La muerte de 12 soldados de Colombia a manos de guerrilleros de las FARC en un paraje de la frontera norte puede reforzar, con cooperación militar, el entendimiento político, diplomático y comercial que desde hace dos años practican el presidente Juan Manuel Santos y su par de Venezuela, Hugo Chávez.
Santos dijo que tras el ataque se comunicó con Chávez, quien respondió con la "orden de movilizar dos brigadas hacia la frontera, con instrucciones de tratar de detectar" a la columna de las izquierdistas FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que se enfrentó con la unidad militar colombiana.
"Que si los logran ubicar, los van a capturar. Y si se resisten, usarán las armas. Les darán plomo", afirmó Santos.
Añadió que Chávez le recalcó por teléfono: "Nuestra posición es la que le he venido sosteniendo desde que usted y yo restablecimos un diálogo (en agosto de 2010, cuando Santos reemplazó a Álvaro Uribe en la Presidencia de Colombia) y comenzamos esta colaboración: no permitiré la presencia de grupos ilegales de ninguna naturaleza en nuestro territorio".
Por su parte, el presidente venezolano dijo por televisión que su gobierno no va a permitir "que grupos irregulares, sean del signo que fueren, utilicen a Venezuela como sitio para acampar o para entrenar o para atacar a fuerzas de otros países, en este caso Colombia".
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"Nosotros no podemos permitir que nos inmiscuyan en un conflicto que no nos pertenece", apuntó.
El ataque, registrado al amanecer del lunes 21, se produjo en jurisdicción de Colombia pero cerca del poblado venezolano de Guana, con unos 300 habitantes y a unos 200 metros de la línea fronteriza en la norteña península de La Guajira.
Allí se ubicó un contingente del ejército venezolano al anochecer de la sangrienta jornada.
Los vecinos de Guana, todavía impactados por el intenso fuego de fusiles y explosivos, tuvieron que pasar varias noches fuera de sus hogares, en poblados cercanos, reportó la prensa local.
"Santos ya logró que Chávez comience a perseguir a la guerrilla. Ahora, Chávez le va a pedir a Santos que persiga las bandas criminales (basadas en Colombia) que se dedican al contrabando de gasolina, al narcotráfico y a extorsiones" en Venezuela, dijo Ariel Ávila, director del colombiano Observatorio del Conflicto Armado Nuevo Arco Iris.
Ávila entiende que la decisión de Chávez "es un retroceso" para las FARC, pues "es importante para la guerrilla contar con un territorio de retaguardia". "La cooperación entre las fuerzas de ambos países significa que las van a golpear", como al también insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN), indicó.
El ministro colombiano de Defensa, Juan Carlos Pinzón, afirmó que la unidad de las FARC responsable del ataque "probablemente tiene su base en Venezuela desde hace bastante tiempo".
También el general Sergio Mantilla, jefe del ejército de Colombia, indicó que "este frente de las FARC salió de Venezuela para atacar a los uniformados y posteriormente huyó de nuevo hacia el vecino país".
Mantilla agregó que él mismo comprobó que el cuerpo de uno de los militares fallecidos se encontraba en territorio colombiano a solo 150 metros de la línea que divide al departamento de La Guajira del estado venezolano de Zulia.
Esas aseveraciones no han sido desmentidas por autoridades de Venezuela.
Líderes opositores, como el candidato presidencial Henrique Capriles y el gobernador de Zulia, Pablo Pérez, han señalado que desde hace tiempo se sabe que irregulares colombianos operan en todas las regiones de frontera.
"¿Dónde está el ejército venezolano que no cumple su primera función, de resguardar la línea fronteriza?", se preguntó Pérez. En tanto, Capriles sostuvo que "son conocidos los lugares donde operan las FARC en estados fronterizos, y el gobierno es cómplice de esa situación".
En los últimos años, corresponsales de IPS que visitaron la frontera venezolana para reportar problemas de las comunidades indígenas, de comerciantes o de refugiados colombianos, recogieron testimonios que acompañan con historias sobre la presencia de guerrilleros o de "herederos" de las derechistas Autodefensas Unidas de Colombia.
Rocío San Miguel, presidenta de la organización no gubernamental venezolana Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada, dijo a IPS que los mecanismos de cooperación hasta ahora previstos "no funcionan porque no se han traducido en instructivos claros y eficaces que puedan seguir los mandos medios de las unidades militares".
"Eso lo muestra la respuesta (venezolana) como producto de una conversación telefónica entre los presidentes", opinó San Miguel.
Por otra parte, según la experta, "el emplazamiento militar venezolano en la frontera no es creíble".
"El ministro de Defensa de Venezuela, general Henry Rangel, ha hablado de hasta 140.000 efectivos, cuando toda la Fuerza Armada del país tiene 124.000", indicó.
"La única manera de atacar el problema de modo consistente es que la cooperación se haga operativa en las unidades bajo mandos medios, con patrullaje permanente, y cooperación en inteligencia y comunicaciones con el lado colombiano, en reemplazo de acciones esporádicas", dijo San Miguel.
La cooperación entre los ejércitos contra la guerrilla seguiría a la que ya llevan adelante Chávez y Santos en materia comercial, con acuerdos para facilitar los pagos a exportadores colombianos, y en el orden judicial, con la entrega recíproca de personas buscadas por delitos de narcotráfico y rebelión.
También se destaca el entendimiento diplomático, sobre todo para apuntalar la Unión de Naciones Suramericanas, que comprende a los 12 países de la región.
Este buen relacionamiento se consolida, al parecer, pese a las diferencias ideológicas de ambos mandatarios, que en el pasado los llevó a fuertes choques.
En tiempos en que Santos era ministro de Defensa del presidente Uribe (2002-2010), Chávez reivindicaba a las guerrillas colombianas como "fuerzas políticas de ideología bolivariana" y afirmaba que el carácter beligerante de esos grupos podría ser reconocido pues "controlan territorio" en zonas de Colombia.
