ECUADOR: Derrota de filme «Avatar» con repercusiones indígenas

Que la película «Avatar» haya sido la gran derrotada en la entrega de los premios Oscar no fue solo malo para su director, James Cameron, sino un revés en la lucha para recuperar zonas amazónicas de los efectos de la contaminación petrolera.

Varias organizaciones ambientalistas, como la Red de Acción por la Selva Tropical (RAN, siglas en inglés de Rainforest Action Network) y la Red para la Defensa de la Amazonia, habían solicitado a Cameron que hiciera conocer a sus "legiones de aficionados en el mundo que mientras Pandora es ficción, lo que sucede con las comunidades indígenas del Ecuador es lo más real que puede haber".

En el filme, el mundo de Pandora, una luna del planeta Polifemo, se ve amenazado por la intención de los humanos de explotar allí un mineral vital para el suministro de energía en la Tierra.

Rebecca Tarbotton, directora ejecutiva en funciones de RAN, había comparado la historia de "Avatar" con el drama de la vida real de los indígenas ecuatorianos que luchan contra la compañía petrolera Chevron, contra la que tienen planteado un multimillonario juicio por daños ambientales.

Además de una campaña de correos electrónicos desde el mes pasado, respaldada por columnas en blogs y declaraciones a la prensa, Tarbotton llamó la mañana del domingo a que Cameron cumpliera su promesa de usar su película para inspirar un activismo ambiental masivo.
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Pero "Avatar" perdió en las categorías de Mejor Director y Mejor Película y sólo ganó tres estatuillas en categorías menores de las nueve a las que estaba postulada, así que Cameron no subió al escenario ni pudo decir discurso alguno en toda la ceremonia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, celebrada el domingo en Los Angeles.

Claro que el director estadounidense tenía otros pedidos: la organización Survival International, por ejemplo, le planteó, mediante un aviso en la revista Variety, que ayudara al pueblo indígena de los dongria kondh de la India, que intenta defender su tierra contra una empresa minera de ese país empeñada en extraer bauxita de su montaña sagrada.

Y no es que Cameron vaya a llorar por no haber obtenido el Oscar, pues su película ya ha recaudado 2.500 millones de dólares, convirtiéndose en la más taquillera de la historia del cine.

La que perdió fue la causa ambiental, aunque el juicio contra Chevron continúa en su largo peregrinaje por los tribunales.

Y ya que se mencionan récords, se trata del más grande juicio colectivo de la historia contra una empresa transnacional: las comunidades indígenas del nororiente de Ecuador, donde se realiza la actividad petrolera, reclaman una compensación de 27.000 millones de dólares.

Los demandantes, unos 30.000 indígenas y colonos mestizos, acusan a la compañía Texaco, adquirida por Chevron en 2001, de echar al ambiente más de 18.000 millones de galones de aguas contaminadas y de producir derrames de petróleo crudo de aproximadamente 17 millones de galones a lo largo de su actividad en Ecuador, entre 1964 y 1990.

Esas prácticas ilegales produjeron contaminación del suelo, de las aguas subterráneas y de los arroyos y ríos de la zona, la que, de acuerdo con los demandantes, ha causado cáncer, defectos congénitos y abortos en las poblaciones indígenas.

Chevron rehusó tratar el juicio ante los tribunales ecuatorianos, por lo que el caso se trasladó a Estados Unidos, pero tras ser examinado por los tribunales de ese país, éstos resolvieron que la jurisdicción ecuatoriana era perfectamente válida.

Los cambios de jurisdicción y las maniobras legales de todo tipo han hecho que el juicio lleve ya más de 16 años.

Desde mediados de febrero, el proceso está en manos del nuevo presidente de la Corte provincial de la nororiental provincia de Sucumbíos, Leonardo Ordóñez, quien reemplazó al juez Juan Núñez, acusado por Chevron de haber aceptado supuestos sobornos.

"Lo único que le pedimos al doctor Ordóñez es que trabaje con apego a la ley, con transparencia e imparcialidad, y no permita más abusos de Chevron para seguir retardando el juicio", dijo el abogado del Frente de Defensa de la Amazonia, Pablo Fajardo, en un comunicado.

Entre las maniobras realizadas por la petrolera estadounidense están las que el ex ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador, Fander Falconí, confirmó en enero, en contra de que se le prorrogara a Ecuador las preferencias arancelarias para su comercio con Estados Unidos.

Según declaró Falconí, Chevron había puesto en marcha en 2009 "una de las gestiones más fuertes y feroces que ha enfrentado la política exterior ecuatoriana", para impedir la renovación de las preferencias a Ecuador.

La contratación de firmas de abogados, el empleo de negociadores expertos y la acción diplomática ecuatoriana lograron contrarrestar la influencia política y diplomática de Chevron en Washington, describió Falconí antes de dejar el cargo. Las preferencias arancelarias a las que hizo referencia el ex canciller son las que Estados Unidos otorga a cientos de productos de Ecuador, Colombia y Perú en compensación por la lucha de contra el narcotráfico. Bolivia, otro país que era favorecido por la iniciativa, quedó excluido de este esquema el año pasado.

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