TRINIDAD Y TOBAGO: Presos de la violencia

«Cuando una persona es violada, se le quita el último vestigio de dignidad», sostuvo el criminólogo Ramesh Deosaran, señalando que es imperativo que el gobierno de Trinidad y Tobago investigue los abusos sexuales que se cometen en las prisiones.

"Cuando uno va a prisión tiene que ser castigado por un delito, pero ¿acaso eso significa que deba ser violado, intimidado, o que se aprovechen de uno?", señaló.

Deosaran, legislador independiente y ex presidente del Centro para la Criminología y la Justicia Penal en la University of the West Indies, dijo que, según un estudio que realizó hace cinco años, 63 por ciento de los hombres presos no estaban casados y habían dejado atrás 8.000 hijos. La mitad de ellos oscilaban entre 18 y 30 años.

"Son un grupo de hombres jóvenes, viriles, guiados por sus hormonas, con mucha experiencia en materia sexual, y se los pone en prisión sin ninguna otra vía (de escape). ¿Puede imaginarse el desafío que enfrentan desde el punto de vista biológico?", planteó.

La senadora de la oposición Verna St. Rose-Greaves, ex trabajadora social y voluntaria de Amnistía Internacional, utiliza un nuevo método para que el gobierno preste atención a los rampantes abusos a los derechos humanos que se cometen en sus prisiones.
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En su exaltado primer discurso ante el Senado, a comienzos de este mes, St. Rose-Greaves, del partido Congreso Unido Nacional, habló sobre las terribles condiciones de vida de los prisioneros del país, que se calcula son 5.000.

En esa oportunidad describió cómo a esos presos se les hace "colocar sus manos en un cubo de plástico para restregar y remover materia fecal" que se dejó para fermentar de la noche a la mañana.

"El dolor se ve en el rostro de los funcionarios de la prisión", dijo, señalando que la situación es "degradante".

"Hombres y mujeres grandes retenidos en celdas sin instalaciones sanitarias, obligados a defecar en presencia de otros prisioneros, en cubos, sacos de plástico y papel, para luego verter en otros cubos… Y nosotros hablamos de derechos humanos", expresó St. Rose-Greaves.

"Por la noche deben colocar pan en un rincón y tapar sus oídos y sus orificios nasales para evitar que las cucarachas ingresen por los mismos", agregó.

El mes pasado, oficiales del pabellón de condenados a muerte denunciaron que había cucarachas y ratas en las celdas, y dijeron que sus quejas habían sido ignoradas por los funcionarios.

St. Rose-Greaves señaló que los prisioneros también tenían que recostarse contra la pared por las noches, para no dormirse, por temor a ser violados.

"¿Cómo admite un hombre en un entorno hostil que fue violado en prisión, que tuvo sexo con otros hombres? ¿Cuáles son las implicaciones para su vida en prisión y fuera de ella?", preguntó.

El Caribbean Umbrella Body for Restorative Behaviour (organización caribeña para el comportamiento restaurativo), que agrupa a siete organizaciones no gubernamentales, dijo que el hacinamiento ha causado problemas de higiene y saneamiento, así como enfermedades y violencia de pandillas.

St. Rose-Greaves observó que las leyes que rigen a las prisiones datan de 1838, y que el el principal edificio carcelario se construyó en 1812.

"Ése es el año en que Napoleón Bonaparte invadió Rusia", dijo, agregando que las prisiones eran "lugares horribles, fríos, húmedos y oscuros".

El gobierno del primer ministro Patrick Manning señaló que está en proceso de reformar el sistema carcelario.

La semana pasada introdujo una legislación que permite realizar a los prisioneros análisis antidopaje obligatorios, en un intento por erradicar el comercio ilegal de drogas dentro de los centros carcelarios.

El ministro de Seguridad Nacional, Martin Joseph, dijo que la legislación es parte de planes más amplios para reformar el sistema nacional de prisiones.

Donna Cox, jerarca de la misma cartera que tiene responsabilidad directa sobre las prisiones, señaló que pronto se construirán un Centro de Evaluación de Reclusos, una Instalación de Psiquiatría Forense, una de Mujeres Menores de Edad y una Industria Carcelaria No Tradicional, como parte de los esfuerzos por mejorar la situación de los reclusos.

"En una época las personas veían a la prisión como una entidad separada, pero actualmente los expertos comprenden que lo que ocurre o no en la prisión tiene un impacto directo sobre toda la cuestión del delito, particularmente en materia de reincidencia", dijo Cox.

En 2001, un grupo de trabajo designado por el gobierno recomendó adoptar una "filosofía de justicia restaurativa", en oposición a una "filosofía retributiva", aunque aparentemente hubo poco seguimiento del informe.

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