Malasios molestos contra plan de recorte de subsidios

La propuesta del gobierno de Malasia de eliminar algunos subsidios y racionalizar otros sobre bienes y servicios esenciales, para contener la deuda que aumenta a pasos agigantados, generó una fuerte reacción de la población y algunos analistas.

Este país va rumbo al descalabro económico dentro de ocho años si no recorta los subsidios y el gasto estatal y frena la deuda que se dispara, señaló Idris Jala, director de la Unidad de Gestión y Rendimiento del gobierno (Pemandu, por sus siglas en inglés) e integrante del gabinete sin cartera.

El primer ministro, Najib Razak, dará detalles sobre su Nuevo Modelo Económico al parlamento este jueves, cuando se presente el Décimo Plan de Malasia, un programa de desarrollo económico de cinco años.

El Nuevo Modelo Económicos es un programa orientado al mercado que se propone convertir a este país en una nación de altos ingresos y una política inclusiva y concentrar la asistencia en el 40 por ciento de los hogares más desfavorecidos.

La población responsabiliza al gobierno de las dificultades económicas que atraviesa el país. Muchas personas coinciden en que si las autoridades realmente quieren ahorrar dinero, primero deben cortar las "filtraciones" en el gasto público y frenar la corrupción endémica.
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Miles de millones de dólares fueron volcados a proyectos que no aportaron nada, añaden los que se oponen a la iniciativa gubernamental.

Además, medios de comunicación de Internet alimentaron el malestar de la población con informes sobre el despilfarro de fondos públicos.

"Si cortan los subsidios tendrán más dinero para distribuir entre sus rufianes", dijo a IPS Bhaskaran, un internauta enfadado.

Incluso las políticas de discriminación positiva, implementadas en 1971 bajo la Nueva Política Económica (NEP) para mejorar la situación económica de los malayos y otros pueblos indígenas, generó una cultura de abuso y de acostumbramiento a vivir a expensas del Estado, arguyen los partidarios de los recortes.

La agencia de noticias de Malasia, Bernama, informó que se presume que hay personas con contactos en el gobierno que obtienen permisos para importar automóviles y luego los venden para obtener ganancias.

El ex primer ministro Mahathir Mohammad, quien gobernó con mano de hierro este país entre 1981 y 2003, acusó a las personas que vendían los permisos de traicionar al NEP.

"Hay que terminar con el despilfarro de subsidios", sostuvo el analista Abang Benet.

"Pero asegúrense de que las personas pobres y más marginadas sigan recibiéndolos porque son las más necesitadas. Por qué castigarlas por los excesos de la coalición gobernante", preguntó.

La deuda pública de Malasia alcanzará 100 por ciento del producto interno bruto en 2019, respecto del 54 por ciento actual, si el gobierno no corta los subsidios, sostuvo Idris. "No queremos ser otra Grecia", remarcó.

El Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo tuvieron que crear en mayo de apuro un paquete de rescate de tres años para Grecia porque el endeudamiento se volvió insostenible.

Pemandu creó el Laboratorio de Racionalización de Subsidios en marzo para revisar los beneficios, reducir el gasto y frenar la deuda.

El organismo recibió el 27 de mayo la opinión de la población sobre numerosas propuestas, entre ellas la iniciativa de eliminar de forma progresiva el subsidio al combustible, aumentar las costas de los hospitales estatales y abolir algunos beneficios a la educación

Las empresas recibieron 5.4 millones de dólares en subsidios, del total de 22.2 millones, en 2009. En cambio, a los más pobres les llegaron menos 512.000 dólares.

Idris trata de convencer a los malasios de la necesidad de una terapia de shock con el argumento de que este país rico en recursos puede caer en bancarrota en 2019. Los subsidios no harán más que distorsionar el mercado y disminuir los fondos públicos para financiar proyectos de desarrollo, arguyó.

"La clase media se sigue apropiando de viviendas de bajo costo, construidas para los más pobres y, el combustible barato para abaratar el costo del transporte terminando usándolo automóviles marca BMW y Mercedes-Benz", señaló Azam Aris, director ejecutivo de la revista semanal de negocios Edge.

Pero el legislador opositor Charles Santiago considera que la iniciativa del gobierno se enmarca en una tendencia a adoptar políticas económicas neoliberales y la disminución gradual de los impuestos a las corporaciones.

"Es un enfoque equivocado para gestionar un país donde hay muchas personas pobres y una gran disparidad en los ingresos", declaró Santiago.

Pero Idris arguyó que los subsidios apuntarán directamente a los más pobres. "Seguiremos otorgando becas para la educación, libros y alimentación", declaró a la prensa.

El recorte de subsidios aumentará un promedio de 20 por ciento el costo de vida en tres años, pronóstico el diario chino Nanyang Siang Pau, según el periódico en idioma inglés The Sun.

El sector empresarial "se beneficia de la mayor parte de los subsidios con la asistencia directa, pero también del bajo costo de la tierra, los préstamos blandos, los rescates con fondos públicos, entre otros incentivos", arguyó Santiago.

La reacción negativa de la población llevó al primer ministro a anunciar este martes que el gobierno no había tomado todavía una decisión definitiva y que la propuesta de reducir los subsidios estaba a estudio de las autoridades.

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