Muchos ciudadanos irán a votar este domingo en España con «tristeza» por la escasa opción que les deja un sistema que beneficia a los dos grandes partidos, según la socióloga Teresa Pineda. Esa sensación es la que sobresale entre la multitud «indignada» presente en las plazas de las grandes ciudades.
Portavoces de las miles de personas concentradas desde el domingo en la madrileña Puerta del Sol y en otros puntos de España para protestar contra el sistema político-económico aseguran que continuarán incluso hasta el domingo, cuando se realizarán los comicios municipales y autonómicos, pese al veto de la Junta Electoral Central.
"Nuestra legislación prohíbe realizar acto alguno de propaganda o de campaña electoral los días de reflexión y votación", este sábado y el domingo, argumentó la Junta Central Electoral en un documento publicado el jueves.
"Asimismo, el día de la votación se prohíbe formar grupos susceptibles de entorpecer, de cualquier manera que sea, el acceso a los locales electorales, así como la presencia en sus proximidades de quienes puedan dificultar o coaccionar el libre ejercicio del derecho del voto", añade.
Sin embargo, el Tribunal Constitucional avala en una sentencia de 2010 las manifestaciones que se realicen en la jornada de reflexión de elecciones, sean del tipo que sea, siempre que la capacidad de influir en los votantes sea "remota".
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Para reafirmar la intención de permanecer en las plazas, en el sitio de Internet del Movimiento 15 de Mayo (15M) se alienta a "inundar el Ministerio de Interior con mensajes exigiéndole que respete el derecho fundamental de reunión y permita las protestas ciudadanas". "Actúa", arenga.
En esa página se informa que las autoridades ministeriales "procederán a revisar la decisión del organismo electoral". "Nos quedan horas, pero si somos suficientes los que les enviamos un mensaje exigiendo que se respete nuestro derecho a manifestarnos, podríamos preservar nuestro derecho fundamental de reunión", sostienen los convocados a través de las redes sociales.
Los manifestantes aducen que "no aparecen afiliados a ningún partido y no se han expresado de forma inequívoca en este sentido", por lo cual no debe considerarse su protesta como una interferencia en la decisión ciudadana en la convocatoria a las urnas de este domingo para elegir gobiernos en todos los municipios del país y para 13 de las 17 comunidades autónomas.
Con pancartas que rezan "No nos representan", en referencia a los partidos políticos, o "Juventud sin futuro, sin casa, sin curro (trabajo), sin miedo", el movimiento que tomó su nombre del día de la convocatoria, a partir de la plataforma "Democracia Real Ya", prendió primero en la histórica Puerta del Sol y luego se extendió a decenas de otras ciudades españolas y hasta fuera de fronteras.
"Pedimos una democracia más participativa. Estamos indignados con una clase política que no tiene en cuenta a los sectores más desfavorecidos", dijo a IPS Cristian Salazar, de 30 años, un albañil desempleado que acampa en la Plaza de la Constitución, en la sureña ciudad de Málaga, donde decenas de personas llevan varios días durmiendo bajo lonas pese a la persistente lluvia.
"Que se vea que hay descontento, necesidades sociales, que la gente está estallando", agregó Salazar, quien subrayó que el movimiento no quiere "ninguna vinculación con partidos ni sindicatos". Es algo al margen de las elecciones, que seguirá vivo después de los comicios, auguró.
La cifra de desempleados en España ya llega a los 4,9 millones, que equivalen a 21,3 por ciento de las personas en capacidad e intención de trabajar, según la Encuesta de Población Activa correspondiente al primer trimestre de 2011. La tasa de desocupación juvenil trepa a 43,6 por ciento, según esta misma fuente.
Los concentrados en las plazas piden una reforma de la ley electoral, que incluya listas abiertas y circunscripciones únicas con escaños en proporción del número de votos, así como una ley de responsabilidad política, según el Manifiesto de la plataforma "Democracia Real Ya".
"El bipartidismo actual ha demostrado ser dañino para la sociedad", afirmó a IPS Adán Silva, un estudiante de informática de 19 años que pide el "voto responsable" en las próximas elecciones.
Los también llamados "ciudadanos indignados" abogan por el derecho a una vivienda digna, el uso de las casas que permanezcan más de 10 años sin utilización y cancelaciones hipotecarias para los casos de impago, así como la defensa de los derechos básicos, lo que incluye sanidad y educación públicas.
La socióloga Pineda, de 29 años, da mucha relevancia a este estallido de malestar que acaba con una situación de "letargo social". Los planteamientos del 15M son "básicos y necesarios para tener una democracia más participativa", explicó a IPS.
Pineda cree que el movimiento es "un aspecto positivo de la crisis económica", aupado por una ciudadanía situada "entre la espada y la pared" que tiene "miedo de continuar así".
A su juicio, muchas personas van a votar con una "sensación de tristeza" ante las pocas posibilidades de acción que deja un sistema electoral que beneficia a los grandes partidos en detrimento de los minoritarios.
Por su parte, Antonio Montes, de 67 años, asegura que este movimiento "no es solo de la juventud, sino de todas las edades" y que "ha llegado tarde". "Debería haberse hecho mucho antes", según comentó en charla con IPS frente unos carteles con lemas como "No somos antisistema. El sistema es antinosotros" y "Somos mercancía en manos de políticos y banqueros".
Las últimas encuestas de opinión de voto difundidas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) arrojan datos negativos para las pretensiones del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que puede ser también la fuerza más perjudicada en las urnas por el 15M, en favor del opositor y centroderechista Partido Popular( PP).
El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió este viernes a los concentrados que respeten la "jornada de reflexión", de este sábado, y aseguró en declaraciones radiales que "el Ministerio del Interior y el Gobierno actuarán bien y de manera inteligente para que se respete" esa jornada.
"Si el movimiento es espontáneo, merece todos mis respetos", dijo a IPS el coordinador de la campaña del PP en Málaga, Julio Andrade. Pero agregó que el hecho de que la explosión de malestar haya surgido la semana previa a las elecciones "me hace qué pensar".
"Se sabe que algunos colectivos que están apoyando esta iniciativa son grupos de izquierda", aventuró.
Andrade apeló a la participación en los comicios del próximo domingo, porque "la mejor manera de reclamar empleo y derechos es ir a votar", y manifestó que los descontentos deben respetar el "derecho a la convivencia" y "reclamar sin perturbar a otros".
Raquel Gabarrón, de 25 años, estudiante de Ciencias Políticas y de la Administración Pública, insiste en el carácter pacífico de este movimiento. Declaró a IPS que España dista mucho de otros países de la Unión Europea en cuanto a "conciencia política y respeto a los derechos personales".
Sostuvo, además, que la respuesta de la sociedad ante el 15M ha sido" importante" y recalcó como las redes sociales están haciendo "más fácil la revolución".
El coordinador general de la segunda fuerza de oposición según caudal electoral, Izquierda Unida(IU), Cayo Lara, dijo en una entrevista a una radio que, aunque no pretende "liderar" este movimiento, sí llevará sus reivindicaciones "históricas" ante las instituciones en las que su organización tiene representación el día después de las elecciones.
Lara definió como un "estado de excepción encubierto" la prohibición de concentración por parte de la Junta Electoral Central. "Ante una decisión como esta "deberíamos declararnos todos insumisos e insumisas", puntualizó.
La socióloga Pineda, también coordinadora de Intervención Social de la no gubernamental Prodiversa en Málaga, valoró el carácter pacifista de las protestas y consideró "un poco exagerada" la decisión de veto de las concentraciones por parte de la Junta Electoral Central, "ya que la ciudadanía está demostrando buenas maneras en la forma de acción".
"Toda la indignación acumulada ha desembocado en acción", comentó a IPS Esther Vivas, participante en la concentración de Barcelona. El movimiento en las plazas es "un punto de encuentro de resistencia ante la crisis" y hace una "crítica contundente" a la banca y a la especulación, observó.