Las cubanas tienen menos hijos, ¿y cuál es el problema?

Una mujer cubana sostiene a su hija en brazos mientras disfrutan de un espectáculo de teatro callejero enun barrio de La habana. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS

En Cuba, los medios de comunicación y las autoridades repiten que la participación social de las mujeres es la causa de la baja fecundidad de este país, un argumento que tiene toda la carga de la culpa.

Cuba, que no alcanza desde 1978 el necesario reemplazo poblacional de al menos una hija por mujer, presentó en 2013 una tasa bruta de fecundidad de 1,71 descendientes por cada una, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

La disminución de los nacimientos, la baja mortalidad y el saldo migratorio negativo en parte determinado por una crisis económica de más de 20 años, elevan la población de adultos mayores en este país del Caribe insular, con casi 11,2 millones de habitantes.

Mujeres especialistas en población y feministas reaccionaron inusualmente molestas por el tratamiento mediático de este tema, a raíz de un reportaje del 29 de abril en el Noticiero Nacional de la Televisión Cubana (NTV), que llega cada noche a las pantallas.

“Estoy harta de escuchar por los medios cubanos, en boca de periodistas, especialistas y hasta de altos dirigentes que las mujeres somos responsables de la baja fecundidad”, protestó la joven feminista Helen Hernández en un comentario que circuló ese mismo día por Internet.

Su texto “Mi cuerpo me pertenece”, replicado por numerosos blogs y medios alternativos, identifica al estereotipo de maternidad sacrificada como uno de los motivos de que muchas jóvenes posterguen ser madres.

Para Hernández, la concepción también se desestimula porque se exige poco a los padres separados en la crianza, la calidad de la educación es débil, faltan guarderías públicas, hay una sobrecarga de tareas de cuidado en la población femenina y dificultades para que las mujeres con familia se superen en su profesión.[pullquote]1[/pullquote]

“Mientras tener hijos se convierta en un límite, no importa si se tiene dinero, o casa propia, o una sociedad segura, algunas seguiremos esperando”, defendió la periodista, que todavía no es madre.

Para las cubanas la descendencia es importante, con un ideal de dos hijos, aunque no todas logren concretarla, indican investigaciones.

Cuando se resalta el argumento de que las mujeres no tienen hijos por motivos profesionales se tapa la causa económica, que es fundamental, porque el salario no alcanza para formar una familia, opinó la joven Mónica Baró en Café 108, un canal interactivo del sitio digital de IPS en Cuba.

“Lo primero que se pregunta una mujer con sentido común… es si tiene las condiciones elementales para garantizar el bienestar de un ser humano, para satisfacer sus necesidades alimentarias, educativas, recreativas”, ilustró.

La mayoría de la población cubana vive con un salario promedio de 466 pesos (19 dólares) en una economía ineficiente y centralizada que importa más de lo que produce.

Esto incentiva una emigración que se feminiza. En 2012, 52 por ciento de los 6.662 emigrantes fueron mujeres. La mayoría de ellas esperan a instalarse en los países de destino antes de procrear.

Al examinar la fecundidad registrada entre 1990 y 2010, la demógrafa Grisell Rodríguez encontró que las cubanas evalúan sobre todo las condiciones materiales y de vivienda a su disposición.

Además, ubican a la par la satisfacción de intereses profesionales, laborales y de superación, por lo que entre las universitarias la edad media para ser madre son los 28 años, sostiene la experta en el libro “De lo individual a lo social: Cambios en la fecundidad cubana”, publicado en 2013.

Para diferentes especialistas, la disminución de embarazos responde a políticas sociales, educativas y de salud favorables, que no deberían revertirse sino potenciarse con transformaciones dentro del hogar.

Las mujeres no han podido desarmar las desigualdades de género en el espacio privado, aunque son 65,2 por ciento de las personas con grado universitario, 66,8 de la fuerza técnica y profesional y 45,8 por ciento de la dirigencia del país.

También cuentan con derecho al aborto inducido bajo condiciones médicas seguras desde los años 60, un factor limitante de los nacimientos indeseados junto al uso extendido de anticonceptivos gratuitos o a precios muy bajos.

“Es imprescindible comprender que la situación sociodemográfica cubana es en esencia irreversible y resultado de un proceso transicional positivo”, defiende Rodríguez en su estudio.

La especialista en comunicación y demografía Dixie Edith dijo a IPS que tachar la dinámica demográfica de “problema” niega mucho de lo conquistado “en asuntos muy debatidos internacionalmente como el derecho y acceso pleno a una real salud sexual y reproductiva”.

El envejecimiento se interpreta como un freno a la reforma económica impulsada desde 2008 por el presidente Raúl Castro, quien en 2013 lo definió como un “problema muy serio” al que hay que “buscarle solución”.[related_articles]

Un programa social y político para responder a estas realidades resultaría más acertado que aspirar al incremento improbable de los nacimientos, indican expertos.

Se recomienda alentar políticas públicas –debilitadas por la depresión económica— para mejorar la infraestructura de salud geriátrica, las pensiones, el apoyo a familias con adultos mayores o más de dos hijos, las viviendas y los hogares de ancianos, que en 2013 sumaban 156 para todo el país.

Conviene también actualizar leyes que garanticen la corresponsabilidad masculina en el cuidado y manutención de hijos e hijas.

Actualmente las pensiones exigidas a padres divorciados se estiman en función de sus ingresos y en raras ocasiones superan los 100 pesos mensuales (cuatro dólares). El resto depende de la voluntad personal de contribuir al sostén de los hijos, que suelen quedar a cargo de las madres.

En una carta abierta a la redacción del NTV, la periodista Lirians Gordillo reclamó los derechos de mujeres solteras y lesbianas sin acceso a la reproducción asistida, un servicio que actualmente es exclusivo para las parejas heterosexuales casadas.

Urge mirar desde el género las políticas del país, especialmente las relacionadas con el envejecimiento, dijo a IPS la socióloga Reina Fleitas.

“Hace falta estudiar más la reproducción de los hombres, exigirles que cumplan sus deberes en ese campo y crear condiciones para poder asumir una maternidad sin estrés ni renuncias”, planteó.

Según esta profesora universitaria, la baja fecundidad es también resultado de una cultura de consumo en la que influyen “los conceptos de bienestar que hemos creado para el cuidado de los hijos y las enormes dificultades que existen para hacerlo viable”.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe