Analistas sudafricanos vislumbran que el BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, podría sumar en el futuro a Indonesia y Turquía para expandirse a nuevas regiones.
"Estuve en Moscú hace poco, y allí se estaba conversando sobre la posibilidad de que el BRICS se expandiera para convertirse en el BRICSIT", dijo a IPS el jefe ejecutivo de la consultora sobre mercados emergentes Frontier Advisory, Martyn Davies.
"Existen sólidas razones gepolíticas y geoeconómicas para incorporar al bloque a Indonesia y Turquía", añadió.
Esos dos países son los que ocupan los primeros lugares de la fila para sumarse al club de naciones emergentes del Sur en desarrollo. El primero porque su ingreso permitiría la extensión del BRICS a la región clave del sudeste asiático, y el segundo porque le añadiría al bloque una mayor diversidad geográfica.
"No se generaría ningún conflicto con los actuales miembros, pues Rusia es el único integrante del BRICS que abarca a más de una región (Europa y Asia)", sostuvo.
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Por otro lado, destacó que el BRICS es una alianza que no cuenta con una secretaría ni una infraestructura elaborada.
Esto permitiría la rápida admisión de nuevos miembros, como ocurrió con Sudáfrica en 2010, por consenso entre los integrantes y sin necesidad de extensas negociaciones.
"No hay ningún proceso normativo. Sería fácil hacerlo", opinó Davies.
El analista citó como ejemplo contrario lo que ocurre en la Unión Europea, donde los candidatos a miembros deben suscribir una serie legislaciones y deben contar con la aprobación del Parlamento Europeo, así como de las asambleas legislativas nacionales.
Por su parte, el analista Chris Gilmour, de ABSA Investments, brazo de inversiones de uno de los mayores bancos sudafricanos, dijo a IPS que el actual gobierno de Sudáfrica puso como prioridad fortalecer las relaciones con otras naciones emergentes.
"Yo creo que el BRICS se convertirá en un puntal central de la política exterior de Sudáfrica", pronosticó.
"Sudáfrica aislada es demasiado pequeña e insignificante para tener influencia a nivel global, pero aliada con países de similares intereses puede lograr un impacto", sostuvo.
Sin embargo, reconoció que aún hay dudas sobre el compromiso de Sudáfrica con el BRICS.
"Uno de los peligros que veo es que Sudáfrica no tenga la capacidad de permanecer en el BRICS", indicó Gilmour.
"Nuestra tasa de crecimiento, comparada con las de otros países del bloque, es muy baja, completamente irrisoria. Así que tenemos un largo camino que recorrer para justificar nuestra inclusión en este grupo", señaló.
Se calcula que crecimiento económico de Sudáfrica será menor a tres por ciento este año.
No obstante, Davies destacó que hubo un "drástico cambio, real o percibido", en la política exterior sudafricana a favor de un más estrecho vínculo con las demás naciones emergentes desde que Jacob Zuma asumió como presidente en 2009.
En cambio, el gobierno de Thabo Mbeki (1999-2008) "estaba siempre cómodo en Washington, Londres, París o Tokio, pero menos en el mundo en desarrollo", sostuvo.
"África y el Sur en desarrollo estuvieron relativamente marginados" durante la administración de Mbeki. En contraste, Zuma está "mucho más a gusto" entre sus colegas de las naciones emergentes, observó Davies.
"Esto se ve estimulado por la relación que mantiene Sudáfrica con China, nación con la que goza de los más fuertes vínculos bilaterales dentro del BRICS", afirmó.
El analista además explicó que Beijing y Pretoria se acercaron ideológicamente más desde la crisis económica mundial, que socavó la credibilidad del libre mercado.
"El BRICS está en la primera fila de los mercados emergentes, y representa una nueva realidad mundial", sostuvo Davies.
La oriental ciudad sudafricana de Durban será la sede de la próxima cumbre del BRICS, en marzo de 2013, y se espera que Zuma aproveche la ocasión para disipar toda duda sobre el compromiso de su país con el bloque.
También se espera que en el encuentro se produzcan avances en las distintas iniciativas económicas discutidas dentro del grupo.
La más elaborada de estas es la de crear un banco del BRICS, donde se reunirían las reservas extranjeras de los países miembros y así se mantendría un fondo que servirá a las naciones del Sur.
Davies destacó que la iniciativa podría servir de "contrapeso al Fondo Monetario Internacional".
La cumbre también revisará los progresos sobre la alianza alcanzada entre las distintas bolsas del BRICS, así como una iniciativa por la cual los miembros se brindarán créditos unos a otros en monedas locales.
Esta última es una idea de China, y podría lograr que el comercio se realice sin la necesidad de dólares o euros dentro del BRICS, o BRICSIT, si Indonesia y Turquía se hacen miembros pronto.