La horticultura está floreciendo en el central Cuscatlán, el departamento más pequeño del diminuto El Salvador, de la mano de un programa nacional para promover la agricultura familiar y sacar de la pobreza a cientos de miles de personas.
En su terreno de una hectárea y media, cuatro hermanos de la familia Ramírez plantaban apenas maíz y sin mucha técnica. Hoy le venden hortalizas y frutas a la cadena trasnacional Walmart.
Su determinación fue clave para aprovechar el Plan de Agricultura Familiar (PAF), que puso a andar el gobierno en febrero de 2011, para apoyar a más de 300.000 productores en la mejora de sus cosechas e ingresos y en la lucha contra el hambre.
Los técnicos del gobierno entrenaron a los Ramírez en horticultura y en la creación y el manejo de una cooperativa. Así aprendieron a construir invernaderos para controlar plagas y lluvias, y técnicas de riego por goteo.
En 2013 se creó la Asociación Cooperativa de Producción Agropecuaria Hortaliceros de Cuscatlán, que tiene ya 18 socios y es una de las que surten a supermercados nacionales y transnacionales.
En el cantón Santa Lucía, municipio de El Carmen, la cooperativa produce tomate, chile (ají), ayote (pipián), güisquil (chayota), camote (batata), guineo (banano dulce) y guayaba. La producción fue mejorando y así también los ingresos de las familias.
“Me gusta trabajar en la tierra que es de nosotros, en lugar de estar en una maquila ganando casi nada”, dijo a IPS la esposa de Francisco Ramírez, Andrea Beltrán, mientras clasificaba los alimentos para luego empaquetarlos.
Su esposo recorría las hileras de las plantas de tomate, seguido de sus tres hijos, observando el color de cada fruto para determinar su grado de maduración.
Esta política del gobierno del izquierdista moderado Mauricio Funes cuenta con apoyo de varios organismos regionales e internacionales, pues forma parte una estrategia más amplia de lucha contra la pobreza, que ha registrado algunos éxitos en este país de 6,3 millones de habitantes.
- La pobreza afecta a 34,5 por ciento de los hogares.
- La indigencia afecta a 8,94 por ciento de los hogares.
- Son pobres 43,3 por ciento de los hogares de zonas rurales.
- En 2009, 37,8 por ciento de los hogares eran pobres y 12 por ciento eran indigentes.
Fuente: Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples del Ministerio de Economía de El Salvador – Mayo de 2013
La cooperativa realiza tres entregas semanales de alimentos a los supermercados que la corporación estadounidense Walmart tiene en San Salvador, y genera ventas mensuales de 12.500 dólares.
Los asociados comparten los invernaderos y el sistema de riego, y cada uno produce por su cuenta, entregando la cosecha a un centro de acopio, que vende y distribuye a los mercados.
Cuanto más produce un socio más gana, lo que diferencia a la asociación de una cooperativa tradicional en la que todos los ingresos van a un fondo común que se distribuye por igual entre los miembros.
“Comenzamos en esto cuatro hermanos, luego este esfuerzo familiar ha ido creciendo”, dijo Francisco Ramírez, que logró recibirse de ingeniero agrónomo.
El PAF se dirige a dos grandes sectores, los campesinos muy pobres que plantan solo para su subsistencia, y otros agricultores también pobres, pero que han introducido alguna mejora y tienen cierta capacidad de vender excedente, un colectivo de 60.000 productores.
Los Ramírez están entre ellos: gente del campo pobre, pero con un terrenito que les ha permitido producir y pagar a Francisco una carrera en la Universidad de El Salvador, que es casi gratis.[related_articles]
La asociación cuenta con otra ventaja, el Centro de Acopio y Servicios (CAS), al que llega también la producción de otras cooperativas de la zona y que efectúa controles de calidad e higiene antes de despachar los productos a sus puntos de venta finales.
Según el Ministerio de Agricultura, este país cuenta con 35 CAS que, con financiación del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), beneficiaron a 45.000 productores hasta fines de 2013.
Lorena Guadalupe Fabián se asoció a la cooperativa hace dos años, sin ningún costo. Su vida anterior era comprar los productos y revenderlos en mercados callejeros.
“Salía a trabajar desde las tres de la madrugada hasta las siete de la noche, pero con el PAF mi vida cambió”, contó a IPS.
Ha recibido capacitaciones “que me han servido de mucho”. Y ahora cultiva la tierra, pero también participa del control de calidad y recibe y despacha productos. “No solo soy una socia, también tengo un empleo”, recalcó.
“Solo ayer le vendimos a Walmart 2.000 chiles”, contó entusiasmada.
Otro beneficiado es José Arnoldo. Trabaja en el cuidado de la siembra y de la cosecha, tiene un empleo fijo y se ha convertido en un experto en el tratamiento de la producción, en especial en el uso de agroquímicos.
La cooperativa está a unos pasos de proveer a la mayor cadena de supermercados de El Salvador, Súper Selectos.
También negocia con ALBA Alimentos, filial de ALBA Petróleos, un proyecto que nació de la unión entre alcaldías en manos del gobernante y exinsurgente Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el consorcio estatal Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) y que se está ampliando a otros rubros.
“Ahora tenemos ganar de seguir creciendo mucho más”, dijo Francisco Ramírez.