LAOS: Agua entre todos

Apenas 13,4 por ciento de los 6,3 millones de habitantes de Laos tienen acceso a agua por cañería. Pero en esta localidad nadie espera sentado la ayuda del gobierno.

El agua por cañería ha facilitado la vida de este niño, quien ya no tiene que esperar que sus padres la traigan desde lejos. Crédito: Vannaphone Sitthirath/IPS
El agua por cañería ha facilitado la vida de este niño, quien ya no tiene que esperar que sus padres la traigan desde lejos. Crédito: Vannaphone Sitthirath/IPS
Ubicada 25 kilómetros al sur de la ciudad de Luang Prabang, considerada patrimonio de la humanidad, y parte de la provincia del mismo nombre, este pueblo ostenta el honor de contar con el primer proyecto de suministro de agua y saneamiento en el que la comunidad participa directamente de todas las etapas, desde la planificación hasta la implementación.

Con un crédito inicial de 250.000 dólares del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), más contribuciones de la comunidad local y de la estatal Empresa de Suministro de Agua de Luang Prabang, el proyecto ahora beneficia a más de 60 por ciento de los 11.000 habitantes del distrito y cubre a nueve de las 16 aldeas.

Ésta es sólo la primera fase, que empezó en 2005. El año pasado comenzó la segunda con una infusión de 159.951 dólares de parte de ONU-Habitat para cubrir seis aldeas más. El plazo para completarla es 2011, y se espera que todas las 16 aldeas accedan a sistemas por cañerías en 2012.

"Es un proyecto de bajo costo, ya que la participación de los habitantes ayuda a reducirlo", explicó Somphone Chanthalideth, jefe de la Empresa de Suministro de Agua de Xieng Ngeun. "No tenemos que gastar mucho en maquinaria para hacer las zanjas".
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La agricultora Keum Sirikoun, de 63 años, se presentó como voluntaria para cavar. "Nosotros realmente queríamos tener agua, así que nos juntamos con otros para hacer las zanjas", afirmó. "Nos tomó menos de una semana terminarlas".

La campesina dijo que "disfrutaron" haber trabajado con sus vecinos, y aseguró que desde entonces se sienten "más felices" con los resultados.

Lo que le da más relevancia al proyecto es que prácticamente comenzó de cero.

Los habitantes del lugar necesitaban antes varias horas para ir a buscar agua a sitios alejados de sus hogares.

Avi Sarkar, jefe asesor técnico para Asia sudoriental de la Sección de Agua y Saneamiento de ONU-Habitat, recordó: "Antes no había agua ni servicios de saneamiento en Xieng Ngeun. Nada funcionaba, y todo el sistema había sido abandonado".

Ahora que más de la mitad de los habitantes Xieng Ngeun gozan de agua por cañería en sus casas, los casos de diarrea y otras enfermedades han disminuido.

El proyecto ha contribuido en gran medida al desarrollo social y económico del distrito, indicó Somphone. De hecho, se nota una gran actividad en este lugar comparado con otras zonas que uno debe atravesar para llegar a la capital, Vientiane, a unos 363 kilómetros.

Somphone destacó que, tras la instalación del sistema de cañerías, comenzaron a funcionar "dos centrales procesadoras de agua, una fábrica de hielo, comercios, restaurantes y casas de huéspedes".

Además, el proyecto ayudó a su empresa a mejorar sus capacidades y conocimientos.

"Cada proyecto será administrado por habitantes del lugar, y creo que es muy importante fomentar la capacidad local", señaló Sarkar, notablemente feliz. "Nos centramos especialmente en las capacidades de desarrollo de los ingenieros locales, y hay mucho conocimiento técnico y experiencia en Laos".

Hasta ahora, los habitantes del lugar se siguen maravillando por el grado de involucramiento que han mostrado en el proyecto. De hecho, los residentes trabajaron juntos con las autoridades de distrito y con la firma estatal proveedora de agua en cada aspecto, incluyendo las políticas de precios.

"Antes de obtener aprobación presupuestal, necesitamos varias firmas del comité de dirección", explicó.

Los habitantes del lugar también administran un fondo que les permite pagar las cuotas de construcción e instalaciones. Muchos creen que esto ha garantizado que el proyecto sea menos vulnerable a casos de corrupción.

"Cuando participa la comunidad, son más concientes de la iniciativa de desarrollo. El sistema se vuelve más transparente y hay más responsabilidad, porque todos saben lo que está pasando. Y la participación de la comunidad ayuda a que el proyecto alcance sus objetivos", dijo Sarkar.

"El enfoque comunitario es genial", subrayó. "La participación es el factor clave para el éxito.

Keum parece coincidir. Ella cree que el gobierno no habría podido hacerlo por sí solo.

"Debía ser hecho por todos nosotros, porque somos los que queremos el agua", afirmó.

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