SUDÁFRICA: Una mujer apunta a la alcaldía de Ciudad del Cabo

La dirigente a la que el ex presidente sudafricano Nelson Mandela (1994-1999) llamaba «su opositora política favorita», Patricia de Lille, se postuló a alcaldesa de Ciudad del Cabo.

Patricia de Lille (centro) en plena campaña. Crédito: Democratic Alliance
Patricia de Lille (centro) en plena campaña. Crédito: Democratic Alliance
"Podemos hacer de una gran ciudad una aun más grande", declaró De Lille en el anuncio de su candidatura. "Ciudad del Cabo es mi hogar. Mis padres vivieron aquí, y yo viví aquí desde los años 60. Comencé mi carrera política en el movimiento de resistencia de Cape Flats".

De Lille, líder del partido Demócratas Independientes (DI), formó una polémica coalición con la Alianza Democrática (AD), fuerza política encabezada por Helen Zille y considerada representante de la privilegiada minoría blanca.

De Lille comenzó a adquirir preponderancia como líder en el Congreso Panafricanista de Azania (CPA), usando trajes tradicionales locales y con destacado papel en manifestaciones. El CPA nació como un movimiento libertador de la mayoría negra, pero hoy es un partido político minoritario.

Ella nació en 1951 en la pequeña localidad de Beaufort West, en la Provincia Occidental del Cabo. Su primer ídolo político fue su propio padre, Henry Lindt, maestro que le inculcó el orgullo de ser africana. Otro ejemplo para ella fue Robert Sobukwe, fundador del CPA.
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De Lille comenzó a trabajar como técnica de laboratorio de una fábrica de pintura en 1974, donde cumplió funciones hasta 1990. En ese tiempo se unió al Sindicato Sudafricano de Trabajadores Químicos, donde fue representante y luego secretaria regional.

En 1983 fue elegida ejecutiva nacional. Cinco años después se convirtió en vicepresidenta del Consejo Nacional de Sindicatos, el mayor puesto ocupado por una mujer en organizaciones de trabajadores de este país.

Cuando se levantó la proscripción al CPA y a otras organizaciones políticas en 1990, fue designada secretaria para asuntos exteriores y de asistencia del partido. Lideró la delegación del CPA en las negociaciones constitucionales que precedieron a las primeras elecciones democráticas de Sudáfrica en 1994.

Entre 1994 y 1999 fue parlamentaria en representación del CPA, y presidió la Comisión de Transporte, así como la bancada de su partido. También ocupó varias comisiones legislativas en temas de salud, energía, minería, comercio, industria, comunicaciones y ética.

De Lille es conocida por hablar sin tapujos sobre temas de corrupción, sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y abusos a mujeres, niños y niñas, entre otras cosas.

Quizás el caso de más alto perfil que tuvo siendo parlamentaria fue la denuncia de un caso de corrupción en un acuerdo de venta de armas por 4.800 millones de dólares. No frenó sus denuncias a pesar de ser acusada de "antipatriótica" y de recibir amenazas de muerte.

"Cuando mis oponentes me atacan, no voy a llorar al rincón como una tonta y decir: ‘Oh, me atacan porque soy mujer’. Simplemente espero la próxima oportunidad y devuelvo el golpe. Así es como actúo en el parlamento y, por supuesto, no a todos les gusta", escribió en su biografía.

En 2003, se apartó del CPA para formar su nuevo partido. "No vamos a ser calificados de comunistas, socialistas o capitalistas. Vamos a ser constitucionalistas", afirmó.

La nueva fuerza política comenzó bien. En 2004, De Lille recibió el Premio Old Mutual al Liderazgo Sudafricano por haber creado el partido DI y haber ganado puestos en gobiernos locales, provinciales y en el nacional.

Bajo su liderazgo, DI hizo campaña por la extensión de una subvención a la infancia, el aumento de las pensiones y los beneficios sociales, y por un mejor tratamiento a los pacientes con sida.

El partido también llevó adelante la exitosa campaña "Acceso a la Educación", para asegurar que cientos de pobres fueran incluidos en las escuelas. Además, logró que se contemplara en la Constitución la exoneración de responsabilidad penal a los menores de edad.

La alianza entre el DI y la DA ha dado que hablar a comentaristas políticos y otros partidos políticos.

"Este paso nos acerca a construir una nueva mayoría que podría ganar las elecciones en toda Sudáfrica", dijo la líder de la DA, Helen Zille.

Pero otros critican la movida política.

"Miles de demócratas independientes rechazaron el descarado oportunismo de De Lille para ganar terreno a través de una alianza que comenzó menos de un mes después de unas elecciones con resultados decepcionantes para DI. El partido sólo pudo obtener 4,5 por ciento de los votos en la Provincia del Cabo Occidental, y menos de uno por ciento a nivel nacional", dijo Songezo Mjongile, del gobernante Congreso Nacional Africano.

El Partido Comunista Sudafricano también acusó a De Lille de oportunista, y a la DA de "ingeniar la alianza con DI para extender su apoyo entre los votantes de color". Se llama "personas de color" en Sudáfrica a la población que presenta una amplia mezcla racial, con orígenes asiáticos, africanos y europeos, y que no son considerados negros ni blancos. Es entre la minoría "de color" que De Lille obtiene su mayor apoyo. Analistas políticos creen que podrá lograr suficiente respaldo para convertirse en la próxima alcaldesa de la segunda ciudad más importante de Sudáfrica el 18 de mayo.

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