favor, describa algunos de los retos más difíciles que el mundo enfrenta en el intento de la erradicación del hambre.
AMIRA DAOUD HASSAN GORNASS: Nuestro planeta, aunque grande y generoso, tiene límites físicos y recursos naturales limitados que, en el mundo poblado y globalizado de hoy, son cada vez más escasos. Esto genera una demanda que compite por la tierra, el agua, los nutrientes, entre otras cosas. Los suelos se agotan. Esto impacta en la productividad agrícola y afecta aun más nuestro ambiente.
El cambio climático probablemente sea el más preocupante de estos cambios que nos afectarán a todos, sin excepción. Los factores políticos y de gobernanza también entran en juego. En todo el mundo, las crisis prolongadas se multiplican. Estos conflictos afectan la producción de alimentos, desde la siembra y la cosecha, pasando por el procesamiento y la distribución y hasta el consumidor final.
La coordinación de las políticas y la coherencia es un tema importante para la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo.
Por ejemplo, es posible que los diferentes ministerios de un gobierno no compartan los mismos puntos de vista o que tengan enfoques diferentes y en ocasiones antagónicos ante un problema, lo que hace que la aplicación de las políticas, como aquellas que apuntan a quienes padecen la inseguridad alimentaria, sea difícil o incluso pongan en peligro sus resultados.
Los países dentro de una región también deben mejorar la coordinación de sus políticas. Algo que tenemos que lograr es una mejor comunicación.
En términos generales, todos los actores tienen que reconocer su responsabilidad compartida. Cada actor tiene un interés, y responsabilidades, en alcanzar la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición en el mundo.
IPS: ¿Qué ha tenido éxito y qué podría funcionar mejor? ¿El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número dos, el del hambre cero, es una meta a aspirar o podremos en verdad cumplirlo para 2030?
ADHG: Hay ejemplos de importantes avances en la lucha contra el hambre. A nivel mundial, los números están bajando y, en general, las regiones hicieron un buen progreso. Algunas cumplieron todas las metas internacionales relacionadas con el hambre para 2015. Sin embargo, otros han retrocedido debido a factores nuevos, como las crisis políticas.
Definitivamente, el ODS2 puede cumplirse para 2030. Ya sabemos cómo producir lo suficiente para alimentar el planeta. Ahora se trata de comprender cómo pueden funcionar mejor los sistemas alimentarios para que ya no perdamos ni desperdiciemos comida y que esta se distribuya de manera más equitativa, esté disponible a un precio justo que permita a los productores mejorar sus medios de vida, y que a la vez sea nutritiva y suficiente.
En consecuencia, las poblaciones estarán mejor y los países tendrán la capacidad para crecer. El aumento de la producción de los pequeños agricultores es clave para lograr esto. Estas son las personas que podrán incidir en la nutrición y en la calidad de los alimentos, en general.
IPS: ¿Puede mencionar algunos ejemplos específicos de éxito que les indiquen el camino a otros países?
ADHG: Brasil es un excelente ejemplo. “Hambre Cero” es un programa del gobierno brasileño introducido en 2003 por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva con el objetivo de erradicar el hambre y la pobreza extrema, mediante la combinación de una serie de políticas de protección social y medidas de redes de seguridad dirigidas a incrementar la productividad de los pequeños agricultores.
India también tiene logros para compartir. Por ejemplo, lanzó una exitosa campaña de medios sociales dirigida a educar a la población – y específicamente a las mujeres – sobre los síntomas y las consecuencias de la desnutrición, así como los beneficios de la variedad en la dieta, especialmente para los bebés y los niños menores de cinco años.
La campaña se puso en marcha gracias al apoyo de una compañía telefónica, que le dio a la gente que vio un video (educativo) minutos telefónicos adicionales. ¡Como consecuencia de la campaña la desnutrición bajó de 51 por ciento a 37 por ciento!
IPS: ¿Cree que los gobernantes del mundo comprenden la importancia de la seguridad alimentaria?
ADHG: ¡Lo hacen! Este es el mensaje que enviaron en septiembre (de 2015) mediante la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que los temas de desarrollo están sumamente interrelacionados y que tenemos que trabajar en ellos simultáneamente, de una manera holística e integrada y que reúna a los países en desarrollo y a los desarrollados, los gobiernos y las demás partes interesadas.
El desafío es que, mientras que la seguridad alimentaria y la nutrición generan beneficios que afectan a muchos sectores, como a la salud y el crecimiento económico, pero también al ambiente y el bienestar general de la población, alcanzarlas también requiere a la vez mover cosas en muchos sectores distintos.
Por ejemplo, se deberían incluir «políticas sensibles a la nutrición» en los planes de salud, los programas de desarrollo agrícola, la gestión del agua, la educación, etc. Este es el motivo por el cual la seguridad alimentaria y la nutrición se lograrán solamente si todas las partes interesadas se percatan de esto y trabajan juntas.
Este también es el motivo por el cual la Agenda 2030, y la mejora de la nutrición, ocuparán un lugar central de la agenda del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) desde este momento. Los miembros correspondientes a múltiples partes interesadas del CSA se reunirán este año en grupos de trabajo de composición abierta para discutir la forma de implementar concretamente las decisiones adoptadas en la reunión plenaria del CSA en octubre de 2015.
IPS: ¿El cambio climático no es un problema enorme para lograr la seguridad alimentaria y la erradicación del hambre para 2030? ¿Qué papel desempeña el CSA? ¿Podría desempeñar un papel más importante?
ADHG: Así es, sobre todo en los países en desarrollo. Un aumento de dos grados centígrados (en la temperatura promedio mundial) tendrá un impacto dramático en los rendimientos de los cultivos y su contenido nutricional en muchas regiones del mundo, y también afectará la variabilidad del clima, que a su vez tiene efectos adversos sobre las cosechas y la disponibilidad de alimentos.[related_articles]
El cambio climático puede también generar movimientos importantes de personas desplazadas, los «refugiados climáticos», que tienen importantes consecuencias para la seguridad alimentaria. Pequeños cambios en una situación de frágil equilibrio podrían tener enormes repercusiones políticas y humanitarias.
Todos los países tienen que trabajar juntos para adaptarse al cambio climático y mitigarlo. Debemos trabajar para proporcionar más financiación y ayuda técnica. Debemos habilitar a los agricultores para que puedan soportar estos cambios de manera sostenible. Debemos encontrar y adoptar en todo el mundo métodos de producción agrícola que sean sostenibles, y rápidamente.
Pero las soluciones están a nuestro alcance, gracias al enorme potencial tecnológico y de innovación, así como a los conocimientos tradicionales locales sobre la forma de producir alimentos de buena calidad utilizando los recursos disponibles en todo su potencial y de manera sostenible.
Sobre este tema, el CSA encargó un informe a un grupo de expertos de alto nivel, titulado «Desarrollo agrícola sostenible, incluido el papel del ganado», que se presentará en julio de 2016.
En 2012 el CSA publicó el informe titulado «El cambio climático y la seguridad alimentaria», que cambió la perspectiva sobre el tema.
El informe presentó la idea de la «agricultura climáticamente inteligente», y los negociadores se percataron de que la agricultura debe estar incluida en las negociaciones sobre el clima y que no es solo una parte del problema, sino que también tiene un enorme potencial para las soluciones. Las recomendaciones políticas que se negociaron en virtud de este informe siguen siendo de gran actualidad.
En el período previo a la COP 21 (21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), el CSA defendió abierta y activamente la adopción de una narrativa común para el desarrollo sostenible en los próximos 15 años – entre los ODS, la financiación para el desarrollo y medidas rápidas para limitar el cambio climático – que asegure que todas las partes asuman su plena responsabilidad y contribuyan a un mundo mejor.
El CSA continuará utilizando su modelo, trabajo y poder de convocatoria para apoyar la acción conjunta, asegurándose de que la aplicación de todos los ODS que su mandato abarque tenga en cuenta la necesidad de la acción climática.
El CSA está plenamente comprometido con el apoyo a todos en la construcción de un mundo en el que, en el año 2030, ni una sola persona se quedará atrás.
Traducido por Álvaro Queiruga