LIBIA: Occidente más cerca de la intervención

Bajo creciente presión política, las potencias de Occidente evalúan utilizar la fuerza militar en Libia para proteger áreas bajo control rebelde o directamente poner fin al régimen de Muammar Gadafi.

Miles de libios siguen huyendo del país, mientras la violencia se intensifica Crédito: UN Photo/A. Duclos
Miles de libios siguen huyendo del país, mientras la violencia se intensifica Crédito: UN Photo/A. Duclos
Los embajadores de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizan consultas intensivas esta semana sobre la eventualidad de una intervención en ese país del norte de África. Este jueves se reunirán en Bruselas los ministros de Defensa del bloque.

El lunes, primera vez, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló sobre las "potenciales opciones militares" para alterar o terminar con el conflicto libio.

"Mientras hablamos, tenemos a la OTAN haciendo consultas en Bruselas sobre una amplia gama de opciones, incluyendo militares, en respuesta a la violencia que sigue ocurriendo en Libia", dijo a periodistas en el marco de una reunión en Washington con la primera ministra de Australia, Julia Gillard.

Tras insistir en que la violencia perpetrada por las fuerzas de Gadafi era "inaceptable", Obama subrayó la importancia de enviar "un muy claro mensaje al pueblo libio de que nos pondremos firmes junto a ellos".
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Mientras, en teleconferencia desde Bruselas, el embajador estadounidense en la OTAN, Ivo Daalder, informó que la alianza ya había decidido incrementar sus vuelos de vigilancia de 10 a 24 horas diarias para colaborar con los esfuerzos humanitarios, pero también preparaba el terreno para una posible intervención.

Los ministros de Defensa de la OTAN considerarán planes para implementar un embargo de armas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra Libia e imponer una zona de exclusión aérea, informó Daalder.

Esta última opción es apoyada por Gran Bretaña y Francia, aunque hay oposición en el Consejo de Seguridad de la ONU de parte de China y Rusia, países con poder de veto, así como de Brasil y Turquía.

Lo cierto es que "todos quieren otra resolución del Consejo de Seguridad", indicó Daalder.

Pero, mientras Obama y otros gobernantes endurecen su discurso contra Gadafi, altos funcionarios del Departamento de Defensa estadounidense se han esforzado en las últimas semanas por frenar a los "halcones" (ala más belicista en Washington).

El propio secretario de Defensa, Robert Gates, advirtió a congresistas sobre los riesgos de una intervención. Gates había dicho el 25 de febrero ante una audiencia de cadetes que cualquiera que aconsejara al presidente "enviar otro gran ejército terrestre estadounidense a Asia, a Medio Oriente o a África debería examinarse la cabeza".

"Llamemos al pan, pan, y al vino, vino. Una zona de exclusión aérea comienza con un ataque sobre Libia", dijo a los legisladores.

Gates fue apoyado por el jefe del Comando Central, James Mattis, y por el presidente del Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen, quien señaló que crear una zona de exclusión aérea era una "operación extraordinariamente compleja".

"Así que no nos hagamos ilusiones", dijo por su parte Mattis a los congresistas. "Será una operación militar. No es simplemente decirle a la gente que no vuele".

Por su parte, el secretario general de la Casa Blanca, William Daley, aclaró las implicancias de una intervención. "Muchas personas lanzan frases como ‘zona de exclusión aérea’. Hablan de eso como si fuera sólo un vídeo juego, o algo así", dijo a la cadena NBC. "Cuando las personas comentan sobre acciones militares, la mayoría no tienen idea de lo que están hablando".

Pero los halcones no han sido disuadidos. El senador John McCain, del opositor Partido Republicano y quien fuera rival de Obama en las elecciones de 2008, se unió al líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, para defender la idea de crear una zona de exclusión aérea, entre otras posibilidades, como dar armas a los rebeldes y reconocer su gobierno provisional en la nororiental ciudad de Bengasi.

"No podemos arriesgarnos a que Gadafi masacre a la gente desde el aire", dijo McCain, quien fue piloto militar en la Guerra de Vietnam (1964-1975).

"Sus defensas antiaéreas son algo anticuadas, y esto enviaría una señal a Gadafi de que el presidente (Obama) habla en serio cuando dice que necesitamos que se vaya", añadió.

Al mismo tiempo, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry, del gobernante Partido Demócrata, propuso que Washington bombardeara aeropuertos y pistas de Libia para impedir que Gadafi usara sus aviones, o al menos creara una zona de exclusión aérea lo cual, sostuvo, no implicaba una "intervención militar".

Mientras, el periódico neoconservador The Wall Street Journal y el prominente analista militar Tom Ricks, del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, sugirieron interferir las transmisiones de propaganda del régimen de Gadafi, así como sus comunicaciones militares, y proveer armas a los rebeldes.

Ricks alertó el lunes en su blog Foreignpolicy.com que la inacción de Washington sería cada vez más difícil de defender.

Pero otros analistas discrepan.

"Aunque es entendible el ímpetu para tomar algún tipo de acción a favor de los libios amenazados y oprimidos, la creación de una zona de exclusión aérea –con todo lo que implica militarmente—cambiaría el carácter del conflicto: dejaría de ser un levantamiento popular para convertirse en una guerra entre la OTAN y un país árabe", dijo a IPS Paul Pillar, ex analista de Medio Oriente para la CIA (Agencia Central de Inteligencia).

"Eso no estaría necesariamente entre los mejores intereses de un cambio político favorable en Medio Oriente. Un paso así por la OTAN también –dada la posibilidad de una lucha prolongada en el terreno—podría convertirse en una larga empresa sin punto de término claro", alertó.

Por su parte, el analista Charles Kupchan, del independiente Consejo sobre Relaciones Exteriores, sostuvo que "Estados Unidos debía tener mucho cuidado de no quedar en medio de una guerra civil".

"Debería concentrarse en minimizar la pérdida de vidas y en el envío de asistencia humanitaria. Pero, a este punto del conflicto, sería muy peligroso introducir una fuerza militar estadounidense, pues es posible que causemos más derramamiento de sangre", señaló.

* El blog de Jim Lobe sobre política exterior de Estados Unidos puede leerse en: http://www.lobelog.com.

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