CINE: Canto a la trabajadora gana festival de Venezuela

El realizador Alejandro Bellame se alzó este jueves con el premio a la mejor película en el séptimo festival de cine venezolano con «El rumor de las piedras», que retrata el valor de una madre trabajadora en medio de una vida dominada por la pobreza y el acecho de la violencia urbana en Caracas.

Se trató, entre otras 10 competidoras, de una reñida lucha con "Reverón", triunfadora en los votos del público en esta ciudad universitaria del sudoeste andino venezolano.

La obra de Diego Rísquez, que no pudo con el jurado, redescubre a Armando Reverón (1889-1954), el llamado "pintor de la luz", quien entre la genialidad y la esquizofrenia plasmó en sus cuadros la luz del sol que cae a plomo sobre las costas del mar Caribe.

"El rumor de las piedras", título tomado del diálogo entre un trabajador marmolero y un chiquillo, "es un homenaje a la mujer de Venezuela y América Latina que trabaja para ganar el sustento y despliega todo su coraje para encarar las situaciones de violencia y cuidar a sus hijos en los lugares tan pobres donde habita", explicó Bellame a IPS cuando aún deliberaba el jurado.

La película se inspiró en la Tragedia de Vargas, como se conocieron los deslaves causados por lluvias sin precedentes en diciembre de 1999 en el litoral caribeño cercano a Caracas que dejaron miles de muertos y decenas de miles de damnificados.

De éstos, muchos debieron recalar, con sus recuerdos y su miseria, en los barrios más pobres y peligrosos de otras ciudades venezolanas.

En la película, ese es el caso de Delia, de 37 años, quien perdió a una hijita entre las corrientes de ríos desbordados en Vargas y lucha ahora como jefa de un hogar integrado por su madre enferma y sus hijos varones de 11 y de 17 años, a quienes mantiene con su magro salario como obrera en una planta procesadora de pollos y un extra por vender algunas comidas a vecinos.

Su tesón no es suficiente para colocar a sus hijos a salvo del delito en un país con 29 millones de habitantes en el que se cometen anualmente entre 15.000 y 19.000 homicidios y que tiene a la inseguridad ciudadana como el primer problema de la mayoría de los entrevistados en todas las encuestas desde hace varios años.

"Es la tragedia actual, a 11 años de Vargas, la que deben soportar ahora los pobres de Venezuela", subrayó Bellame.

A pesar de la acumulación de tragedias resumidas en la vida de Delia, la película, con una calidad que reconoció el jurado con cinco de los 14 premios en juego, exalta al amor y a la unidad familiar como fuerzas salvadoras.

El público de Mérida, una ciudad con tradición cinematográfica, recibió la obra de Bellame enjugando lágrimas y con una atronadora salva de aplausos al difuminarse la escena final. También conmovió al jurado integrado, entre otros, por el argentino Maximiliano González, el colombiano Lisandro Duque y el mexicano Carlos Sánchez.

Por su parte, "Reverón" es la más lograda obra de Rísquez, quien se concentró en los 30 años que entre 1924 y 1954 vivió, con su compañera y modelo Juanita, quien según el cineasta es "el más grande pintor del siglo XX en Venezuela". Hace dos años narró la vida del trotamundos precursor de la independencia, Francisco de Miranda (1750-1816).

"La pintura venezolana, sea la religiosa de la colonia, la heroica del siglo XIX o el paisajismo que vino después, es una copia de la europea", dijo Rísquez a IPS.

"Napoleón (Bonaparte) o (Simón) Bolívar son pintados sobre el mismo caballito blanco y con el mismo uniforme de húsar. Reverón, en cambio, va a la luz del trópico que es tan fuerte que asume el blanco y suprime otros colores", puntualizó.

Esta obra con la que Rísquez muestra al personaje Reverón, un pintor que prácticamente renunció al mundo civilizado para vivir en un improvisado "castillete" que él mismo se construyó junto al mar Caribe, recibió siete premios del festival de cine venezolano.

Mérida, enclavada en las montañas y cuya Universidad de Los Andes alberga escuelas de Arte y Cine, "se presta como otras ciudades de provincia en las que se hacen festivales en el mundo para concentrar a los realizadores con todas sus experiencias", destacó a IPS Karina Gómez, cabeza de la organización Festival del Cine Venezolano de Mérida.

La producción cinematográfica de este país "goza de buena salud. Tenemos realizaciones que logran sentar ante las pantallas a un millón de espectadores, con historias bien contadas y lejos de la creencia de algunos de que nuestro cine son sólo disparos y violencia", dijo Gómez.

Venezuela "tiene una riqueza cinematográfica como para ser parte de una América Latina que le entregue al mundo buenas historias", dijo a IPS la cineasta Solveig Hoogesteijn.

"Los latinoamericanos están cansados del cine de Hollywood y de sus fórmulas, de conocer al dedillo la vida de un policía estadounidense y no la de uno de su país", apuntó.

Hoogesteijn, autora de "Macu, la mujer del policía" (1987), una de las dos películas venezolanas más taquilleras de todos los tiempos, recibió en este séptimo festival un homenaje a su trayectoria, así como el fallecido dramaturgo José Ignacio Cabrunas (1937-1995).

"Yo diría que en América Latina todavía más de 80 por ciento de las historias están por contarse, y esta región, que desde otras partes del mundo puede verse homogénea, no lo es, tenemos grandes riqueza y variedad, y nuestro cine puede aprovecharlo", dijo Hoogesteijn.

Los cineastas concentrados en Mérida destacaron el valor del festival como estímulo a quienes se forman y a la confrontación y crítica entre realizadores y estudiantes, y en sus foros y debates reconocieron el valor de la ley de cine y el fondo estatal de promoción de realizaciones que funciona desde hace algunos años.

"Estamos como en un período de prueba para un renacimiento, como el que tuvimos con el boom del cine venezolano en la década del 80 (siete de las 10 películas más taquilleras en el país en 1986 eran venezolanas) y debemos sostenerlo, darle continuidad, para tener en verdad una cinematografía propia", estimó Bellame.

En el actual clima político del país, marcado por una aguda polarización, "existe el miedo o la autocensura, pero esos no pueden ser lineamientos para nuestras películas. Aunque el clima esté un poco enrarecido, con valentía podemos seguir diciendo las cosas", concluyó Bellame.

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