Aunque la insurgencia, los cortes de luz y la carestía de los alimentos acaparan los debates en el parlamento y los medios de comunicación de Pakistán, los expertos en salud advierten que el desatendido aumento de la población será un problema cada vez más grave.
Según la última Encuesta Demográfica y de Salud de Pakistán, correspondiente a 2006-2007, las mujeres del país tienen, en promedio, cuatro hijos.
Esta tendencia hará que la población pase de los 180 millones actuales a más de 450 millones para 2050.
Es necesario que se enlentezca este crecimiento demográfico —de 1,56 por ciento anual— para ajustarse a los recursos existentes y para que el país pueda mantenerse en el camino del desarrollo, según el Ministerio de Bienestar Social.
A estos efectos, la Política Nacional de Población 2010 incluye el objetivo de reducir la natalidad a tres hijos por mujer para 2015.
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Con adecuadas políticas de salud reproductiva y apoyo a las necesidades de las mujeres, la población pakistaní podrá mantenerse en 335 millones para 2050, pronosticó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en sus últimas proyecciones demográficas.
Pero como 84 por ciento de las mujeres de este país asiático no utilizan ningún método moderno de planificación familiar, intentar frenar ese crecimiento demográfico constituye una ardua batalla.
Kuslum Bibi, de 38 años, deseaba solamente dos hijos, pero luego de tenerlos no tomó ninguna precaución. Esta trabajadora doméstica quedó embarazada por tercera vez mientras todavía daba de mamar a su segundo bebé.
Su cuñada le había dicho que mientras amamantara no se embarazaría, explicó.
Bibi creía que tanto los anticonceptivos orales como los inyectables le harían aumentar de peso. También había oído que el dispositivo intrauterino (DIU) volvía más intenso el flujo menstrual, dijo.
"Muchas mujeres y hombres pakistaníes consideran que las prácticas anticonceptivas son más peligrosas para su salud que un ocasional aborto inducido", señaló el informe del gobierno.
Muchas normas religiosas y sociales desaprueban el uso de contraceptivos. Los expertos sostienen que es necesario aclarar las falacias que rodean a estos métodos.
Esto también marca una diferencia en relación a las anteriores políticas de población del país, prestando atención a las necesidades de las mujeres para que se sientan cómodas pidiendo orientación sobre las opciones de planificación familiar y hablando sobre su salud reproductiva.
"La falta de personal disponible, de suministros y de confianza en quienes trabajan en cuestiones de bienestar familiar sin estar bien capacitados y no pueden brindar a las mujeres el apoyo que necesitan" crean malas experiencias que inhiben a las pakistaníes de visitar las clínicas públicas de planificación familiar, aunque quieran practicarla, explicó Farid Midhet, un pakistaní que dirige investigaciones médicas en la Facultad de Medicina de la Universidad Qassim en Arabia Saudita.
La planificación familiar no se termina simplemente con prescribir un fármaco, sino que "requiere servicios de seguimiento que no existen en Pakistán", agregó.
Hay otros factores clave. "En la (sudoccidental) provincia de Balochistán, la distancia promedio que hay que recorrer para llegar a una clínica es de 48 kilómetros", dijo Midhet a IPS por correo electrónico.
El actual proyecto de política demográfica de Pakistán ha sido objeto de rigurosas revisiones durante casi dos años. Fue presentado al gabinete en junio y ahora espera ser aprobado por el primer ministro Yusuf Razá Guilani.
Otros objetivos a lograr para 2015 incluyen garantizar el acceso universal a servicios seguros de planificación familiar, reduciendo dos tercios la cantidad de mujeres que dan a luz antes de cumplir 18 años, y 50 por ciento la proporción de aquellas que lo hacen luego de los 34.
Sin embargo, muchas dudan de que la Política Nacional de Población 2010 se traduzca en acciones.
"Pasó por muchas consultas, pero el resultado final es apenas palabras, como las políticas anteriores", dijo Zulfikar A Bhutta, presidente del Departamento de Pediatría y Salud Infantil del Centro Médico de la Universidad Aga Khan en la meridional ciudad de Karachi.
Bhutta también es copresidente de la iniciativa "Cuenta Regresiva 2015: Seguimiento del progreso en supervivencia materna, neonatal e infantil", que reúne a científicos y activistas de todo el mundo. Aunque la política alude a temas de gobernanza y a una "corrupción implícita", no ofrece ninguna solución al respecto, agregó Midhet.
Pese a que desde un ángulo teórico plantea un enfoque abarcador, "articular una política es una cosa, y su implementación es otra totalmente distinta", dijo Sania Nishtar, presidenta de Heartfile, una organización de expertos que se considera influyente en materia de políticas sanitarias en este país.
Durante años, las políticas del gobierno pakistaní para enlentecer el crecimiento demográfico "nunca se cumplieron", sostuvo Nishtar, autora de un libro sobre la reforma de la salud titulado "Choked Pipes" ("Cañerías obstruidas").
"El Estado no tiene el rigor institucional o el espacio fiscal para implementar los compromisos", añadió.
Sin embargo, Bhutta destacó un caso exitoso: el programa de trabajadoras de la salud, donde un ejército de 100.000 mujeres brinda una atención básica que incluye servicios de planificación familiar puerta a puerta.
Bhutta duda que, a diferencia de sus vecinos Nepal y Bangladesh, Pakistán pueda cumplir el quinto Objetivo de Desarrollo de la ONU para el Milenio: reducir 75 por ciento las muertes maternas y brindar un acceso universal a la salud reproductiva para 2015, en relación a los valores de 1990.
"A menos que haya una política a tal fin, la salud materna seguirá donde está. Necesitaremos más que unas pocas soluciones mágicas, y mucho fortalecimiento del sistema de salud", dijo Bhutta.
Según los activistas, entre los asuntos más inmediatos a abordar figura un censo de población. Desde 1998 no se ha realizado ninguno.