Pussy Riot protagonizan protesta contra la narcofobia en Rusia

Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alyokhina (cuarta y quinta desde la derecha), con activistas de la Fundación Andrei Rylkov para la Salud y la Justicia Social en Moscú, reclaman cambios en la política de mano dura contra los usuarios de drogas en Rusia en el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas. Crédito: Fundación Andrei Rylkov

Activistas en Moscú protestaron contra la “tortura” a la que el sistema de justicia penal somete a los consumidores de drogas en Rusia, en ocasión del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas el jueves 26.

Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alyokhina, dos de las integrantes del grupo de punk rock Pussy Riot, que en 2012 fueron condenadas a dos años de cárcel por realizar un acto de protesta artística en una catedral de Moscú, criticaron en la capital rusa el tratamiento «cruel e inhumano» que Rusia les da a los consumidores de drogas.

Junto a los manifestantes en más de 80 ciudades de todo el mundo que durante la jornada de lucha reclamaron reformas en la política antidrogas, las dos artistas se expresaron contra las torturas y las golpizas que los consumidores reciben de la policía y los guardias en las cárceles de Rusia, entre otros abusos.[pullquote]3[/pullquote]

Las autoridades consideran que la cárcel es una «cura para la dependencia de las drogas», aseguraron.

Las personas consumidoras de drogas “son parias, son despreciadas, odiadas, acusadas de todos los problemas y penalizadas. Al igual que la xenofobia y la homofobia, la narcofobia se convirtió en un manto protector para las autoridades”, declararon las integrantes de Pussy Riot

Para las dos jóvenes, “con la creación de una imagen del enemigo, el subhumano, el zombi, y reforzando esa imagen en la conciencia pública se justifica el trato inhumano de las personas dependientes de las drogas en nuestro país».

«La política contra las drogas en Rusia se basa en la tortura. La humillación y la violación de la dignidad humana, eso es lo que padecen las personas drogodependientes en todas partes, en los hospitales, las cárceles y otras instituciones del Estado», agregaron.

Rusia aplica una legislación represiva contra las drogas, la cual incluye largas penas de cárcel por posesión de incluso pequeñas cantidades de narcóticos.

Las estadísticas oficiales indican que uno de cada seis reclusos en las cárceles del país es un consumidor de drogas y, según otras encuestas, cerca de 30 por ciento de los usuarios fueron detenidos en algún momento desde que comenzaron a consumirlas.

La policía aprovecha el síndrome de abstinencia que sufren mientras están detenidos para conseguir confesiones y declaraciones por la fuerza, denunciaron los usuarios.

Los centros de detención provisional carecen de servicios médicos para los consumidores de drogas y ni siquiera hay analgésicos para los adictos en abstinencia.

Los reclusos en general sufren la pésima higiene, el hacinamiento, la brutalidad y las enfermedades que abundan en las cárceles, pero los usuarios de drogas son especialmente vulnerables.

“Las cárceles rusas son la tortura en sí misma. Los presos no reciben control básico de infecciones médicas, nutrición, etc., y se violan sus derechos humanos en general. Pero los consumidores de drogas son más vulnerables que los demás”, afirmó Anya Sarang, directora de la moscovita Fundación Andrei Rylkov para la Salud y la Justicia Social, que se dedica a generar conciencia sobre esta problemática.

«Por ejemplo, muchos son portadores de VIH (virus de inmunodeficiencia humana), pero no solo tienen problemas para obtener sus medicamentos o iniciar el tratamiento debido a que no reciben los controles necesarios de su sistema inmunológico, sino que su dieta es mala y siempre existe el riesgo de infecciones, como la tuberculosis”, explicó.

Estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos revelaron que una persona con VIH tiene 25 veces más probabilidades de contraer tuberculosis en las cárceles rusas que fuera de ellas.

Otro problema es el acceso a drogas duras que se introducen de contrabando en las cárceles, lo cual les brinda a los reclusos el acceso a sustancias peligrosas, como la heroína, que quizás no hayan consumido antes.

Los activistas dicen que esta es una prueba más de cómo la penalización del consumo perpetúa y agrava la problemática.

«Sabemos por estudios que el contacto con el sistema de justicia penal se asocia con un mayor uso de drogas inyectables y otras conductas similares, entre otros problemas”, declaró a IPS Michel Kazatchkine, enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre VIH/sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en Europa oriental y Asia central.[related_articles]

“Encarcelar a los consumidores de drogas… agrava las cosas, no solo en las cárceles, sino también para la sociedad cuando son liberados”, añadió.

La terapia de sustitución de opiáceos es recomendada por la OMS y aplicada por muchos países occidentales, pero está prohibida en Rusia a pesar de que su aplicación logró reducir la propagación del VIH/sida.

La pandemia en Rusia es una de las de mayor crecimiento en el mundo, impulsada históricamente por el uso de drogas inyectables, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH y el SIDA. En 2013 se registraron 78.000 casos nuevos de VIH, frente a 69.000 en 2012 y 62.000 en 2011.

El consumo de drogas crece rápidamente. Según cifras del Servicio Federal de Control de Drogas en 2013 había 8,5 millones de adictos, frente a 2,5 millones en 2010. En este país, que es el mayor consumidor de heroína del mundo, mueren hasta 100.000 ciudadanos cada año por consumo abusivo, destacó el organismo.

Tolokonnikova y Alyokhina afirmaron que solo una reforma de la política contra las drogas que incluya la despenalización mejorará la situación en las cárceles.

Pero las declaraciones de las autoridades rusas en los últimos meses reafirman su compromiso con la política de mano dura.

«No veo ningún indicio de flexibilización hacia las drogas en Rusia. Lo que veo es el endurecimiento de la forma en que la sociedad percibe a los grupos marginados, como los usuarios de drogas, los hombres que tienen sexo con hombres, las personas de la diversidad sexual, etcétera”, dijo Kazatchine a IPS.

“En los hechos, Rusia penaliza el consumo de drogas”, sentenció.

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