MERCOSUR: Más allá del boom de las materias primas

El auge de las exportaciones de los cuatro países del Mercosur no se nutre sólo de las materias primas enviadas a China y a otras grandes economías emergentes sino también de los bienes industriales destinados al mercado de América Latina y el Caribe.

Esta es una de las conclusiones del trabajo "Salto exportador del Mercosur en 2003-2008. Más allá del boom de las materias primas", elaborado por Romina Gayá y Kathia Michalczewsky, del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal), unidad del Banco Interamericano de Desarrollo.

La investigación profundiza en los aspectos menos sobresalientes del incremento de las ventas externas que se destaca por los cuantiosos productos primarios que se colocan en países emergentes, sobre todo China, India y Rusia.

"En contraste con lo que se cree habitualmente, el buen desempeño de las ventas externas del Mercosur fue más allá del boom de las materias primas", insiste el informe.

"También los productos de contenido tecnológico medio fueron responsables del salto exportador", observan las autoras, quienes agregan que el mercado del propio bloque, conformado por Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y del resto de la región fueron claves para entender el dinamismo de estas exportaciones.
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"El mercado latinoamericano convirtió a los productos de contenido tecnológico medio del Mercosur en protagonistas del salto exportador reciente en este bloque", indicaron, aun con diferencias entre los socios.

Argentina fue el país donde la participación de la industria en sus exportaciones fue mayor en proporción, mientras que Paraguay fue el más rezagado en ese rubro. En entrevista con IPS, las autoras explicaron que, si bien las materias primas fueron "muy dinámicas" en el bloque, algunas manufacturas también sobresalieron como motor de las ventas externas e incluso contribuyeron con un gran volumen.

Gayá precisó que "los productos de contenido tecnológico medio fueron el rubro que contribuyó en mayor proporción al aumento del volumen exportado por Argentina y Brasil, con 55,3 y 35,5 por ciento respectivamente".

Este rubro, en el caso de los dos socios mayores del Mercosur, abarca sobre todo a la industria de automotores, incluyendo vehículos y repuestos, aunque también otros productos como tuberías, plásticos, fibras sintéticas, pinturas o fertilizantes.

En el caso de Uruguay, Gayá explicó que la quinta parte de las exportaciones totales de ese pequeño país entre 2003 y 2008 se explica por el aumento de los productos tecnológicos, sobre todo plásticos y fibras.

Para las autoras, el incremento de las exportaciones con mayor valor agregado y contenido tecnológico respondió al aumento de la demanda del propio Mercosur y de los demás países de la región.

"América Latina y el Caribe explican más de 40 por ciento del aumento del volumen de ventas externas de Argentina, Brasil y Uruguay, mientras que en Paraguay el aporte de la región ascendió a casi dos tercios", afirmaron.

El trabajo observa que, entre 2003 y 2008, las exportaciones del bloque crecieron 21 por ciento en promedio al año, lo cual representa un alza muy superior a la del propio Mercosur en la etapa 1960-2002, que fue de 8,7 por ciento.

Este auge es atribuido por las autoras de la investigación del Intal al crecimiento de la demanda mundial, a la mejora de los precios y también al dinamismo de los envíos.

Pero ese salto no se limitó a soja o petróleo. "La espectacular suba de precios hizo que se asociara el salto exportador al boom de las materias primas, pero el panorama es más rico que el que implicaría una primarización", apuntó Michalczewsky.

También remarcó que aumentaron las exportaciones de manufacturas "y lo relevante ahí, más que el precio, fue la expansión de las cantidades", que llegaron a ubicarse inclusive entre los rubros más dinámicos.

Las expertas alertan que, para el caso de Brasil, este fenómeno no fue constante a lo largo de todo el período analizado. El salto del sector industrial allí se concentró entre 2003 y 2005 y luego la expansión se enlenteció.

Michalczewsky indicó que desde 2006, debido a la apreciación de la moneda de Brasil, el real, respecto del dólar, y a otros factores, se registró un impacto negativo en las ventas externas de manufacturas, que bajaron el ritmo de expansión.

La valorización del real restó competitividad externa a la industria brasileña en rubros intensivos en mano de obra, en particular por la competencia de China y de otros países donde los salarios en dólares son más bajos.

No obstante, también señaló que la "primarización" del comercio exterior brasileño se explica por fuertes inversiones productivas en el sector agropecuario, de combustibles y de petróleo, y por la expansión del mercado doméstico.

La mayor demanda interna, debido al aumento en el poder adquisitivo de la población, absorbió buena parte de los productos manufacturados y eso redundó en una disminución de la oferta exportable, observaron.

En este punto, las autoras coinciden en que el nuevo "Plan Brasil Mayor", que acaba de lanzar el gobierno izquierdista de Dilma Rousseff, podría remediar la falta de estímulos a la exportación y generar una nueva oportunidad externa para la industria del gigante sudamericano. Finalmente, las investigadoras señalan desafíos y riesgos. Si bien valoran cómo la región se sobrepuso al impacto de la crisis financiera global nacida en e 2008 en Estados Unidos, con caída de precios incluida, hay nuevos retos.

Advierten que la política de sustitución de importaciones china podría significar una reducción de las compras y que los acuerdos de libre comercio de países de la región también podrían afectar mercados para bienes industriales.

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