Sri Lanka juega a las escondidas con la ONU

Ya se ha vuelto algo habitual. Conforme se acerca el inicio de las sesiones anuales del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Sri Lanka se prepara para eludir posibles críticas.

Por tres años, desde que terminó la guerra civil de tres décadas en este país de Asia meridional, Colombo logró mantener alejada la presión internacional. Pero en 2012, las cosas cambiaron.

En marzo del año pasado, el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra, adoptó una resolución presentada por Estados Unidos exhortando al gobierno de Sri Lanka a que aplicara las recomendaciones hechas por la Comisión de Lecciones Aprendidas y Reconciliación (LLRC, por sus siglas en inglés).

Ese órgano, creado para investigar la conducta de las partes durante la guerra civil, presentó en noviembre de 2011 un informe al presidente Mahinda Rajapaksa.

Ahora, Estados Unidos anuncia que propondrá una resolución similar en las próximas sesiones del Consejo, que comenzarán el 25 de este mes.
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A Sri Lanka claramente no le agradan las señales que recibe de Ginebra y de otros países de Occidente que apoyan la resolución propuesta estadounidense.

Navi Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dijo en su informe ante el Consejo el 13 de este mes que Colombo estaba eligiendo cuáles recomendaciones del LLRC aplicar y cuáles no.

"Hasta la fecha, el gobierno se ha comprometido solo con algunas recomendaciones de la Comisión, y no ha fomentado adecuadamente la participación de la sociedad civil en un proceso inclusivo de reconciliación", lamentó la funcionaria.

El gobierno srilankés reubicó a más de 400.000 personas desplazadas por la guerra y lanzó grandes proyectos para reparar carreteras y proveer agua y energía, pero todavía no ha frenado los preocupantes casos de secuestros y de abusos a los derechos humanos, alertó Pillay.

"Hay un considerable trabajo por delante en temas de justicia, reconciliación y recuperación de las formas de sustento", señaló.

Uno de los temas que causó preocupación en Sri Lanka en marzo pasado fue al apoyo de India a la resolución propuesta por Estados Unidos.

Hasta entonces, Nueva Delhi había siempre respaldado los esfuerzos de Colombo contra la insurgencia separatista de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil-Eelam, y fue clave para impedir que Occidente condenara a Sri Lanka en la ONU.

Se cree que el respaldo de India a la resolución estadounidense fue en respuesta a la lentitud del gobierno de Rajapaksa para atender las demandas de la minoría tamil y a la considerable presión que sufría Nueva Delhi en el sureño estado indio de Tamil Nadu, cuyas costas están cerca de las de Sri Lanka.

Ahora, conforme se acercan las elecciones en India, el gobierno de Manmohan Singh se ve otra vez forzado a apoyar la nueva resolución.

"Es probable que India apoye la resolución de Estados Unidos, considerando que va de acuerdo con sus intereses a largo plazo", dijo R. Hariharan, exjefe de inteligencia de las Fuerzas Indias de Mantenimiento de Paz en Sri Lanka, en diálogo con IPS.

"Estados Unidos probablemente contará con India, lo cual podría diluir un poco el texto" de la resolución, apuntó.

Luego de la resolución de 2012, Singh le escribió a Rajapaksa para explicarle que India se había esforzado por introducir un elemento de equilibrio en el texto.

En noviembre de este año se realizará en Sri Lanka la Reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones), y ya hay llamados a boicotear el encuentro.

Lo que ocurra en las próximas sesiones en Ginebra podría determinar el ambiente para esa cumbre.

Para muchos, un boicot tendría simplemente efectos simbólicos. El presidente Rajapaksa está decidido a proyectarse a nivel internacional como un líder fuerte y de voluntad firme.

Pero algunos activistas por los derechos humanos dijeron a IPS que incluso una acción simbólica podría tener importantes repercusiones a largo plazo.

Ruki Fernando, del Colectivo Derechos Ahora, dijo que un boicot podría "contribuir a un cambio a largo plazo". "Ese tipo de acciones claramente envían un mensaje más fuerte que meras declaraciones condenatorias", sostuvo.

Lynn Yoshikawa, gerente de programas de Interaction, alianza de agencias de ayuda estadounidenses, dijo que grandes donantes como Washington podrían ser un ejemplo para los demás

"Grandes donantes también pueden cambiar la dinámica a través de esfuerzos diplomáticos sostenidos y conjuntos, así como a través de un apoyo a actores clave de la sociedad civil y de la ayuda humanitaria que trabajan por un cambio" en Sri Lanka, señaló.

Interaction acaba de presentar el informe "Sri Lanka: Transitioning From a Humanitarian Crisis To A Human Rights Crisis" (Sri Lanka: pasando de una crisis humanitaria a una crisis de derechos humanos).

El economista Muttukrishna Sarvananthan, director del Instituto Point Petro de Desarrollo, con sede en la norteña ciudad srilankesa de Jaffna, señaló que Estados Unidos y Gran Bretaña seguían siendo los dos principales socios de Colombo.

"Estados Unidos es la principal fuente de inversiones de cartera en acciones de compañías privadas de Sri Lanka y en bonos del gobierno", indicó.

Sarvananthan dijo que, a pesar de que China es el mayor prestamista de la isla, ese gigante no era un gran inversor ni un importante mercado exportador. También señaló que los préstamos chinos incluían altos intereses y primas de seguros.

"Las inversiones extranjeras directas proceden fundamentalmente de países asiáticos, sobre todo India y Malasia. Y el flujo de turistas está dominado por europeos, particularmente británicos, franceses y alemanes", agregó.

"Las relaciones económicas exteriores de Sri Lanka son abrumadoramente dependientes de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países occidentales, así como por supuesto de India", señaló.

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