Al cumplirse este año el plazo fijado para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Unidas, los países insulares del Pacífico evalúan sus éxitos y fracasos en el abordaje de sus metas.
Las islas del océano Pacífico han concretado enormes avances en materia de reducción de la mortalidad infantil. Sin embargo, la pobreza y la igualdad de género son las dos áreas donde se registran brechas más grandes.
[pullquote]3[/pullquote]Apenas dos de los 14 estados que integran el Foro de las Islas del Pacífico –las Islas Cook y Niue- van rumbo a cumplir con los ocho ODM.
Organizaciones clave de la región consideran que los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos para después de 2015 por la Organización de las Naciones Unidas tienen más probabilidades de éxito en el abordaje de los singulares desafíos de desarrollo que enfrentan los pequeños estados insulares.
No obstante, enfatizan que convertir esos objetivos en realidad requiere la participación de los países industrializados, así como concentrarse en la implementación.
“La principal crítica a las Metas del Milenio fue la falta de consultas, lo que derivó en una serie de objetivos diseñados principalmente para abordar las prioridades de desarrollo de África subsahariana y luego aplicados a todos los países pobres”, dijo a IPS el director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas del Pacífico (PIPP, por sus siglas en inglés) en Vanuatu, Derek Brien.
El océano Pacífico tropical alberga a 22 estados y territorios insulares diversos, donde en total viven 10 millones de personas. La mayoría de ellos poseen poblaciones predominantemente rurales, muy expuestas a eventos climáticos extremos y distantes de los principales mercados mundiales.
La falta de puestos de trabajo es cada vez mayor en muchos países, lo que impacta especialmente en las perspectivas de los jóvenes, que representan más de la mitad de la población de la región.
Brien cree que los ambiciosos 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se acordarán formalmente en una cumbre de la ONU a realizarse en septiembre en Nueva York, se han elaborado con “insumos mucho más amplios y consultas generalizadas”,
“Desde una perspectiva del Pacífico, es algo especialmente bienvenido ver que se proponen nuevos objetivos sobre cambio climático, océanos y recursos marinos, crecimiento económico inclusivo, fomentando sociedades inclusivas pacíficas y creando instituciones capaces y receptivas que estén basadas en el imperio de la ley”, sostuvo.
La mayoría de los estados modernos independientes surgieron en la región de Oceanía hace relativamente poco, en los últimos 45 años.
De ahí que PIPP argumente que el progreso en materia de desarrollo también dependa de continuar creando instituciones estatales efectivas y el liderazgo necesario para la buena gobernanza y la provisión de servicios.
Los nuevos objetivos mundiales, que prometen afrontar los sobornos y la corrupción en general, además de mejorar los sistemas judiciales, apuntalan estas aspiraciones.
Mientras 11 estados insulares del Pacífico todavía tienen que lograr la igualdad de género, son bienvenidos los objetivos posteriores a 2015 relativos a eliminar la violencia contra mujeres y niñas y los matrimonios precoces y forzados, así como a promover el igual derecho de las mujeres a poseer y controlar bienes.
Por ejemplo, en Papúa Nueva Guinea, la isla más grande del Pacífico, dos tercios de las familias son protagonistas de hechos de violencia, y hasta 86 por ciento de las mujeres padecen abusos físicos durante el embarazo, según ChildFund Australia.
Las mejoras también se ven obstaculizadas por arraigados estereotipos sobre los roles femeninos en la esfera doméstica, así como por la discriminación laboral. En la mayoría de los países, el empleo no agrícola de las mujeres representa menos de 48 por ciento.
En los próximos años, el principal desafío para la región será el abordaje de las cada vez más penurias económicas.
[related_articles]La desigualdad y la exclusión van en aumento en las islas del Pacífico, debido a una serie de factores, entre ellos las presiones que sobre los medios tradicionales de subsistencia y las redes de seguridad social ejerce la influencia la economía monetaria mundial, basada en el mercado, señaló el año pasado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Según el Banco Mundial, más de 20 por ciento de los isleños del Pacífico no pueden costear sus necesidades básicas, mientras que apenas entre 30 y 50 por ciento de la población tiene empleo en Micronesia, Fiyi, Kiribati, las Islas Marshall, Nauru, Samoa, Tonga y Tuvalu.
Rex Horoi, director de la Fundación de los Pueblos del Pacífico Sur, una organización no gubernamental con sede en Fiyi, coincidió en que los Objetivos de Desarrollo Sostenible son relevantes para las necesidades de desarrollo de las comunidades locales, pero dijo que para cumplirlos hará falta pensamiento innovador.
Por ejemplo, al considerar el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y marinos, “uno tiene biólogos marinos trabajando por un lado, y luego expertos en biodiversidad y ambientalistas trabajando por otro. No hemos evolucionado en cuanto a intentar solucionar los problemas humanos con un enfoque integrado de desarrollo”, planteó Horoi.
También llamó a elaborar planes tangibles de implementación, alineados con estrategias nacionales de desarrollo, a fin de acompañar todos los objetivos, y asociaciones más integradas entre gobiernos y otros actores, como la sociedad civil, el sector privado y las comunidades, para volverlos realidad.
Al mismo tiempo, cumplir con la agenda ampliada posterior a 2015 depositará una considerable presión sobre los limitados recursos de los pequeños estados insulares en desarrollo.
“Muchos pequeños países insulares se esfuerzan por cumplir con una multiplicidad de acuerdos internacionales, compromisos políticos y requisitos de reportes relacionados», dijo Brien.
«Hay una necesidad acuciante de racionalizar e integrar muchos de los procesos paralelos que fijan colectivamente la agenda mundial. La nueva agenda deberá (hacer precisamente esto) y no sumarse a la carga burocrática”, añadió.
PIPP cree que los países industrializados también deben hacerse responsables de los nuevos objetivos. La organización subrayó que “los numerosos impactos transnacionales de los estados de altos ingresos se están diversificando e incluso reduciendo las oportunidades de desarrollo en países de bajos ingresos”, por ejemplo el no lograr reducir las emisiones de carbono, la pesca excesiva por parte de flotas extranjeras y le evasión fiscal en que incurren compañías multinacionales dedicadas a la extracción de recursos.
Brien considera que, “retóricamente, se están haciendo todos los ruidos correctos en este sentido” ante la ONU, que promueve los Objetivos de Desarrollo Sostenible como universalmente aplicables a todos los países.
“Sin embargo, no está claro cómo se traducirá esto en la implementación. Persiste una división entre ‘en desarrollo’ y ‘desarrollados’ que tal vez todavía está demasiado centrada en una agenda de ayuda más que en una de desarrollo”, dijo.
Editado por Kanya D’Almeida