El gobierno de Sri Lanka trata de mejorar las relaciones con la Unión Europea, que le cuestiona la situación de los derechos humanos, para asegurarse los vitales beneficios comerciales del bloque.
Una delegación srilankesa de alto nivel se reunió la semana pasada con funcionarios de la Unión Europea (UE) en Bruselas, sede de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo del bloque.
En la reunión participaron el fiscal general de Sri Lanka, Mohan Peiris, el secretario de Finanzas, P. B. Jayasundera, y el secretario de Relaciones Exteriores, Romesh Jayasinghe, entre otros.
Fue el segundo encuentro en dos meses con vistas a recuperar las exoneraciones impositivas otorgadas por la UE a este país.
"El encuentro fue cordial y el ambiente constructivo", declaró el jefe del grupo de la Comisión Europea para Sri Lanka y Maldivas, Bernard Savage, quien se negó a dar más detalles.
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Diplomáticos europeos, que no quisieron dar su nombre, aplaudieron la "actitud reconfortante" de Sri Lanka.
La delegación de este país invitó a la UE a participar en un proyecto de desarrollo de tres años por unos 3.000 millones de dólares, según un comunicado divulgado por la cancillería.
Jayasundera realizó el ofrecimiento en una reunión con Kristalina Georgiva, comisaria europea de Cooperación Internacional, Asistencia Humanitaria y Respuesta de Crisis, añade.
La UE decidió en enero suspender los beneficios a las exportaciones de productos srilankeses, en especial del rubro vestimenta, porque Colombo se negó a mediados de 2009 a cooperar con un equipo europeo que investigaba si este país había implementado 27 convenciones internacionales sobre derechos humanos, laborales, ambientales y de buena gobernanza.
Colombo arguyó entonces que era una violación de su soberanía.
La UE mantuvo algunas exoneraciones por un periodo de prueba de seis meses, hasta mediados de julio, con la esperanza de resolver el diferendo.
Compradores europeos quedaron atados a los fabricantes srilankeses por las concesiones comerciales, señaló Rohan Masakorala, secretario general de la Asociación Conjunta del Foro de Vestimenta, que representa a cientos de exportadores de ropa.
"Nos preguntan todo el tiempo cuándo se van a habilitar las importaciones libres de impuestos", añadió.
Nunca estuvieron tan mal las relaciones entre Europa y Sri Lanka como ahora. En especial porque organizaciones de derechos humanos locales y occidentales han acusado al gobierno de dejar cientos de miles de civiles muertos o heridos en la última etapa de los enfrentamientos con los secesionistas Tigres para la Liberación Patria Tamil (LTTE).
Más de 80.000 combatientes y civiles murieron en la guerra civil de casi tres décadas y miles más quedaron heridos o lisiados. Los insurgentes, que reclamaban mayor autonomía para la minoría tamil en este país de mayoría cingalesa, fueron derrotados en mayo de 2009.
Colombo arguyó que la UE lo acusó de violar los derechos humanos sólo para retirarle las concesiones comerciales.
Por su parte, la UE se defendió alegando que la suspensión de las exoneraciones se realizó en virtud de las normas que rigen al Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) Plus y que definen los criterios para que un país sea beneficiario.
La vestimenta es el mayor rubro de exportación de Sri Lanka. Sesenta por ciento de la producción va para la UE y el resto, para Estados Unidos y será el sector más perjudicado si las concesiones se terminan definitivamente en julio.
"Creo que hay posibilidades de recuperar los beneficios, pero el gobierno debe asegurarse que se cumplan las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo", señaló Anton Marcus, secretario general del sindicato de trabajadores de las zonas francas de este país, donde se ubican la mayoría de las fábricas de ropa.
El gobierno anunció a principios de este mes medidas para lograr una acercamiento nacional, como relajar las normas del estado de emergencia, vigentes desde el fin de la guerra, crear una Comisión de Reconciliación, inspirada en la de Sudáfrica, escuchar a las víctimas del conflicto y facilitar el proceso de recuperación del país.
Las iniciativas fueron presentadas a los funcionarios de la UE en las reuniones de Bruselas, según el comunicado de la cancillería.
"No creo que la UE quiera poner en riesgo a más de 300.000 personas dependientes de la industria", señaló el director ejecutivo de una de las mayores empresas de Sri Lanka, que no quiso dar su nombre.
"Estoy seguro de que recuperaremos las concesiones. El gobierno viene trabajando para mantener los beneficios", señaló un exportador, que tampoco quiso revelar su identidad.