Pescadores, estudiantes, ecologistas y activistas en defensa de las minorías sexuales son protagonistas en Chile de la campaña por escaños parlamentarios en las elecciones generales del 17 de noviembre, para impulsar directamente reformas que la ciudadanía exige desde hace décadas.
“Hace mucho tiempo que la clase política está distanciada y se ha ido recluyendo dentro de un espacio propio, independiente e indiferente a la población”, argumentó ante IPS el antropólogo social Juan Carlos Skewes, de la privada Universidad Alberto Hurtado.
“Antes de 2006 primó una apatía rutinaria, un sentido común de que el espacio político tiene esa característica, de que no vale mucho la pena y hay un desgaste continuo que se va manifestando con una participación decreciente en los procesos electorales”, añadió.[pullquote]3[/pullquote]
En ese contexto, dijo, “se crea una nueva condición y un nuevo espacio político que abre las puertas a nuevos rostros”.
Rolando Jiménez, presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) y candidato a diputado por el Partido Progresista, señaló a IPS que “estas candidaturas emergen porque la clase política tradicional no ha sido capaz de hacerse cargo de las demandas, los sueños, los ideales que desde la sociedad civil se han articulado en los últimos años”.
En los comicios de noviembre estarán en juego la Presidencia de Chile para el mandato de 2014 a 2018, los 120 escaños de la Cámara de Diputados y 20 de los 38 del Senado.
Todos los postulantes deberán someterse al esquema binominal, el sistema electoral heredado de la dictadura (1973-1990) por el cual cada partido o coalición debe presentar dos candidatos para cada distrito o circunscripción electoral y se suman los votos de cada agrupación para determinar los dos elegidos. Una lista debe duplicar en votos a la rival para lograr los dos cupos de senadores o diputados en competencia.
Ese sistema ha privilegiado la existencia y dominio de dos grandes conglomerados: La centroizquierdista Concertación de Partidos Por la Democracia, que gobernó entre 1990 y 2010, y la derechista Coalición por el Cambio, que sustenta la Presidencia de Sebastián Piñera.
En este escenario, la lucha por un cupo en el Congreso legislativo parece ser titánica, principalmente para los candidatos procedentes del movimiento social que se postulan de modo independiente, reconoció Skewes.
[related_articles]Jiménez afirmó que, para mitigar los efectos del sistema binominal, hay que lograr revertir 60 por ciento de abstención registrada en las elecciones municipales de octubre de 2012, tras la puesta en marcha de la ley de inscripción automática y voto voluntario.
Esa normativa eliminó la obligatoriedad del sufragio y el trámite de tener que inscribirse como elector desde los 18 años e incorporó 4,5 millones de votantes al padrón, 80 por ciento menores de 35 años.
La abstención significó que siete de los 13,4 millones de habilitados para sufragar decidieron no participar en la jornada electoral. Solo 5,5 millones concurrieron a las urnas en un país que tiene 17 millones de habitantes.
“Si somos capaces de movilizar a la gente que se siente interpretada por nuestras demandas, por nuestros sueños, por nuestros proyectos, es probable que esa gente se levante y vaya a votar”, aseveró Jiménez.
El candidato anticipó que “probablemente lo que va a matar al (sistema) binominal en Chile no va a ser la voluntad de los actores políticos partidarios, sino la abstención, el voto voluntario”.
Para el activista, “todo el sistema político está deslegitimado”, más aún tras el fracaso en las negociaciones para realizar primarias parlamentarias tanto en la izquierda como en la derecha. Las elecciones internas presidenciales siguen en marcha y se realizarán el 30 de junio.
También Giorgio Jackson, expresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, sostuvo que las primarias fracasaron “porque el cálculo electoral muchas veces prima por sobre lo que (los dirigentes políticos) anuncian públicamente”.
El movimiento Revolución Democrática, que tiene en Jackson a su principal referente, estaba dispuesto a sumarse a la “nueva mayoría” centroizquierdista que propugna la exmandataria Michelle Bachelet (2006-2010).
Por ello este líder estudiantil tenía previsto competir en las primarias parlamentarias de la Concertación, en las que también participaría su otrora compañera de lucha, la comunista Camila Vallejo, expresidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y el rostro más visible de las movilizaciones de 2011 por la reforma de la enseñanza.
Así, Jackson deberá disputar ahora el mismo cupo con Vallejo, aunque el Partido Comunista busca asegurar un escaño para ella en La Florida, el distrito donde, con un incipiente embarazo, ya comenzó la campaña.
Jackson descartó negociar ahora con la Concertación, pero reconoció que una vez en el parlamento hay que buscar las mayorías para conseguir los cambios que el movimiento social busca plasmar.
“No veo que exista contradicción en querer aportar a una mayoría, que tiene que ver con agendas políticas que no son de un partido político u otro, con demandas sociales, y por otro lado mantener la independencia”, señaló a IPS.
Más al sur, Iván Fuentes, el exlíder del movimiento social de la austral región de Aysén que a comienzos de 2012 puso en jaque al gobierno de Piñera con protestas por el bienestar regional, se postula al Congreso legislativo como independiente, aunque con apoyo del Partido Demócrata Cristiano, pilar de la Concertación junto con los partidos Socialista y Por la Democracia y Radical Social Demócrata.
Fuentes, dirigente de los pescadores y quien ya ganó una primaria en su región, aseguró que es en la calle, en los quehaceres cotidianos, donde más se siente el apoyo ciudadano. Sin embargo, reconoció que aún hay políticos que no lo aceptan y lo acusan de entrar “por la ventana”.
“Siempre seguiré siendo la misma voz”, dijo a IPS, respondiendo así a quienes dudan de que la lucha e independencia de los activistas sociales se mantenga en el Congreso.
Jiménez, Jackson y Fuentes son solo un ejemplo de la variada gama de candidaturas parlamentarias procedentes del movimiento social.
En la lista también se destacan Francisco Figueroa, otrora vicepresidente de la FECH, quien competirá bajo el alero del movimiento político universitario Izquierda Autónoma, y la independiente Claudia Torres, periodista de una radio comunitaria de Aysén.
Por su parte, en el sector afín al gobierno derechista figura Valentina Verbal, una transexual aspirante a diputada por el partido Renovación Nacional que hoy lucha por no aparecer como “Gonzalo” en la papeleta que prepara el Servicio Electoral.
Pero Skewes advirtió que “un buen rostro no es suficiente” para ganar las elecciones y que ahora se requiere un trabajo sistemático colectivo, de grupos que creen conciencia.
En ese escenario, “la tarea no es tan titánica si pensamos en las redes sociales y la forma espontánea como se va generando la opinión política en los medios digitales”.
“Lo entretenido es que estos colectivos hoy están presentes y eso marca una diferencia sustantiva” respecto de hace un par de años atrás, concluyó.