ÁFRICA: Duro contra el paludismo

Para cuando termine de leer este párrafo una niña o niño africano habrá muerto de paludismo, por lo general antes de cumplir los cinco años.

"África ya perdió un millón de personas por el VIH/sida", señaló Dikembe Mutombo, exjugador de la NBA (asociación estadounidense de baloncesto), originario de República Democrática del Congo, que se dedicó a trabajos humanitarios.

"Ahora perdemos muchos millones más a causa del paludismo, es toda una generación de médicos, maestros y futuros gobernantes. Esto tiene que terminar ya", añadió por teleconferencia en un encuentro organizado en esta ciudad con motivo del Día Mundial contra la Malaria, conmemorado el 25 de este mes.

Más de 225 millones de personas se infectaron con el parásito y casi 800.000 mueren al año, según las últimas estadísticas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Noventa por ciento de los fallecimientos ocurren en África, la mayoría son bebés y mujeres embarazadas.

La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional(Usaid), la Fundación Gates y la gigante farmacéutica GlaxoSmithKline están al frente de la lucha contra la enfermedad causada por un parásito transmitido por el mosquito Anopheles.
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"Hace cinco años, el paludismo mataba a casi un millón de personas al año, la mayoría menores", señaló Rajiv Shah, administrador de la Usaid. La enfermedad le cuesta al continente africano 12.000 millones de dólares anuales en pérdidas de productividad. En la actualidad ayudamos a salvar casi 150.000 vidas al año", añadió.

Los esfuerzos para frenar la epidemia mejoran con rapidez, observó Eric Tongren, coordinador entre el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades y la estadounidense Iniciativa Presidencial contra la Malaria.

Una niña o niño muere cada 45 segundos en África a causa del paludismo, reconoció. Cuarenta por ciento de lo que el continente destina a la salud se gasta cada año en combatir una enfermedad que hace tiempo fue erradicada de la mayoría de los países occidentales.

Tongren se lamentó de los 12.000 millones de dólares que pierden los gobiernos africanos por la epidemia, pero elogió las diversas campañas globales.

Una de las principales metas de la lucha contra el paludismo ha sido prevenir la infección de madre a hijo, el sector más vulnerable de la población.

El Programa Integrado de Salud Materno-Infantil se propone disminuir la mortalidad en 80 por ciento de los casos con el fin de cumplir dos de los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio, el cuarto y el quinto, en esta década.

Las metas mencionadas apuntan a reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos, entre 1990 y 2015.

El paludismo mata más niños y niñas que cualquier otra enfermedad en el mundo y es responsable de cerca de ocho por ciento de los fallecimientos de bebés, señaló la directora del Programa Integrado, Koki Agarwal.

La entidad cuenta con el apoyo de la Iniciativa Presidencial contra la Malaria, un ambicioso plan de cinco años del presidente Barack Obama, con un presupuesto de 2.000 millones de dólares.

El Programa Integrado se propone reducir a la mitad la cantidad de muertes en los 15 países más afectados atendiendo a 85 por ciento de la población en riesgo, en especial mediante el uso de mosquiteros tratados con insecticida, de productos con acción residual y amplio uso de medicamentos antipalúdicos.

Pero no se habla del problema de la resistencia del mosquito Anopheles a los insecticidas utilizados para matarlos.

La mayoría de los mosquiteros se rocían con piretroide, la única sustancia química que ha demostrado efectividad en los mosquiteros al impedir que el mosquito se alimente durante la noche.

Los mosquitos se han adaptado con rapidez ya sea cambiando su patrón de alimentación o adquiriendo resistencia al veneno.

"Una considerable cantidad de estudios concluyeron que, según la ubicación, entre 25 y 50 por ciento de los mosquitos son resistentes al piretroide", dijo a IPS el investigador Stephen Buhner, residente en Nuevo México.

"Algunos concluyeron que los mosquitos no se ven afectados tras una hora y media de exposición al producto. De hecho, lleva tres horas y media que mueran la mitad" de una muestra, añadió Buhner. "Es claro que se hacen muy rápidamente resistentes", añadió.

Los mosquitos tienen lo que se llama un sistema citocromo que, según Buhner, les permite desactivar el insecticida aun después de ingerido y convertirlo en un metabolito inocuo.

"Es el mismo fenómeno que observamos en la agricultura", apuntó. "Existen unas 500 plagas que se hicieron resistentes. Es una dinámica inevitable", añadió.

La Iniciativa de Investigación sobre Métodos Tradicionales contra la Malaria (Ritam, por su sigas en inglés) divulga acerca de la importancia de acercarse a la atención médica tradicional, en especial en el uso de alternativas a base de hierbas frente a antibióticos cada vez más resistentes.

La Ritam fue creada por la Iniciativa Global para Sistemas Tradicionales de Salud, financiada por la Fundación Rockefeller y la División de Investigación de Enfermedades Trópicales de la Organización Mundial de la Salud.

Ritam habilita una colaboración necesaria entre profesionales, investigadores y médicos dedicados a recuperar enfoques tradicionales para prevenir y tratar el paludismo.

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