Dudas en EEUU sobre un triunfo en Afganistán

Mientras analistas políticos de Estados Unidos se preguntan si realmente es posible ganar la guerra en Afganistán, el Senado analiza un presupuesto de 59.000 millones de dólares, de los cuales 33.500 millones serán para aumentar los efectivos en ese país de Asia central.

"Estamos cometiendo los mismos errores que los soviéticos cuando invadieron Afganistán, de 1979 a 1989, y se retiraron derrotados sin logar ninguno de sus objetivos", señaló Michael Intriligator, del Milken Institute en una conferencia organizada esta semana por la New America Foundation y Economistas por la Paz y la Seguridad.

"Es una historia que estamos condenados a repetir", sostuvo.

El costo a largo plazo de la guerra de Afganistán eclipsará totalmente el presupuesto actual, aseguró Intriligator.

El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y la profesora de Harvard Linda Bilmes estimaron que los costos totales de la guerra de Iraq, teniendo en cuenta la asistencia a los soldados heridos y la reconstrucción del ejército, ascenderán a los tres billones de dólares.
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Un cálculo similar realizó Intriligator para Afganistán, quien estimó la cifra total entre 1,5 y dos billones de dólares.

"¿Por qué gastamos dinero en una guerra perdida como hicieron los soviéticos en vez de invertir en nuestra comunidad?", preguntó.

El Senado está presionado para aprobar el presupuesto antes del receso del Memorial Day, el 31 de este mes, cuando se recuerda a los caídos en combate.

El Comité de Gastos del Senado aprobó el jueves de la semana pasada el presupuesto de 59.000 millones de dólares propuesto por su presidente, Daniel Inouye, y el senador del opositor Partido Republicano, Thad Cochran.

El apoyo del Comité de Gastos del Senado puede ser la parte más fácil del proceso de aprobación del proyecto que debe terminar en la oficina del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a fines de este mes.

El presupuesto afrontará una oposición más dura en la Cámara de Representantes, indicó la presidenta, Nancy Pelosi, pues se prevé que los legisladores del gobernante Partido Demócrata se resistan a financiar el aumento de 30.000 efectivos en Afganistán como pretende Obama.

Los especialistas que participaron en la conferencia realizada el lunes se mostraron preocupados por el costo físico de la guerra y por las consecuencias económicas que supone luchar contra el movimiento islamista afgano Talibán.

"Si se aprueba el presupuesto para combatir el cambio climático, por más defectos que tenga, habrá recursos para construir una economía verde. Pero también si se disminuye el gasto en Afganistán", remarcó Miriam Pemberton, investigadora del Instituto de Estudios Políticos.

Por su parte, Intriligator se refirió al costo humano de una campaña contrainsurgente, no sólo para el ejército de Estados Unidos, sino para la población civil de Afganistán.

"No podemos distinguir a los insurgentes, o los talibanes, del resto de la población y matamos a muchos civiles inocentes", arguyó.

Muchas actividades organizadas esta semana por varios grupos de estudio y la presión del gobierno de Obama para que el Congreso apruebe el proyecto complementario siguieron a la visita de cuatro días la semana pasada del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, quien se reunió con varios ministros y legisladores.

La estadía de Karzai y la cálida recepción de la Casa Blanca y de varios legisladores parece formar parte de una campaña de relaciones públicas en Washington a favor del gobierno afgano y del aumento de efectivos propuesto por Obama.

El viaje del presidente afgano coincidió con varias encuestas que mostraron un menor apoyo de la ciudadanía a la guerra de Afganistán y disminuido respaldo de los aliados de Estados Unidos en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

A principios de abril corrió el rumor de que en una reunión a puertas cerradas, Karzai amenazó con abandonar la política y unirse al Talibán.

Un alto funcionario de Obama replicó que Karzai podría estar probando la "mayor exportación de Afganistán", en alusión a las vastas extensiones de cultivos de opio de ese país.

La campaña para conseguir fondos afronta una batalla cuesta arriba este mes, pero el gobierno de Obama tiene mucho para ganar si le pone buena cara a las relaciones con el de Karzai.

La Casa Blanca necesitará la cooperación del presidente afgano si pretende que el Congreso apruebe el presupuesto y también su asistencia para que Obama pueda cumplir con su objetivo de retirar a mediados de 2011 los efectivos estadounidenses en Afganistán.

La visita del presidente afgano parece haber logrado realzar una mejoría en las relaciones entre los gobiernos de Karzai y de Obama. Pero en Washington, mucha gente se pregunta si realmente es posible triunfar en Afganistán en 2011 o en cualquier otro momento no muy lejano.

"Se teme que haya una guerra civil si nos retiramos de Afganistán y que intervengan las grandes potencias. ¿Es peor que perder soldados estadounidenses todos los días?", preguntó Michael Lind, director del programa de crecimiento económico de la New America Foundation, que organizó la conferencia del lunes.

"Bueno, hay una guerra civil y las potencias regionales intervienen. ¿Por qué no lo harían? Son vecinos, son sus fronteras", añadió.

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