Los manglares podrían salvar a Guyana de la invasión del mar

Los tubos geotextiles ayudan a la regeneración natural de los manglares. El tubo biodegradable lleno de arena y agua se utiliza para formar una barrera, y luego se planta hierba spartina en la zona. Crédito: Desmond Brown/IPS

La agricultura siempre desempeñó un papel primordial en el desarrollo socioeconómico de Guyana, uno de los dos estados miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) situados en América del Sur, junto con Surinam.

Más de 20 por ciento del producto interno bruto del país (PIB), que se caracteriza por su seguridad alimentaria, tiene su origen en la agricultura. Los productos agrícolas representan más del 40 por ciento de su cartera de exportaciones.

Para el bloque regional de 15 miembros, Guyana, con un estimado de 3,3 millones de hectáreas de tierras fértiles, siempre tuvo un papel vital en la seguridad alimentaria del Caribe.

Pero el director ejecutivo del Instituto Nacional de Investigación Agrícola y Extensión (Narei), Oudho Homenauth, advierte que el cambio climático le está robando a este país algunas de sus mejores tierras de labranza.

«Vemos un aumento de las lluvias, mareas más altas y demás”, dijo a IPS, y señaló que esto tiene consecuencias para las tierras agrícolas, particularmente a lo largo de los 459 km de costa oceánica.

“El agua de mar, como usted sabe, es una solución salina y una vez que… llega a la tierra es muy difícil que esa tierra se recupere para la producción de cultivos porque no hay nada que podamos hacer… para corregir la salinidad del suelo”, explicó Homenauth.

“Habrá que abandonar esa tierra por un período de tiempo hasta que la salinidad se haya perdido”, agregó.

A medida que las autoridades actúan para proteger las tierras fértiles y también a su población, la mayoría de la cual vive a lo largo del litoral, Homenauth dijo que Guyana reconoce la importancia de los manglares, especialmente para las zonas costeras.

El país desarrolla una intensa campaña de protección y recuperación de sus manglares costeros, agregó.

Aproximadamente 90 por ciento de los 685.000 habitantes viven en una estrecha faja del litoral que se encuentra entre 50 cm y un metro por debajo del nivel del mar. Ese cinturón costero está protegido por barreras rompeolas que han existido desde la ocupación holandesa en el siglo XVII.

Sin embargo, en los últimos tiempos fuertes tormentas derribaron esas defensas, lo que provocó graves inundaciones, un peligro que los científicos pronostican que podría ser más frecuente en el futuro.

“Todo el mundo sabe del famoso malecón de Guyana, que es una estructura costosa de mantener y de seguir construyendo, sobre todo a medida que sube el nivel del mar”, declaró a IPS el ministro de Agricultura, Leslie Ramsammy.

Guyana gasta un promedio de 3.000 millones de dólares al año para mantener y reforzar la protección de su litoral. Crédito: Desmond Brown/IPS
Guyana gasta un promedio de 3.000 millones de dólares al año para mantener y reforzar la protección de su litoral. Crédito: Desmond Brown/IPS

El mantenimiento del murallón tiene un costo enorme para Guyana, que gasta un promedio de 3.000 millones de dólares al año para mantener y reforzar las defensas.

“Pero para asegurar que el malecón y los diques” logren que “seamos menos vulnerables ante los embates del océano, hemos protegido y promovido el cultivo de los manglares y otras estructuras, tales como los tubos geotextiles para reducir el impacto de las olas”, explicó el ministro.

“Hemos cultivado bambú a lo largo de los muros de contención para reducir el impacto de las olas. Así que se están probando varias estructuras diferentes, pero los manglares representan una respuesta importante del gobierno de Guyana en apoyo del malecón”, destacó.

Actualmente el país cuenta con 80.000 hectáreas de manglares. En los últimos tres o cuatro años se “aceleró el cultivo” de estos arbustos, muchos de los cuales se habían perdido hace 20 o 30 años, indicó Ramsammy.

“Perdimos algunos de nuestros manglares y ahora los estamos recuperando. Pero también estamos cultivándolos en lugares que nunca hemos estado”, precisó, porque “con el agua y el movimiento hacia la orilla, el cultivo es muy difícil”.

Como resultado, Guyana realiza investigaciones para determinar la mejor tecnología que le permita alcanzar el éxito.

“El manglar debe crecer hasta cierto punto antes de que pueda resistir el agua, por eso probamos con… diferentes hierbas y demás para lograr que el suelo quede firme y hemos tenido éxito», detalló el ministro.

A los técnicos se les ocurrió la idea de construir tubos geotextiles para ayudar a la regeneración natural. Se utiliza un tubo biodegradable lleno de arena y agua para formar una barrera de tal forma que, cuando la marea está alta, el agua turbia puede entrar en el área y el sedimento que queda puede ayudar a acumular el suelo hasta el nivel necesario.[related_articles]

Luego se planta hierba spartina en la zona. Los técnicos hallaron que las semillas del manglar quedan atrapadas en la hierba y, posteriormente, germinan.

Ramsammy cree la población guyanesa debería enorgullecerse de ser quizás el país más consciente del mundo en lo que concierne al cambio climático y el calentamiento global.

“No puedo decir que nuestro pueblo conozca todos los detalles, toda la ciencia, pero ese no es el punto”, señaló.

“Si logramos que tomen conciencia de la ciencia, está bien, pero son muy conscientes del cambio climático como un fenómeno… de lo que nos puede hacer y, por tanto, se están convirtiendo en parte de la revolución del cambio climático”, aseguró el ministro durante su entrevista con IPS.

Ningún país es demasiado pequeño para hacer algo sobre el cambio climático, sostuvo. De hecho, hay cosas que todos los ciudadanos del mundo pueden hacer, agregó Ramsammy.

«Algunos dicen ‘soy pobre y no soy un científico y no puedo hacer nada’. De hecho, podemos hacer mucho como países pequeños, incluso en la reducción de las emisiones”, dijo.

“En Antigua e incluso en Guyana tenemos hoteles. Si estos hoteles se pasaran del uso de combustibles fósiles al de biodigestores, y utilizaran los desechos para crear energía, podemos hacer una gran diferencia en las emisiones y tal vez en el medio ambiente mundial”, afirmó.

“Es un grano de arena, pero al menos se crea una vía para que todos los ciudadanos desempeñen un papel y creo que debemos adoptar ese tipo de enfoque. Que todos nosotros como ciudadanos podríamos hacer algo”, añadió Ramsammy.

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