Costa de Marfil en la encrucijada del desarrollo

Abiyán, el centro económico de Costa de Marfil, es el escenario de grandes obras de infraestructura. Crédito: Marc- André Boisvert /IPS

Por toda Abiyán, la capital económica de Costa de Marfil, grandes grúas, utilizadas en la construcción de nuevos edificios y carreteras, salpican el horizonte de la ciudad de más de cinco millones de habitantes.

La urbe, dividida en dos por una laguna, tendrá en breve una segunda terminal portuaria, un cuarto puente, varios pasos elevados y otras obras de infraestructura importantes que transformarán el paisaje de Abiyán, ubicada sobre el Golfo de Guinea. El clima de negocios está en franca mejoría en este país de África occidental.

El Banco Mundial destacó la prosperidad de Costa de Marfil en su informe “Doing Business 2014”, que brinda una medición sobre la facilidad para hacer negocios en cada país, y ubicó a la economía marfileña en el lugar número 20 por protagonizar la mejora más significativa en su ambiente de negocios desde 2005.

Costa de Marfil es un caso raro en esta época de crisis económica mundial. El país no solo tuvo un crecimiento positivo de su producto interno bruto (PIB) en 2012, sino que la expansión de 9,8 por ciento superó el 8,1 por ciento que pronosticara el Fondo Monetario Internacional.

Pero mientras el crecimiento de Costa de Marfil puede impresionar al resto del mundo, sus aproximadamente 19,8 millones de habitantes no ven que los beneficios económicos hayan transformado sus vidas para mejor.
Marius Comoe, presidente de la Federación de Asociaciones de Consumidores de Costa de Marfil (FACACI, por sus siglas en francés), está convencido de que las cosas empeoraron.

“El poder adquisitivo disminuyó. Los precios de los alimentos básicos y del gas aumentaron considerablemente”, afirmó a IPS.

En el mercado Carena del centro de Abiyán, las mujeres se quejan del aumento en el costo de vida.
“¡Ay, es tan caro! Los precios subieron mucho en los últimos dos años. Tengo mucha dificultad para llegar a fin de mes. Las hortalizas subieron, pero la carne y el aceite son increíblemente caros”, sostuvo Alice Boue mientras elegía verduras para la compra.

Pero la vendedora de hortalizas Martine Broue argumentó que mientras el costo de otros productos subió, no sucedió lo mismo con el de los suyos.

Los precios de las hortalizas son difíciles de seguir debido a las constantes fluctuaciones. El Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que los precios de estas subieron 10 por ciento en los doce meses transcurridos hasta octubre de 2013.

Además, el precio del aceite de cocina casi se duplicó, de 1,30 dólares en 2010 a 2,4 dólares en 2013. La carne, que se vendía a casi cuatro dólares el kilogramo en enero de 2013, ahora cuesta unos 4,6 dólares en algunas zonas.[related_articles]

Sin embargo, el arroz se mantuvo estable en el último año alrededor de los 65 centavos por kilo, según Famine Early Warning Systems Network (Red de Sistemas de Advertencia Temprana de Hambrunas), un organismo del gobierno estadounidense que recopila información sobre la seguridad alimentaria en el mundo.

“El poder adquisitivo no tiene que ver solo con los bienes de primera necesidad. La electricidad ahora cuesta el doble de lo que estaba con (el gobierno del ex presidente Laurent) Gbagbo y es imposible encontrar vivienda a precios razonables”, explicó Comoe.

El INS calcula que el costo del suministro de energía subió 6,3 por ciento en el último año.
La suba de precios afectó también a otros servicios.

“La atención médica es de dos a tres veces más cara de lo que era hace tres años», según Comoe. El costo de la educación subió 25,3 por ciento para la escuela secundaria y 92,6 por ciento para la universidad.

“Muchos no pueden ir a la escuela porque sus padres no tienen el dinero para pagar las cuotas”, agregó Comoe.
José Coffie N’Guessan, economista y director de investigación del Centro de Investigación Económica y Social de Costa de Marfil, explicó la contradicción subyacente entre el rápido crecimiento económico del país y la falta de mejoras para la gente.

“Esta enorme tasa de crecimiento no es extraordinaria, teniendo en cuenta que la economía se contrajo alrededor de cinco por ciento en los años anteriores a 2012”, explicó a IPS.

Costa de Marfil sufrió varias crisis desde el golpe de Estado de 1999 y, más recientemente, la de 2010-2011 posterior a los disturbios electorales que dieron lugar a más de 3.000 muertes.

«Nos estamos poniendo al día con el pasado. (El crecimiento económico) será notable si somos capaces de mantener esos números durante dos o tres años”, dijo N’Guessan. La mayor parte de esa expansión se debió en gran medida a las inversiones en obras de infraestructura necesarias que está realizando el gobierno y que fueron postergadas tras los disturbios electorales, agregó.

N’Guessan no sabe si el crecimiento reducirá el desempleo. “No es algo automático”, comentó.
La Confederación General de Empresas de Costa de Marfil calculó que en 2012 aproximadamente cinco millones de marfileños estaban desempleados, y que la tasa de desempleo en la franja etaria de 15 a 35 años ascendía a 60 por ciento.

“El crecimiento se verá estimulado por la construcción de nuevas obras de infraestructura, pero puede ser que no se refleje en puestos de trabajo de la misma manera que las inversiones realizadas en las fábricas (sí lo hacen). Hasta ahora, los marfileños no sienten que el desempleo esté bajando”, comentó N’Guessan.

Agregó que los inversores extranjeros “tienden a estar interesados en sectores que no generan una gran cantidad de empleos, especialmente en el área de los recursos naturales. Para crear puestos de trabajo, tenemos que invertir en la agricultura, la agroindustria y el sector terciario”.

«La población aún no se vio beneficiada con este crecimiento. El impacto nunca es inmediato. Tomará cierto tiempo. Tenemos que ser pacientes. El gobierno decidió apuntar alto para generar riqueza rápidamente”, dijo N’Guessan.
Para que el gobierno pueda generar un crecimiento sostenible, tuvo que invertir “en otras cosas que no fueran obras de infraestructuras ostentosas”, agregó.

“Tenemos que invertir en capital humano. Estamos en una encrucijada. Y es importante que no pasemos de largo”, advirtió N’Guessan.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe