Beduinos expropiados ayunan en Ramadán

La policía israelí demolió la aldea beduina de Al Araqib, en el meridional desierto del Néguev, en víspera del comienzo del mes sagrado musulmán de Ramadán. La tercera vez en dos semanas.

Los beduinos comenzaron de inmediato la reconstrucción.

"Ya levantamos 20 chozas y cada día hay más, pese al ayuno" diario que caracteriza a este mes, dijo por teléfono a IPS el líder de la aldea, el jeque Sayyah Abu Drim, a la semana de la operación israelí. "No tenemos otro lugar adonde ir", añadió.

Más de 40 familias viven en Al Araqib.

Funcionarios de la Administración de Tierras de Israel, acompañados de policías y más de 100 guardias fronterizos y efectivos a caballo, comenzaron el 10 de este mes la operación con dos topadoras.
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Dos tanques de agua fueron retirados, así como los restos de varias decenas de estructuras provisorias, levantadas tras la demolición de la semana anterior. Varias familias, con personas mayores, niñas y niños, fueron quitadas a la fuerza.

Numerosos activistas judíos israelíes, que durmieron en la aldea y se manifestaron de forma pacífica en solidaridad con los beduinos, trataron de detener la operación.

"¿Quién puede tener tanto odio?", preguntó el legislador árabe israelí Talab al Sana, quien se acercó al lugar. "El gobierno encontró una solución para los colonos judíos evacuados de Gaza", en el marco un retiro unilateral de Israel de los territorios palestinos, realizado en 2005. ¿Por qué aquí no?, añadió.

Al Araqib se ubica entre el pueblo israelí del desierto Beersheba y la aldea beduina construida por el Estado, de Rahat.

La familia Al Turi reside allí desde el siglo XIX, cuando llegaron sus ancestros. Han trabajado la tierra y pagado impuestos. Documentos turcos y británicos dan fe de ellos. También hay un viejo cementerio.

"Destruir una aldea entera y dejar a sus habitantes sin hogar, sin reasentarlos es escandaloso", reza una declaración del subdirector para Medio Oriente de Human Rights Watch (HRW), Joe Stork.

La policía cumplía una orden judicial dictada hace 11 años, pero nunca ejecutada, señaló el portavoz de la fuerza, Mickey Rosenfeld. Los habitantes de Al Araqib fueron trasladados a una zona cerca de Rahat, donde hay viviendas, añadió.

En 1951, tras la creación del estado de Israel, los residentes de Al Araqib, al igual que muchas comunidades de beduinos, fuera desplazados con el argumento de que en la zona entrenarían efectivos militares.

Les prometieron que sería una medida temporal y que en seis meses regresarían. No fue así, aunque los dejaron llevar a pastar a sus animales. Numerosas familias volvieron a su tierra hace una década.

"No somos invasores ni ocupantes ilegales", enfatizó el jeque Sayyah. "El Estado nos invadió", añadió.

Las continuas demoliciones de la aldea se prosiguen pese que la cuestión de la propiedad es un caso complejo que procesa un tribunal del distrito de Beersheba.

Especialistas en la materia declararon a la justicia en apoyo de los derechos de propiedad de los beduinos.

Unos 90.000 beduinos, población autóctona del desierto del sur de Israel y ciudadanos israelíes, viven en aldeas "no reconocidas", como Al Araqib. Las comunidades no aparecen en los mapas oficiales, pese a que algunas están antes de la creación del estado judío, en 1948.

Las aldeas carecen de servicios básicos, como agua, electricidad, saneamiento y recolección de residuos, porque el gobierno las considera ilegales.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, hizo alusión en una reunión de gabinete, que coincidió con la segunda demolición de Al Araqib, a la "amenaza que significa que la mayoría de la población de Néguev no sea judía".

"Es un verdadero peligro que Israel no sea un estado judío. Diferentes elementos pueden reclamar derechos, por ejemplo sobre el Néguev, si permitimos que en una región no sean mayoría. Pasó en los Balcanes y la se palpa el riesgo", añadió.

"Seguiremos aferrándonos a la tierra de nuestros antepasados y reconstruiremos nuestra aldea hasta que reconozcan nuestro derecho a vivir aquí", señaló Salim Abu Midyam, otro residente de Al Araqib, enojado por la operación realizada la víspera de Ramadán.

"Son tierras del Estado reservadas para el pastoreo, no para viviendas. El clan Al Turi insiste en quedarse. No vamos a capitular. Tratamos de mostrar sensibilidad, pero si tenemos que demolerlas en Ramadán, lo haremos", señaló un funcionario de la Administración de Tierras de Israel.

El activista judío Yaakov Manor, del Foro para la Coexistencia en Néguev, dijo a IPS que no cree que la policía vaya a demoler por cuarta vez la aldea en Ramadán.

Pero el jeque Sayyah se mostró más escéptico.

"Tres veces nos trajeron regalos antes del mes sagrado. ¡De verdad crees que no nos traerán un cuarto para Ramadán!", señaló.

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