El plazo para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) vence en diciembre de 2015, dentro de 17 meses, pero la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya está pregonando sus limitados éxitos, aunque con cautela en su optimismo.
«La pobreza en el mundo se redujo a la mitad, cinco años antes del plazo de 2015», señala el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el último informe de situación de los ODM publicado el lunes 7.
En 1990, casi la mitad de la población del Sur en desarrollo vivía con menos de 1,25 dólares al día.
«Esa tasa descendió a 22 por ciento en 2010, lo cual redujo el número de personas que viven en la extrema pobreza en 700 millones», según el informe de 56 páginas sobre las ocho objetivo de desarrollo humano fijados por 189 países en el marco de la ONU, en septiembre de 2000.[pullquote]3[/pullquote]
El primero de los ODM es erradicar la pobreza extrema y el hambre para fines de 2015.
La inmensa mayoría de las personas que viven en la extrema pobreza pertenecen a dos regiones: Asia meridional y África subsahariana, añade.
Pero algunas de las organizaciones no gubernamentales (ONG) que siguen de cerca los indicadores socioeconómicos en el Sur en desarrollo desconfían de esos avances.
Roberto Bissio, director de Social Watch, con sede en Uruguay, dijo a IPS que el promedio mundial que celebra la ONU se debe casi exclusivamente a China, y que la mayor parte de la reducción de la pobreza en ese país sucedió antes del año 2000.
«Así, a los ODM se les atribuyen resultados que sucedieron antes de que existieran» los objetivos como tal, aseguró.
«Esto se debe a que el objetivo se define como la reducción a la mitad de la línea de pobreza mundial con 1990 como la referencia, no la de 2000 como implica la Declaración del Milenio al hablar en presente», precisó Bissio.
El informe de la ONU destaca un mayor acceso a fuentes de agua potable, la mejora en las condiciones de vida de los habitantes de tugurios y la paridad de género alcanzada en la enseñanza primaria.
“Si la tendencia continúa el mundo superará las metas de los ODM para la malaria, la tuberculosis y el acceso al tratamiento del VIH (virus de inmunodeficiencia humana), mientras el objetivo del hambre parece estar cerca”, continúa el documento.
Otras temas dentro de los objetivos, como el acceso a las tecnologías, la reducción de los aranceles promedio, el alivio de la deuda externa y la creciente participación política de las mujeres “muestran un gran progreso”, añade.
En los últimos 20 años, la probabilidad de que un niño o niña muriera antes de cumplir los cinco años se redujo casi a la mitad. Esto significa que cada día se salvan unos 17.000 niños, según la ONU.
Yoke Ling Chee, de la Red del Tercer Mundo, con sede en Malasia, dijo a IPS que el informe sobre los ODM es “demasiado optimista” y evita los obstáculos sistémicos que siguen privando a gran parte del mundo de su derecho al desarrollo.
«Un mecanismo muy necesario de acuerdo ordenado de la deuda soberana sigue siendo rechazado por los países ricos y vemos a Argentina al borde de otra crisis a causa de la codicia de los ‘fondos buitre’”, dijo, en referencia al fallo de un juez estadounidense que obligaría a Buenos Aires a pagarle a sus acreedores hasta 15.000 millones de dólares a corto plazo.
Todo éxito alcanzado en los últimos dos decenios podría anularse si no se abordan las barreras estructurales, advirtió la activista.
«Lamentablemente, la tendencia de la oficina del secretario general de la ONU y de muchos países industriales es a depositar su confianza en las empresas privadas y las ‘asociaciones multilaterales’ que pasan por alto los enormes problemas causados por muchas corporaciones”, opinó.
«La votación del 26 de junio en el Consejo de Derechos Humanos para iniciar un proceso de un tratado que regule a las empresas transnacionales es una clara señal de que si vamos a hacer que el desarrollo sea una realidad, las empresas no pueden ser las encargadas», añadió Chee.[related_articles]
En un comunicado emitido el lunes 7, la organización WaterAid, con sede en Londres, señaló que el informe de la ONU es un recordatorio de una terrible verdad: que todavía hay 2.500 millones de personas en el mundo sin acceso a servicios básicos de saneamiento.
De esos 2.500 millones, más de 1.000 millones se encuentran en Asia meridional y 644 millones viven en África subsahariana.
“No contar con este derecho compromete la salud, la seguridad y la dignidad de miles de millones de personas», sostuvo Fleur Anderson, directora de campañas en WaterAid.
A medida que la ONU elabora un conjunto renovado de objetivos de desarrollo es fundamental que el saneamiento sea una prioridad central, afirman los activistas.
Por primera vez en la historia, el acceso universal al agua potable y el saneamiento básico “está a nuestro alcance», aseguró Anderson. “Pero se necesitará voluntad política y dedicación para lograrlo. Sin estos elementos básicos, no existe una forma eficaz de luchar contra la pobreza extrema”, subrayó.
Bissio dijo a IPS que al concentrar la atención en la extrema pobreza los países industrializados se descansaron y no sienten que tienen que informar sobre sus propios indicadores en casa.
La pobreza en los países desarrollados se ignora, así como las desigualdades en todas partes. Este es el principal obstáculo al crecimiento económico ahora, reconocido incluso por el Fondo Monetario Internacional, señaló.
El informe también señala que, tras dos años de caída, la asistencia oficial al desarrollo alcanzó un récord de 134.800 millones de dólares en 2013.
«Sin embargo, la ayuda se alejó de los países más pobres, donde los avances de los ODM a menudo se rezagan más», precisa el informe.
Ochenta por ciento de las exportaciones de los países en desarrollo ingresaron a los países industrializados libres de impuestos, y los aranceles se mantuvieron en un mínimo histórico.
La carga de la deuda de los países en desarrollo se mantuvo estable en torno a tres por ciento de los ingresos por exportaciones, lo cual constituyó un descenso cercano a 75 por ciento desde 2000, según la ONU.
La gran cantidad de demandas judiciales que empresas transnacionales presentaron contra normas ambientales y sanitarias de países en desarrollo, invocando derechos corporativos en virtud de acuerdos bilaterales de inversión, le quitan miles de millones de dólares a esos gobiernos, indicó Chee.
La activista agregó que los países en desarrollo que han crecido pero siguen con grandes dificultades son excluidos de los compromisos de los países industrializados para proporcionar financiamiento climático, asegurar el acceso a medicamentos de bajo costo y transferir tecnologías para el desarrollo sostenible.
Esto se debe a que países como China e India son considerados como “competidores” de Estados Unidos, recordó.