Zambia podría perder su batalla por la seguridad alimentaria si los productores de pequeña escala siguen siendo expulsados de sus tierras tradicionales para dar paso a la gran agroindustria, según el catedrático Mickey Mwala.
"Los pequeños agricultores son los responsables de la seguridad alimentaria de Zambia. Su expulsión tendrá efectos a largo plazo en ese sentido si se prolonga y se amplía", dijo Mwala, decano de Facultad de Agricultura de la Universidad de este país.
"El acaparamiento de tierras aumenta la incidencia y la prevalencia de la pobreza en el país al aumentar la cantidad de personas que no pueden cultivar su propio alimento ni enviar a sus hijos a la escuela", indicó Mwala a IPS.
La expulsión de agricultores de sus tierras tradicionales comenzó hace 12 años, pero adquirió mayor relevancia después de 2005, cuando el gobierno llamó a aumentar la inversión directa extranjera, según la organización Zambia Land Alliance.
El acaparamiento de tierras por inversores locales y extranjeros es considerado actualmente un lugar común.
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En el distrito de Masaiti, en la provincia rica en minerales de Copperbelt, más de 2.000 agricultores fueron expulsados de sus tierras en 2011, cuando una compañía nigeriana fabricante de cemento adquirió 200 hectáreas, y a ellos les solo les dieron una indemnización de 250 dólares por hectárea.
La instalación de empresas mineras en las provincias de Cooperbelt y Luapula también dejó a miles de pequeños agricultores sin hogar.
Según el informe "Acaparamiento de tierras y crisis alimentaria global", realizado en 2011 por la organización internacional GRAIN, tres por ciento de las tierras cultivables de Zambia están en manos de extranjeros que las usan para producir alimentos.
GRAIN es una organización que promueve una gestión sustentable y el uso de la biodiversidad agrícola.
Según el independiente grupo de estudio Instituto Oakland, la inversión en el sector agrícola aumenta en este país porque el gobierno "comercializa y planifica en secreto el desarrollo de por lo menos 1,5 millones de hectáreas en su territorio".
No hay una investigación sobre la cantidad exacta de desplazados, pero según el Sindicato Nacional de Agricultores de Zambia (ZNUF) podrían rondar los miles.
El vicepresidente del ZNUF, Graham Rae, señaló que la expulsión de agricultores de sus tierras tradicionales es un asunto que preocupa, pues "sucede desde hace un tiempo", observó.
"La seguridad alimentaria puede verse afectada porque probablemente haya unos miles de agricultores sin producir", alertó.
"En países como Sudáfrica, la seguridad alimentaria depende de grandes agricultores, pero en nuestro caso el sector de subsistencia desempeña un papel importante", remarcó.
"Por eso la seguridad alimentaria podría verse afectada, y no solo a escala de los hogares, sino nacional", añadió Rae.
Los pequeños agricultores representan 70 por ciento del sector en Zambia, según ZNFU.
El sindicato tiene 200.000 agricultores emergentes y comerciales, y 400.000 de subsistencia. Pero en todo el país podrían ser el doble o hasta el triple, pues muchos no están afiliados a ZNFU.
El director ejecutivo de Zambia Alliance Land, Henry Machina, atribuyó la expulsión de pequeños agricultores a los procedimientos "engorrosos" para obtener títulos de propiedad y a las leyes "arcaicas" que no reconocen los derechos consuetudinarios.
Según la legislación zambiana, las escrituras son el único documento legal que prueba la propiedad de la tierra.
"Tramitar una requiere entre dos meses y 10 años. Es un sistema muy arcaico y centralizado. Solo lo expide el Ministerio de Tierras", dijo Machina a IPS.
También "es muy costoso. Los agricultores deben pagar el transporte, las comidas y el alojamiento cada vez que viajan a hacer el seguimiento del trámite. Pueden llegar a gastar unos 10 millones de kwachas (unos 2.000 dólares) en el proceso. Por eso, algunos se quedan y siguen cultivando", añadió.
Alrededor de 59 por ciento de los 13,5 millones de habitantes es pobre, y 65 por ciento de ellos viven en zonas rurales.
Pretorious Nkhata, del distrito de Mpongwe en la provincia de Cooperbelt, contó que en 2008 fue expulsado por una empresa sudafricana de las 21 hectáreas que cultivaba desde hace 10 años.
Nkhata, de 68 años, y los otros agricultores expulsados de las 46.876 hectáreas, donde ahora se practica una agricultura comercial, dijo a IPS que un líder tradicional le había entregado su terreno, pero sin título de propiedad.
"Nos dijeron que éramos ocupantes e intrusos en esas tierras. Perdí todo", se lamentó.
La empresa sudafricana "vino con armas y amenazaron con disparar al que se resistiera. Quemaron nuestras pertenencias, almacén, ropa, sábanas, camas, televisión, mis tierras. Éramos casi 200 hogares", relató Nkhata.
La compañía implicada vendió luego las tierras y cerró sus operaciones en Zambia. IPS no pudo ubicar a ningún responsable de la misma para que hiciera una declaración.
Un abogado que representa a los agricultores desplazados, que no quiso revelar su identidad, indicó: "Los artículos 33 y 34 de la Ley de Registro de Tierras y Títulos establece que tener un certificado es la prueba "prima facie" de propiedad de un terreno".
"El principio básico es que quien tenga un título de propiedad es el dueño de la tierra y de todo lo que haya en ella. No importa qué haya desarrollado allí si no tiene ese documento", explicó.
"Peleamos para conseguirles algún tipo de indemnización por el desarrollo que tuviera el terreno, pero los nuevos propietarios no tienen ninguna obligación legal" de pagar compensación, apuntó.
La secretaria permanente del Ministerio de Tierras, Daizy Ngambi, dijo a IPS que el gobierno estudia un documento para ofrecer seguridad a quienes son propietarios consuetudinarios.
También señaló que el Ministerio estaba abocado a mejorar el proceso de entrega de títulos de propiedad para reducir los plazos para tramitar este documento.
Pero nada de esto devolverá la tierra a Nkhata, quien actualmente vive a 40 kilómetros del que fuera su campo.
"Estoy varado, no me dieron ninguna indemnización ni alternativa", se lamentó.