El diálogo entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzó este lunes 19 en La Habana, tras el anuncio de esa guerrilla de una tregua de dos meses para «fortalecer el clima de entendimiento necesario».
Los delegados de las FARC llegaron a la sala de reuniones del Palacio de Convenciones poco después de la representación del gobierno de Colombia, encabezada por el político Humberto de La Calle. Las conversaciones tendrán sede permanente en Cuba.
Según un comunicado leído a la prensa por Iván Márquez, coordinador del grupo negociador de las FARC, el secretariado de esa guerrilla ordenó a sus unidades el cese de operaciones militares ofensivas, incluso los actos de sabotaje, desde la hora local 00:00 (05:00 GMT) de este martes 20 de noviembre hasta la misma hora del 20 de enero de 2013.
"Es una muestra más de nuestra voluntad para generar un medio ambiente político propicio para el avance de las conversaciones, en aras de alcanzar el compromiso de acordar un verdadero tratado de paz que ponga fin al conflicto social y armado, como es el anhelo de la mayoría de los colombianos", señala el texto.
El gobierno ha dicho que en el transcurso de las conversaciones no habrá despeje militar ni cese del fuego, que se produciría solo en el momento final de la terminación del conflicto armado.
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Estas pláticas, instaladas oficialmente el 18 de octubre en Noruega, constituyen el tercer esfuerzo de paz que protagonizan las FARC en sus casi 50 años de existencia.
"Hay que mirar este nuevo intento de cierre negociado del conflicto armado con optimismo realista", dijo a IPS el académico colombiano Alejo Vargas.
Para el profesor de ciencia política, hay mejores posibilidades que en el pasado, pero se requiere que las dos partes, especialmente las FARC, estén convencidas de que es la mejor opción posible para terminar la guerra y no solo un recurso táctico de exposición política.
"No pueden estar jugando, ninguno de los dos, con segundas opciones", afirmó por correo electrónico Vargas, profesor titular de la Universidad Nacional y director del grupo de investigaciones en seguridad y defensa de esa institución académica.
En su opinión, en unas semanas se verá "si efectivamente" se avanza o si se buscan argumentos para obstaculizar las cosas. "Sin embargo, creo que sería una torpeza histórica si las FARC no entienden que es una extraordinaria oportunidad política para darle una salida honorable a este conflicto armado y dejar abierto un espacio para su accionar político dentro de la legalidad", concluyó.
El escepticismo y la esperanza quedaron reflejados en opiniones de colombianos en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá.
Las pláticas se desarrollarán en torno a una agenda pactada al término de seis meses de conversaciones exploratorias. El tema agrario, primer punto de esa hoja de ruta, debió comenzar a discutirse este lunes.
Ese asunto resulta clave para las FARC, surgidas en 1964. En una entrevista concedida a IPS, Rodrigo Granda, uno los cinco negociadores guerrilleros principales, sostuvo que Colombia es el único país de América Latina que no llevó adelante una reforma agraria y que mantiene latifundios de hasta 100.000 hectáreas.
En contraste, 87 por ciento de los campesinos carecen de tierras. "Nosotros hablamos de una reforma agraria integral, que contemple la confiscación de tierras para su distribución entre quienes quieran y puedan trabajarlas, en tanto el gobierno plantea que tiene un proyecto de desarrollo integral del campo", indicó Granda.
Al llegar el domingo 18 por la noche a la capital cubana, De La Calle aclaró que la prioridad agraria obedece a que en la zona rural se ha desarrollado el conflicto y confluyen en ella elementos que si no se eliminan o se transforman van a perpetuarlo. "Esa la razón de ser, el elemento articulador. La agenda toda esta dirigida a la finalización del conflicto", insistió.
Los demás puntos se refieren a participación política, el fin del conflicto, el narcotráfico y la situación de las víctimas. Aunque el desarrollo de las conversaciones está concebido a puertas cerradas y con poca participación mediática, decenas de periodistas de Colombia, Holanda y otros países viajaron a La Habana para darle cobertura.
Según De La Calle, la experiencia internacional demuestra que, sin discreción, los diálogos se convierten en un "simple ejercicio retórico". Aseguró sin embargo que su gobierno está consciente de la necesidad de brindar información y habrá mecanismos para la entrega periódica de datos sobre la marcha las conversaciones.
El proceso de paz más avanzado comenzó en 1984, iniciado por el presidente Belisario Betancur (1982-1986), y fue concluido violentamente por César Gaviria (1990-1994) en diciembre de 1990.