Sri Lanka va rumbo a una gran crisis por el calor extremo y la falta de lluvias que padece. Se teme que haya cortes de energía y de agua, debido a la rápida disminución de las reservas hídricas.
Este mes, la Junta de Electricidad de Ceilán (antiguo nombre de Sri Lanka) informó que dependía de costosos generadores térmicos para cubrir 76 por ciento de la demanda nacional de energía.
En agosto de 2012, el persistente clima seco prácticamente agotó las reservas hídricas, y el país gastó más de 2.000 millones de dólares en la importación de combustible para la generación termoeléctrica. La sequía afectó a más de un millón de personas, según la Cruz Roja de Sri Lanka.
A la sequía de 2012 le siguieron torrenciales lluvias que permitieron al sector hidroeléctrico recuperar el terreno perdido. Pero el ciclo podría repetirse una y otra vez.
El gobernador del Banco Central, Ajith Nivard Cabraal, advirtió que los cambios en los patrones climáticos han tenido serio impacto en la economía.
“Sri Lanka también sufrió el efecto del cambio climático en la forma de sequías, inundaciones y otros desastres naturales. Debemos considerar esos asuntos cuando diseñamos las políticas monetarias”, dijo durante un intercambio en vivo a través de la red social Twitter.
El suministro de energía y la vital cosecha de arroz sufrirán si las lluvias siguen ausentes.
Asoka Abeygunawardana, director ejecutivo del Foro de Energía de Sri Lanka y asesor del Ministerio de Tecnología, dijo a IPS que el suministro eléctrico depende demasiado de los recursos hídricos y de fuentes costosas como el carbón y el fueloil.
El problema de esas fuentes es que «una es impredecible, mientras que las otras dos pueden ser muy caras”, señaló.[related_articles]
En un año normal, Sri Lanka cubre la mitad de sus necesidades eléctricas con generación hídrica, y el resto mediante una combinación de carbón y fueloil. Solo una mínima parte se abastece con energías renovables.
Cuando no hay lluvias, como en este momento, no queda otra alternativa que quemar carbón y fueloil.
Sri Lanka debe invertir más en fuentes limpias y renovables, dijo Abeygunawardana, miembro de la Red de Acción Climática de Asia Meridional, que reúne a más de 100 grupos de la sociedad civil y estudia el recalentamiento planetario y sus impactos.
La política energética de este país está enfocada en el carbón, señaló, que es caro y contaminante.
Se necesita más la energía eólica y la solar, que pueden ser más baratas a largo plazo a pesar de la alta inversión inicial, argumentó.
“Tenemos luz solar y viento gratis todo el año, lo cual hace que los gastos de funcionamiento sean bastante bajos. En el caso de sequía, el sol llenará de forma natural el vacío creado por la falta de agua”, explicó.
El otro factor importante es la manera en que se administra la escasa agua, que se emplea tanto para generar energía como para regar las extensas plantaciones de arroz.
Existe cierta comunicación entre las agencias de gobierno que manejan las reservas de agua, como el Departamento de Riego y la Junta de Electricidad. Pero Abeygunawardana señaló que esa coordinación carece de base científica y de planes concretos.
«Esas oficinas deben acordar un proceso en el que el uso del agua se decida en forma integrada, y no según el deseo de una sola agencia”, señaló.
Esos cambios en las políticas son vitales, considerando el potencial impacto del calor abrasador.
La actual sequía podría reducir la cosecha de arroz entre siete y 10 por ciento este año, según el Departamento de Agricultura. El principal producto del país, el té, también se verá afectado, ya que el aumento de las temperaturas disminuirá la calidad de las hojas.
Riza Yehiya, experto en manejo de riesgos climáticos, advirtió que los gobernantes no están tomando en serio los cambios que se están produciendo en el planeta.
“A la maldición del calor extremo que sufre Sri Lanka se la ve como una cosa pasajera. Los que están en el poder y toman decisiones no logran discernir el problema en sus salones con aire acondicionado”, dijo a IPS.
El experto reconoció que hay debate político, pero señaló que faltan más medidas de adaptación en el terreno. “En lo práctico, para que una sociedad sea más resistente al cambio climático, se la debe poner casi en pie de guerra de manera que responda activamente”, señaló.
Los expertos coinciden en que los políticos deben prestar una atención urgente a la administración de los recursos hídricos.
El agua para riego agrícola es gratuita en Sri Lanka, pero funcionarios del Departamento de Agricultura se quejan de que es casi imposible que los productores la usen con moderación o que adopten variedades de cultivos más resistentes al cambio climático.
Yehiya cree que la población toda debe revisar sus costumbres diarias, desde la forma en que riega sus plantas hasta cómo lava sus autos y usa la electricidad.
“Para contrarrestar esta amenaza se necesita cambiar el comportamiento de las personas, de sus sociedades y de sus economías con el fin de reducir su huella de carbono y permitir que vivan de forma sostenible, sin afectar el ecosistema”, señaló.
Pero no se avizora un cambio semejante a corto plazo. El país todavía enfrenta cada nueva amenaza meteorológica de manera aislada, sin ver el panorama completo.