Una nueva norma de vestimenta masculina dispuesta por el movimiento islamista Talibán en Pakistán sorprendió a muchos y generó críticas. La orden que impone a los hombres llevar túnica y pantalones flojos resultó de lo más extraña porque es el atuendo habitual en las zonas tribales.
El Talibán hace tiempo que impone un estricto código de vestimenta a las mujeres. Pero ahora apunta también a los hombres, aunque sin muchos fundamentos.
“Los hombres de zonas tribales se visten como corresponde”, dijo Ahmed Jamal, residente de la agencia de Waziristán del Sur, en las noroccidentales Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA), al ser consultado por IPS.
“A diferencia de otras partes del país donde la gente usa pantalones (de vestir de tipo occidental) y camisetas, aquí llevan el shalwar-kameez”, apuntó, refiriéndose a la túnica y especie de pijama unisex que cubre hasta los tobillos.
El proscrito Tehreek Taliban Pakistan (TTP) emitió el 13 de julio la “orden” de que los hombres deben utilizar pantalones bien flojos, en vez de ajustados. Y el día anterior había indicado a las mujeres que hicieron lo mismo, aunque ellas invariablemente llevan burqa y se tapan de la cabeza a los pies.
Además, alertó a los comerciantes de no vender vestimenta que no contara con la aprobación del Talibán bajo amenaza de clausura. Primero, la advertencia es de imponer una multa de 50 dólares y de cerrar el negocio por un mes.
Pero ya ocurrió lo peor. Mustafa Shah, un comerciante de Waziristán, dijo que en algunas ocasiones el Talibán quema la ropa confiscada.
[related_articles]“El 22 de julio, hombres del TTP llegaron y se llevaron prendas de varios comercios y las quemaron. No pudimos decir nada por temor a las represalias”, relató. “Esas normas tratar de perjudicar a las tiendas porque la gente evita los mercados”, apuntó.
Las órdenes perjudican tanto a la población como a los comerciantes, observó Shah.
“No escuchamos de normas similares en ningún país musulmán, ni siquiera en el reino de Arabia Saudita, donde rigen las normas islámicas más estrictas”, explicó.
El Talibán ya ha causado gran sufrimiento en la población.
“Más de la mitad de los cinco millones de personas que viven las FATA debieron abandonar sus hogares por la presencia del Talibán y las consiguientes operaciones militares, que ya paralizaron la actividad comercial”, añadió.
Jamal, mecánico de Wana, el pueblo más grande de Waziristán del Sur, dijo que la orden solo sirve para poner al TTP en las noticias. “La mayoría de la población pastún de los siete distritos de FATA se viste como corresponde y sus ropas son decentes”, remarcó.
Un panfleto distribuido por el TTP señala que usar ropa pequeña y reveladora atenta contra el Islam, porque no cubre el cuerpo como corresponde, además va contra la cultura pastún.
Mohammad Sarwar, de la universidad Islamia College de Peshawar, opinó que la orden es una herramienta para atemorizar a la población y para que el Talibán imponga su propia versión del Islam.
“Es una clara demostración de cómo el Talibán promueve su agenda. Quiere marcar presencia dando órdenes irrelevantes”, observó.
Además, la gente tiene derecho a vestir como quiera, apuntó.
“El TTP no tiene derecho a pedir esto a la gente y, en todo caso, no forman parte del gobierno. Esas órdenes son ilegales, inmorales y no tienen valor. Enfurecieron a los residentes de la zona”, añadió.
FATA se ubica en la frontera entre Afganistán y Pakistán, donde el Talibán se refugió después de que las fuerzas encabezadas por Estados Unidos lo expulsaran de Kabul, a fines de 2001.
“La población de FATA los protegió y los trató como invitados, pero comenzaron a atacar a las fuerzas pakistaníes, edificios estatales y escuelas”, dijo Afaq Jan, residente de Waziristán, en entrevista con IPS.
El TTP azotó y apedreó mujeres acusadas de adulterio y mató gente pobre por considerarla espía, observó. “Castiga personas sin darle la oportunidad de defenderse”, añadió.
El Talibán ya es muy impopular por ese tipo de acciones. Esta última para que los hombres no usen ropa ajustada alejará más a la población, precisó.
Este tipo de normas poco éticas son inapropiadas, observó Jan.
“Si las hubiera emitido el gobierno de Karachi, Islamabad o Peshawar, podrían tener sentido”, añadió.
Maulana Naim Gul, religioso de Peshawar, capital de Jyber Pajtunjwa, dijo a IPS que lo ponía muy triste ese tipo de instrucciones porque le dan mala fama al Islam.
“El Talibán no sabe de preceptos islámicos. Su intento de imponer el Islam por medios violentos no convencerá a nadie. Dominar a la gente mediante coerción atenta contra el Islam”, precisó.