A pesar del impacto de la crisis global, la economía de Argentina comienza a repuntar de la mano del auge de los precios de la soja y de las ventas industriales a Brasil. Pero la cautela prevalece entre expertos y productores cuando algunos indicadores se proyectan a mediano y largo plazo.
"Si se mantienen los precios internacionales altos y hay financiamiento, 2013 va a ser mejor que este año, en el que los rendimientos (de las cosechas) estuvieron por debajo del promedio debido a la sequía", dijo a IPS el productor agropecuario Pablo Paillole, con propiedades en la oriental provincia de Santa Fe.
Paillole tiene un establecimiento de 42 hectáreas, que junto al predio de sus hermanos completa las 100 hectáreas, donde cultivan principalmente soja y maíz, a la vez que crían cerdos. "La perspectiva depende mucho de la escala del productor", aclaró.
"Quien tenga más de 100 hectáreas va a estar muy bien, porque los costos se licuan en la cantidad y se cuenta con más margen para especular y vender lo cosechado en el momento en que el precio esté más alto", explicó. De todos modos, para él también 2013 será "un mejor año".
La consultora Abeceb calcula que en 2013 "la soja volverá a ser un factor clave para el desempeño de la economía argentina a partir de una muy buena cosecha y precios que se mantendrán en un récord histórico". El martes 4 alcanzó en el mercado de Chicago, Estados Unidos, el máximo histórico de 650,74 dólares la tonelada.
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Abeceb proyecta que la producción argentina podría llegar el año que viene a los 54 millones de toneladas, y que las exportaciones crecerán hasta un valor total de 25.500 millones de dólares, unos 5.200 millones más que lo previsto para el cierre de 2012.
No obstante, uno de los economistas de esta consultora, Mariano Lamothe, explicó a IPS que hay que ser cautos. "El año próximo va a ser mejor que el actual, pero no ocurrirá esta vez el rebote que se registró en 2010, después del estallido de la crisis de 2008-2009".
Tras esa crisis, con epicentro en Estados Unidos y que luego se expandió a Europa, el producto interno bruto (PIB) en Argentina creció apenas 0,9 por ciento en 2009 para rebotar hasta 9,2 por ciento al año siguiente, según datos oficiales.
"En los últimos meses de este año vamos a ver que se levanta el freno, con la recuperación de algunas variables, pero para 2013 el crecimiento económico que se proyecta será mayor, de 3,5 por ciento", indicó Lamothe.
"Es que si se presiona a la demanda, hay inflación, y si se importa más, hay problemas en la balanza comercial y faltan inversiones", explicó el experto respecto de que el ritmo de actividad empieza a ser más lento que en la década pasada.
La economía argentina, tras superar la debacle de fines de 2001, se expandió a un promedio anual de entre siete y ocho por ciento desde 2003, cuando asume el gobierno el sector centroizquierdista del Partido Justicialista, encabezado primero por Néstor Kirchner (2003-2007) y luego por Cristina Fernández. Es media, de las más altas del mundo, solo fue afectada por el freno de 2009.
En la actividad agropecuaria, Paillole lo vive así. Por un lado es un alivio el aumento del rendimiento de la cosecha agrícola y de los precios, pero teme por la inflación que estimaciones de entidades privadas la ubicaron en julio en torno a 25 por ciento anual y el estatal el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) en solo 9,9 por ciento.
Debido a dificultades propias y a la prolongada crisis económico-financiera internacional, con epicentro en Europa, el ritmo de la actividad se frenó en Argentina este año después de haber logrado en 2011 uno de los crecimientos más altos del mundo, al llegar a 8,9 por ciento, según el Indec.
La desaceleración se aprecia en la industria, que se contrajo 1,2 por ciento en los primeros siete meses del año, respecto de igual periodo de 2011, principalmente por la caída del sector automotor, detalló el Indec, el organismo estatal cuya credibilidad fue puesta en duda por la oposición política y consultoras privadas a partir de la intervención decretada en 2007 por el gobierno.
La producción de vehículos, que lideraba la actividad fabril, cayó 14,1 por ciento en los primeros siete meses de este año, comparado con igual período de 2011, y las exportaciones descendieron 38,4 por ciento en el mismo lapso.
No obstante, esa producción creció 24,4 por ciento si se coteja julio de este año con el mes anterior, lo cual sugiere el inicio de una recuperación que se explica por un incremento de la demanda en Brasil, destino de 50 por ciento de la producción local.
La consultora de Lamothe considera que "el efecto Brasil" comenzará a sentirse en el último trimestre del año. "Es una de las claves para que Argentina pueda volver a tomar impulso", remarcó.
La soja es el cultivo estrella de la producción agrícola argentina. El año pasado, también en este país faltaron lluvias, pese a lo cual los precios se movieron igual al alza debido a la persistente demanda de China y en particular a la intensa sequía que azotó a Estados Unidos, otro gran productor mundial de esta oleaginosa.
Para la próxima campaña, en cambio, se proyecta un buen nivel de precipitaciones, y los precios se mantendrán altos. Argentina se asegura para 2013 un punto porcentual de aumento del PIB solo por la soja, vaticina Abeceb.
Eso significa que a las arcas del Estado ingresarán alrededor de 2.600 millones de dólares en concepto de impuestos a las exportaciones (llamadas aquí retenciones) de soja, calcula la consultora, lo cual permitiría cancelar los vencimientos de deuda de todo el año sin usar reservas internacionales del tesoro.
El economista Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres y Asociados, también admitió que, después de un primer semestre de enlentecimiento económico, "habrá un repunte", aunque advirtió que será difícil sostener esa tendencia en todo 2013.
"La cosecha para 2013 es mejor y Brasil está dando señales de recuperación, pero faltan inversiones pesadas en energía y eso lleva mucho tiempo. Es decir, no veo una capacidad de expansión de la economía en el largo plazo", declaró a IPS.
"Tocamos el piso y ahora hay un rebote, pero el techo no está muy lejos", dijo Spotorno. Para este año, aun con una reactivación de último momento, el experto pronostica un crecimiento en torno a uno por ciento, y para el próximo alrededor de tres.
En su último balance, esta consultora observa que el primer semestre de 2012 "no ha sido positivo". "Si bien la economía argentina no se encuentra en recesión y no es un escenario de crisis, la situación se ha ido deteriorando a gran velocidad".
Esa tendencia, que según sus cálculos significó un crecimiento nulo del PIB en el primer semestre, se desaceleró, y hay una recuperación pero tímida, lenta, y ya no en los niveles de actividad que se alcanzó en 2010.